miércoles, 30 de marzo de 2005

Fingiendo

Nos mudamos a la casa en Francia hace tiempo, y la propietaria nos advirtió que era obligatorio hacerse un seguro del hogar. Nosotros fingimos que le hacíamos caso, pero no lo hicimos. Entonces, la pintura del baño, que fingía ser impermeable, empezó a caerse a pedazos por culpa de la humedad. Poco después, la lavadora del vecino de arriba, que fingía ser un compartimiento estanco, convirtió su baño en las Cataratas del Niágara, y por extensión el nuestro. La propietaria, avispada, decidió fingir que todo el desastre del baño era culpa del vecino. Nosotros ya no podíamos seguir fingiendo que teníamos seguro, y hubo que hacerse uno de verdad. La compañía por su parte fingió cobrarnos lo normal, cuando en realidad nos cobraba el doble. Entre tanto el vecino fingió que se quedaría para siempre cuando en realidad se mudó sin avisar.
Acabamos de volver de la compañía de seguros. Fingiremos que teníamos seguro cuando la gotera presuntamente mojo todo. El señor del seguro fingirá que no sabe nada. A mi me da que nos van a pagar la pintura con billetes de monopoli...

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