viernes, 30 de diciembre de 2005

Para fuerte, Gloria

A mí, cuando era pequeña, no me gustaba mucho Gloria Fuertes, o en realidad creo que me dejaba llevar por una especie de opinión general que decía que sus poesías para niños eran juegos demasiado simples de palabras. Con el tiempo he ido madurando mi opinión, he ido haciendo juegos simples de palabras y encontrando gran placer en ello y ahora la quiero, la amo en secreto.

Ella dice por ejemplo (en su libro Historia de Gloria, Amor, humor y desamor):

TITULOS PARA FUTUROS LIBROS

Blusa de Blasa.
Sólo en el Polo.
Garra de guerra.
Qué asco de casco.
Cuento que encanta.
Pato a la Puta.
Pena de pene.
Pancha y su Pancho.
Vista a lo bestia.
La tía Teta.
Los senos sanos.
Siete de sota.
Leche en el lecho.
Nicho en la noche.

EL AMOR ES UN SITIO PARA ESTAR

El amor es un sitio para estar,
alrededor
se borran los caminos.

HAY QUE TENER UN BUEN PAR...

Hay que tener un buen par,
de lágrimas
Y demostrar que las tienes,
ante cualquier sujeto
que intente violar a la ternura.

Hay que tener un buen par,
de lágrimas,
ante cualquier atardecer si por la noche
tu amor te dice que pensaba en otra.

Hay que tener un buen par,
de lágrimas,
para ser poeta y gritar así, sin poesía,
que el pueblo sufre y no tengo derecho
a hundirme,
porque mi personal situación
es catastrófica.

y sobre todo ella dice:

LA LIBERTAD NO ES TENER UN BUEN AMO

La libertad no es tener un buen amo,
sino no tener ninguno.

sábado, 24 de diciembre de 2005

Tráfico de incongruencias

Todos y cada uno de los paneles luminosos de la carretera N-I desde Irún hasta Madrid hablaban de la campaña anti-alcohol de la Dirección General de Tráfico en esta Navidad. Los leímos todos en nuestro viaje, y cuando llegamos a casa, cenamos con el vino que le habían regalado a mi padre el otro día en la ITV (inspección técnica de vehículos) para felicitarle las fiestas...

viernes, 23 de diciembre de 2005

Centros demenciales

¡¡¡Argggg!!! ¡Los centros comerciales me pueden!

No hace falta ni siquiera que estén demasiado llenos de gente. Me pueden en sí, como concepto.

Me puede la idea de entrar allí con el fin de salir con algo, obligatorio, para cada miembro de mi clan próximo. Algo, lo que sea, un libro navideño, un disco navideño, un regalo general navideño que no desagrade demasiado. No quiero aconsejar a otros miembros de mi clan para comprar cosas para los otros miembros. No quiero comprar nada.

En un centro comercial me molesta todo.

Me molesta el arquitecto, que diseñó un espacio en mármoles y dorados, con lámparas de araña que caen justo delante de la tienda tipo “todo a cien”. Un espacio feo, con bancos fríos, con adolescentes que fuman mientras comen chicle y que tiene un parking pintado de rosa.

Me molesta el CD de villancicos versión música de ascensor cantada por los pitufos con el que nos atormentan.

Me molestan los dependientes jóvenes y dinámicos que me miran por encima del hombro al ritmo de música machacona, en tiendas todas iguales en las que venden ropa toda igual con la que el año que viene nadie se atreverá a ir ni a la vuelta de la esquina, pero que esta temporada se lleva mucho en Gran Hermano. Esas miradas desde lo alto de la moda tipo Zara me dan ganas de correr alocada por entre las estanterías desdoblando todos los jerseys...

Me molestan las chicas de la sección perfumería que no entienden mi negativa a rociarme con perfumes que no le desearía ni a la señora con abrigo de piel que aprieta contra su pecho a su caniche en un ascensor cualquiera. Si alguien me rocía sin mi consentimiento, me vengaré apoderándome de una botella de litro de Barón Dandy y salpicando a diestro y siniestro.

Me molestan las tiendas que venden sales de baño, aceites para masajes y sesiones de hidroterapia, en las que todo el mundo me empuja, se mezclan demasiados olores y la luz es demasiado brillante. No quiero que me relajen así. Qué nadie intente relajarme o me voy al Zara a desdoblar jerseys con mi botella de Barón Dandy...

Tampoco quiero que me den barritas de cereales con fibra light y sucedáneo de chocolate en el supermercado, aunque sean regaladas, no me voy a comer eso. ¿Pero por quién me toman? Si quisiese comer fibra light con chocolate me comería la pata de una mesa del Ikea con nutella.

En fin, espero no tener que volver a poner el pie en un sitio de esos hasta la navidad que viene.

lunes, 19 de diciembre de 2005

La investigación no es lo mío


Hola internautas. Creo que he llegado a la conclusión de que no podría ser investigadora privada. Es un trabajo que me resulta muy cansado, incluso sólo de pensarlo. Entre todas las cosas que tienen que hacer, están dos de las cuales odio con toda mi alma y me cuesta superar: A) tienen que llamar todo el rato por teléfono y B) tienen que dar el coñazo y ser un tanto impertinentes para conseguir que la gente colabore.

Ahora me estoy leyendo una serie de novelas de Sue Grafton. La protagonista, Kinsey Malhone, me parece que es del tipo de persona que te gustaría, Guisante.

Trabajando, como los curris de Fraggle Rock

Dos artículos que tienen que ver con el trabajo y la vida, uno en español y otro en inglés, a ver que os parecen (claro que, seguramente trabajáis tanto que no tendréis tiempo para leerlos, pero haced un hueco, leñe, qué es importante…)

sábado, 17 de diciembre de 2005

Hmmm, viene la navidad…

Y esto de los regalos también es cuestión de principios… los míos son estos:

Me puedes regalar:

  • Una banda de SKA para mi sola
  • Talento para tocar el clarinete (y un clarinete y/o saxofón)
  • Dos horas más al día para leer
  • Un amigo imaginario que de los mejores masajes en los pies del mundo
  • Paciencia, constancia, tolerancia (y otras cosas que rimen con rancia)
  • Un chef
  • La respuesta justa en el momento preciso
  • Un balcón en la luna
  • Teletransporte sin terribles consecuencias genéticas

Si no puedes, entonces me conformaría con:

  • Cualquier CD de los Skatalites menos « Bashaka »
  • Un CD con Tosca o El Barbero de Sevilla
  • Casi cualquier CD de Jazz
  • Las Antimemorias de Bryce Echenique
  • A la recherche du temps perdu, de Marcel Proust
  • Un libro con láminas de Paul Klee
  • Temperas
  • Entradas para el teatro, ópera, etc.

Pero en cualquier caso no me regales nunca (por favor):

  • Accesorios para la feminidad: ropa, joyas (¡!), perfumes (¡!!), maquillaje (¡!!!!!)
  • Accesorios para el hogar clase media: máquina de café nespresso, cafetera que haga capuchinos, máquina para hacer sodas, balanza que habla, máquina para hacer pan y otras aberraciones
  • Cuberterías, vasos, copas, vajillas, sabanas o toallas
  • Compilaciones de música especiales para la navidad

jueves, 15 de diciembre de 2005

Nota mental : comprar bragas decentes

Odio comprar ropa, pero por encima de todo odio comprar ropa interior. Trauma de infancia o lo que sea, ese odio me lleva a sobrevivir precariamente con una colección de bragas pleistocénicas, todas del color del que salen cuando uno lava en la lavadora ropa blanca y de color a una temperatura no adecuada, es decir, algunas rosáceas, otras grisáceas, y otras de otras tonalidades acabadas en –áceas.

Y los agujeros… los agujeros no tienen un ciclo de vida similar al de otras criaturas, ellos no nacen, se reproducen y mueren, ellos se quedan en la fase de reproducción, grandes, pequeños, familias, hordas, huestes, manadas de agujeros que habitan mis bragas confiriéndoles un aspecto lamentable.

Esta triste situación podría vivirse en silencio de no ser por determinadas ocasiones embarazosas como la de hoy, en la que he ido a la médica y me ha hecho quedarme, para enorme bochorno mío, en bragas y calcetines... (y encima las llevaba puestas del revés, jajajaja, con la etiqueta (en la que ya no puede leerse nada) colgando de un lado), sniff, yo no sabía si reírme o esconderme detrás del aparato para medir la tensión…

Para otro día un post sobre las sensaciones que se experimentan al ser una persona de gustos sencillos y adentrarse en la sección ropa interior femenina de unos grandes almacenes, en donde reina la lycra, los tangas con incrustaciones de pedrería, las bragas de felpa de cuello vuelto y los sujetadores para dar de mamar…

Argggggggggggggggggg!!!!

Para comenzar el día sintiendo cosas pero que muy malas por alguien.

(pinchar aquí)

(Giulio, questo lo puoi capire, enjoy!)

lunes, 12 de diciembre de 2005

No seas pesado

Jooooooooooooope… llevo un montón sin escribir nada. Sin dar señales de vida cósmica… Y eso que sigo existiendo. Si me hubiera esfumado, como el polvo sobre la estantería cuando lo atacas con Pronto, imaginaos lo que sería. Sería el colmo del desaparecimiento. Entonces, no sólo no aparecerían posts míos nuevos en la página, sino que se borrarían todos los posts anteriores que hubiera hecho. Una fatalidad. No por su calidad literaria, sino por lo anecdótico del asunto.

Bueno, estaría bien pensar que en todo este tiempo me ha dado por pensar. Pero no he pensado nada. Nada por lo menos digno de mención. Porque sí he pensado que a partir del año nuevo haré esto y aquello, pero eso es un rollo de explicar y no quiero aburriros tanto como me aburro yo a mi misma. Me conformo con mandaros el entusiasmo con el que me enfrento a mis nuevos objetivos (que se parecen mucho a los inconclusos que he ido arrastrando con los años) y la alegría que me produce tener una excusa para empezar con borrón y cuenta nueva, perdonándome todo lo que tendría que haber hecho el año pasado y por supuesto, ni empecé. Eso era porque yo era otra, hombre. La yo de ahora es una persona nueva. ¿No ves que empezamos de nuevo con el 1 del 1?

Sólo aprovecharé esta aparición para resaltar mi defensa a ultranza por la Navidad. ¡¡¡Me encantan estas fechas!!! Ya sé que hay gente por ahí que dice que son épocas de consumismo. Bagatelas. Ya sé que hay gente que dice por ahí que son épocas de hipocresía. Tonterías. Ya sé que hay gente que se empeña en decir que son unas fiestas mediatizadas del Corte Inglés. A todo eso le llamo yo demagogia. De la barata. De la que se consume. De la hipócrita. De la mediatizada.

La realidad de las cosas, toma la forma que uno quiera darles. Y me cansa enormemente, la gente taaaaaaaaan puritana que lucha contra la corriente a todas horas, contra las masas empobrecidas y aborregadas. Me aburren con su retórica. Me aburren con su filosofía. Me aburren con su incapacidad para disfrutar. ¡Disfrutemos todos, leñe! Que la vida son dos días y no espera a nadie.

Aprovecha para estar con la familia, o con la gente que quieres. Disfruta de la ilusión con la que lo viven los niños que tienes cerca. Disfruta de regalar al prójimo algo con toda la emoción. Compra un boleto y haz mil planes de lo que harías si te tocaran todos esos millones. Come turrón hasta que te duela la tripa (total, hasta el nuevo año la dieta uno puede saltársela sin culpabilidades). Abre el buen vino y cógete un chuzo con tus primos. Decora tu casa y diviértete haciendo adornos con tu novia. Yo que sé, hay miles de cosas que hacer. Miles y miles. Que yo sepa, nadie te pone una pistola en la cabeza para ir al Corte Inglés. Ni siquiera para sonreír a nadie… pero, ¿qué tiene de malo hacerlo? ¿Es que tú sonríes sólo cuando nadie te lo ordena? ¿Es que eres más chulo que un ocho? Anda, ¡no seas pesado! Sonríe y ya está, que es gratis, que no cansa, que alegra, que te libera… ¿qué más da que sean unas fechas en las que se suponga que tienes que hacerlo? De verdad, complícate menos la vida y lucha por causas más justas. Esto, es, como he dicho antes, una bagatela.

Ve contra la corriente y quiere en Navidad, compra regalos, pon el Belén, siéntente feliz… eso sí que es tener un par de…

Los cuentos inconclusos del guisante pensante…

La mosca Renata

Yo conocí una mosca que recorrió una vez el mundo. Se llamaba Renata, y había crecido en un bar de carretera.

En ese bar muchos autobuses paraban. Gentes llenas de colores y de ruidos (y con hambre y ganas de hacer pis) lo llenaban todo de pronto. Renata les volaba un rato por encima, se posaba en ellos, los olía, les daba pequeños golpecitos en la cabeza con sus patas, los investigaba con curiosidad. También lo hacía como para cerciorarse de que eran reales, pues pocos minutos después, tan deprisa como habían entrado, se marchaban todos en tropel.

“-Un día yo también me iré”, pensaba Renata.

Una mañana cogió su pequeña mochila (peso mosca), metió en ella una miga de pan y un pedacito de queso y, sin pensárselo dos veces, salió volando del bar. En medio de la confusión de personas, se subió a un autobús cualquiera que estaba cerrando sus puertas a punto de marcharse.

“-Uff –pensó, posada en la luna delantera- por los pelos…”

(pelos de mosca, claro)

Con un fuerte bramido el autobús se despertó y comenzó a caminar, primero despacio, como un elefante recién levantado, pero luego rápido y más rápido, engullendo los kilómetros grises.

Renata, que había pasado un momento hurgando en su mochila, verificando que no se había olvidado en casa su cepillo de trompa, levantó la vista de pronto y casi se muere del susto… allí estaba el mundo, siendo atravesado a toda velocidad…

“-Allá vamos-”, pensó.


viernes, 9 de diciembre de 2005

Toma anquilostoma

Hoy he visto una foto tomada con un microscopio electrónico de un anquilostoma.
Es un gusano parásito que puede vivir en el intestino.
Tiene una sonrisa carnívora con cuatro dientes, una boca hambrienta muy muy abierta, y como unos ojillos, que claro, no son ojillos, pero lo parecen, unos ojillos irónicos.
Lo miras y no sabes si te va a pegar un bocao o si se va a poner a cantar un aria de ópera.

jueves, 8 de diciembre de 2005

A veces pienso que los hospitales son un poco como los aeropuertos de la vida.

Sí, es verdad...

últimamente mis post son un corta-pega de links del País, pero es que este merece la pena. Si me acordase de cómo pegar imágenes aquí, lo pondría directamente...

miércoles, 7 de diciembre de 2005

Ole los huevos de Harold Pinter
Discurso íntegro de aceptación del premio Nobel de literatura aquí (en inglés)

Quién no haya ido a Viena...

¡¡Qué vaya, qué vaya, qué vaya, qué hay una exposición de Schiele que hay que ver!!!

http://www.elpais.es/articulo/elpporcul/20051207elpepicul_1/Tes

De paso uno visita el museo Hundertwasser, así le dan a uno aún más ganas de irse a vivir a Nueva Zelanda a una casa con el tejado de hierba, navegar en un barco con las velas de colores, hacerse sus propios zapatos y reivindicar nuestro derecho a ventana y nuestro deber de árbol.

Ay... y yo atrapada aquí. Todavía me cojo la bici y me escapo.

martes, 6 de diciembre de 2005

Catálogos

Increíble un catálogo que nos llegó ayer a casa. Baste deciros que en la portada anunciaban un marco para fotos con un botón, que al pulsarlo reproducía una grabación del tipo: “-te quiero, cariño…”: profundamente inquietante.

Pero las maravillas no terminaban ahí, ¡qué variado el surtido de artilugios de goma para separar los dedos de los pies mientras uno duerme! es un mercado que tenía completamente inexplorado. Y las tapas de latón que se usan para tapar los fogones de las cocinas eléctricas, ¡¡¡uno las puede escoger con ilustraciones de gansos o fotos de gatitos!!!

La página de “juguetes para adultos” mejor saltárnosla, claro que debo confesar que nunca había imaginado así una vagina de goma, ¡puafff!

lunes, 28 de noviembre de 2005

Croquetas diseñadas inteligentemente

Muy cerquita ya de nuestro primer aniversario, las croquetas han perdido la pasión. Ya no escriben, no colisionan, no se encuentran en el ciberespacio. Morena, tenemos que hacer algo para recuperar nuestro fuego, para re-erotizar nuestra relación…

Y no exactamente en relación con lo anteriormente dicho, pero quizá si, propongo aquí un enlace a visitar. Claro, ya muchos de vosotros lo conoceréis: www.venganza.org o el hogar de “Flying Spaghetti Monster”, divinidad creadora del mundo con su tentáculo fideoso. He aquí un extracto de la carta que el profeta del FSM mandó a la comisión de escuelas de Kansas, a propósito de la enseñanza del creacionismo (o diseño inteligente, como lo llaman ahora):

“I am writing you with much concern after having read of your hearing to decide whether the alternative theory of Intelligent Design should be taught along with the theory of Evolution. I think we can all agree that it is important for students to hear multiple viewpoints so they can choose for themselves the theory that makes the most sense to them. I am concerned, however, that students will only hear one theory of Intelligent Design.

Let us remember that there are multiple theories of Intelligent Design. I and many others around the world are of the strong belief that the universe was created by a Flying Spaghetti Monster. It was He who created all that we see and all that we feel. We feel strongly that the overwhelming scientific evidence pointing towards evolutionary processes is nothing but a coincidence, put in place by Him.”

A mí, personalmente, me convence más que otras teorías, no hay más que ver los orgánulos citoplasmáticos para darse cuenta de que Él creó los aparatos de Golgi a su imagen y semejanza…

jueves, 17 de noviembre de 2005

El vacío de la fe


Muchas veces oyes que hay personas que encuentran la fe en los momentos difíciles, como apoyo al desconsuelo que sufren en un determinado momento y como respuesta a una necesidad de encontrar a alguien al otro lado al que rogar por favor que ahuyente los males. A mi me pasa justo lo contrario.

Cuando las cosas me van bien es cuando soy más consciente, si cabe, de la enorme suerte que tengo en la vida con todo. Por mi familia a la que adoro, por mi amor que me proyecta a futuro con paso firme, por mis amigos que me llenan, por mis enemigos que son débiles, por mi país que me describe, por mi trabajo que me encanta, por mi energía que me empuja, por mi casa que me cobija, por mi físico que está entero, por mi cabeza que está viva, por mi ilusión que crece día a día…

Es entonces cuando se me salen las ganas del cuerpo por todos los poros de dirigirme al que maneja todo este tinglado que es la vida para darle las gracias, una y mil veces hasta que le erosione la epidermis de tantos besos. Toda esta gratitud no puedo contenerla dentro. Es cuando entonces, echo de más mi falta de fe.

miércoles, 9 de noviembre de 2005

Para cuando la viñeta de El Roto sobre los asesinatos de abogados de Sadám?...
venga, tío, una pista: si ahora también hay torturas en las cárceles y también se usan armas químicas contra civiles (veasé reportaje de la Rai sobre el asalto a Faluya, con napalm y todo), no será que nos estamos quedando sin defensa? Si en el juicio lo llevamos chungo, mejor cepillarnos a los abogados..

jueves, 3 de noviembre de 2005

Truculento

-Dice la Real Academia de la Lengua: (Del lat. truculentus). Adj. “Que sobrecoge o asusta por su morbosidad, exagerada crueldad o dramatismo”.

-Y yo digo: ¿A qué si uno mira la palabra bajo el microscopio no parece querer decir eso?

A mi juicio la palabra no consigue transmitir su significado, su estructura se opone a ello, como si albergase un alma buena que pidiese a gritos otro sentido. Ella, la palabra, no quiere ser usada para definir cosas feas y se le nota. Como una mala actriz, no resulta creible.

Me explico: la parte "trucu-" no suena seria, recuerda a "truco", a "traca", a "trueque", al "triqui" de las galletas y de la palabra "triquiñuela"... no tiene aire maligno ni nada.
La parte "-lento" tampoco deja entrever perversidad ninguna... como si algo lento fuese perezoso y no pudiese ser malo o sangriento...

Trucu-lento me hace pensar más en alguien que se acerca despacio a hacerte cosquillas... voy a proponerle a la RAE un cambio de su definición.

Estoy segura de que la palabra me lo agradecerá. No debe de ser nada agradable vivir con ese significado que tiene sobre sus espaldas.

Enfrascado...

Él estaba tan enfrascado en sus pensamientos que parecía casi envasado al vacío.
Le di un golpecito en el hombro y él, al volver en sí y abrirse de nuevo al mundo, sonó: ¡POP!

Abra Palabra

La palabra es magia.
Es una carcasa con un espíritu dentro.
Lo es todo y no es nada.
Es un símbolo que nos une, porque yo digo perro y tú piensas en un perro, pero es un símbolo que también nos separa, porque tu perro mental no es el mío, y tienen que olerse y caminar uno en torno mirándose de soslayo para reconocerse...
Mi palabra abre en tu mente un cuarto en el que sólo tú puedes entrar: abra palabra...

jueves, 27 de octubre de 2005

Animal imposible de la semana: La Rinoceraña

La rinoceraña es un pequeño animal insectívoro que vive en la sabana africana. Parecido a un rinoceronte, pero con el tamaño aproximado de una musaraña, se alimenta de los ciempiés que atrapa levantando las piedras con su cuerno.
En la época de la reproducción, los machos rinocerañas, o rinoceraños, se baten en largos combates en los que entrechocan sus cuernos; estos combates pueden prolongarse durante meses. No es raro que, en este tiempo, las hembras se aburran y emigren a otras regiones.
Una vez finalizados los combates, el macho vencedor recorre su territorio con un ciempiés enroscado al rededor de su cuerno. La hembra interesada se acerca a él, recoge su presente, y en la mayor parte de los casos huye con el cienpiés sin prestarse a ningún tipo de cópula, mientras emite el sonido característico:-"hi hi hi".
Si esta escena sucede en presencia de otros machos rinoceraña, estos pueden entonces rodear al dominante y emitir:-"ha ha ha", lo que puede dar lugar a nuevos y largos combates.
Las rinocerañas están próximas a la extinción por motivos que los científicos todavía desconocen.

No es lo mismo...

Un hombre y una mujer condescendientes que una pareja con hijos

martes, 25 de octubre de 2005

Cadena de errores


En este país, le da la sensación a una de que siempre tiene que andar de policía. ¡Qué cansancio! ¿Por qué no se dedicará la gente a hacer bien las cosas desde un principio?

Pues no. Cuando encargas un trabajo o compras algo o te tienen que arreglar algo, siempre surge la desconfianza. Pero no una desconfianza infundada, sino una de las que se ha gestado durante años y años de experiencia.

Hace unos meses me pusieron una puerta. Una puerta que no abre si la cierras. Una puerta que no se puede cerrar si se te ocurre/consigues abrirla. Hoy han venido por fin a arreglarla, con el consiguiente destrozo a la pintura de la puerta. Pintura de la puerta que por otro lado, me pintaron mal. Porque es una pintura que se mancha sin tocarla en un sitio destinado a que se toque todo el rato. Todo obvio si se tiene en cuenta que me la pintó el mismo que me barnizó el suelo. Un suelo que me barnizó con brocha y me dejó todos los pelos. Que hace contraste con el suelo de la cocina que me colocaron mal pese a que me costó una pasta. Suelo que por otro lado, me han estropeado porque alguien de la infinita cadena de personas que pasa por la obra, me dejó apoyado un barreño con una sustancia corrosiva. Etc.

Me he hecho una herida en la rodilla. Y ayer fui a la farmacia a que me dieran una venda que pudiera ponerme para que no me rozara pero que no se me pegara a la herida. Cuando voy a pagar, le hago notar que la venda que me está dando, se me pegará a la herida, así que no se me curará nunca porque no haré que levantarme la costra una y otra vez. Me da otra asegurándome que es antipegado repelecostras. Me la pongo y ¡voilá!, bien pegadita a la costra que la tengo.

Y así, en un constante desafío a la inteligencia humana, se van superponiendo las miles y miles de situaciones en las que a una, en este país, le da la sensación a una de que siempre tiene que andar de policía. ¡Qué cansancio! ¿Por qué no se dedicará la gente a hacer bien las cosas desde un principio?

lunes, 24 de octubre de 2005

Mileuristas


Recomiendo a mis coetáneos que se lean el artículo "La generación de los mil euros" que venía publicado en El País este domingo 23 de octubre de 2005, en el suplemento del domingo. No dice nada nuevo, ni nada que no sepamos con anterioridad, pero es interesante en algunos aspectos. Como siempre, hay cosas sobre las que pasa muy de corrido, otros datos que te deprimen y otras en las que no estoy de acuerdo, pero en negrita y de forma destacada, el artículo rezaba así:

Pertenecen a la generación más preparada de la historia de España. Rondan la treintena, son universitarios y saben idiomas. Pero los bajos sueldos, la sobreabundancia de titulados y los cambios sociales les han impedido llegar a donde pensaban llegar. Comparten piso; no tienen coche, ni casa, ni hijos y ya se han dado cuenta de que el futuro no estaba donde creían.

La señora de las moscas

La semana pasada dejé una bolsa con peladuras de mango el día entero sobre el microondas.
Desde entonces tengo un enjambre de drosofilas en la cocina, que insisten en ahogarse en mi vaso de agua, caerse en la sopa, ser respiradas accidentalmente, y todo sin dejar de mantener su población estable.
¿Qué hacer? he intentado matarlas de frío sutilmente, dejando la ventana abierta, pero no funciona, el cambio climático las estimula, aumentan y aumentan y pronto me sacarán en volandas del piso...
se aceptan sugerencias amigables con el medio ambiente.

viernes, 21 de octubre de 2005

Baños...

A veces en algunos servicios hay colgado un cartelito que dice:

"Se ruega dejar este servicio como le gustaría encontrarlo"

Y a mí siempre me dan ganas de escribir debajo:

"Imposible, eso me llevaría horas de escrupuloso trabajo armada de lejía, una máquina de limpieza al vapor y un cepillo de dientes"

Pero como no suelo escribir en las puertas de los lavabos, pues nunca lo pongo.
Me limito a intentar no mear en aspersor y ya está.
Ay ay... los baños femeninos públicos... si los chicos entrasen a verlos alguna vez nos quedaríamos talmente sin argumentos para obligarlos a levantar la tapa...

jueves, 20 de octubre de 2005

E.H.T


Ayer murió Eduardo Haro Tecglen. No soy una experta en su historia, tampoco una audaz seguidora de todos sus pasos. Ni siquiera una amiga íntima. Pero me apetece dedicarle un espacio mínimo, entre todo el universo de manifestaciones y expresiones de dolor, para desearle que esté bien allá dónde se haya ido. Un lugar calentito, cómodo, lleno de gente amable, de gente pensante… un lugar donde pueda decir lo que quiera y la gente, en vez de echarse las manos a la cabeza, aprenda de sus palabras.

Para más información, podéis visitar
http://www.eduardoharotecglen.net/blog/.

Ministerio de Fomento, Madrid (España)


Esta mañana he estado en el Ministerio de Fomento en una reunión.

Para los que no lo sepan, es un edificio enorme, horrible y totalmente fascista que hay en la Castellana. En una de las columnas de la plaza central hay una placa que explica que fue inaugurado por el Generalísimo en 1963, cuando ya llevaba años haciendo de las suyas a su forma.

El gris es el color que más predomina y las líneas rectas, la simetría y la austeridad son elementos arquitectónicos que marcan el estilo general del enorme edificio. Y lo marcan tanto por dentro como por fuera. Y también en la gente que lo habita durante el día.

Pero en uno de sus pasillos de repente, hay una puerta normal, igual que las demás, que dice “Peluquería”. Me ha llamado la atención. Y han puesto un símbolo de un peine y una tijera a un ladito, un icono gris y muy sintético para designar el espacio. Acorde con los elementos arquitectónicos dominantes de los que hablaba antes.

Quizás sea para dejar claro que en esa peluquería no caben las sorpresas y que el corte de pelo se hará a la antigua usanza, sin dar pie a las mechas, las capas o los estilismos de última hora. Te ayudan a perpetuar tu imagen de funcionario.

Y la peluquería, tiene un horario de 7.30 a 3.30, que es exactamente el horario que deberían tener los funcionarios españoles que todos los días velan por el bien de nuestras carreteras y ferrocarriles. Extraño, ¿no?

martes, 18 de octubre de 2005

El cielo está gris en Ginebra

Mi ánimo aún más. Esta tarde me voy a ver Hamlet al teatro a ver si me animo un poco. Creo que una tragedia de las buenas, de esas en las que no queda ni el gato, me ayudará a poner en orden mis penas. Qué tío este Shakespeare, o vaya tiempos aquellos, quizá. Yo creo que hoy día si queremos escribir una tragedia nos basta con matar a un protagonista, como mucho dos. Pero no, él no, o todos o ninguno.

En uno de los cuentos escritos a máquina de Gianni Rodari, los alumnos de una escuela viajan en el tiempo para ver si las puñaladas que mataron a Julio César fueron 28 como decía el profe o 27 como decía el alumno, y uno de los chavales se lleva 28 globos para irlos pinchando a cada puñalada... Si estuviese con los ánimos más altos haría algo parecido en la obra, que muere Ofelia, pum, que muere el padre de Ofelia, pum, etc.

A la vez, intentaré descubrir qué es lo que huele a podrido en Dinamarca. Siendo la compañia de teatro la "Helvetic Shakespeare Company" debe de ser el Camembert au lait cru.

lunes, 17 de octubre de 2005

Recompensa al bien


Esta mañana he aprovechado para ir a hacerme el pasaporte. He cogido número y como me quedaba mucho y me había llevado un libro, me he ido a sentar. Entonces, una chica me ha avisado de que no me sentara en una de las sillas porque la señora que estaba sentada antes, la había manchado de sangre (supongo que con la regla, la pobre). Me he sentado en otra dejando la manchada libre. Al cabo de 10 segundos, ha llegado un señor y se ha repetido la operación, mientras todo el mundo seguía quieto sin hacer nada. La gente es de traca, de verdad.

Así que me he levantado, he pedido unas servilletas y he intentado limpiar la sangre. Mientras tanto, todos me miraban. Como no se quitaba, he pedido una botella de agua. Mientras tanto, todos me miraban. Me he enfadado.

Pero lo bueno tiene recompensa y la chica de la ventanilla, que ha visto la operación, me ha colado delante de todo el mundo y me ha dado las gracias. En alto. Para que todos lo oyeran. Y se me ha pasado el enfado y me he sentido bien, mientras todos me miraban.

Odio tomar decisiones


Posponerlo todo. Aplazarlo un año. Aplazarlo dos. Aplazarlo sin saber cuánto. Quizás esa sea una opción. La más razonable. La menos apetecible. Poder respirar. Tener que aguantarse. Dar soluciones prácticas. Ajustarse a la realidad. Te lo tragas. Así es la vida. No liarlo más. Pensar con la cabeza. Esperar a que el tiempo comience a rodar de nuevo. Por si no llega. Por si tarda en llegar. Para relajarte. Mantenerse en estado de paso otro periodo. Sopesar las consecuencias. No lo comento. No lo pregunto. Lo pregunto. Lo comento. Pido opinión. Aguanto el chaparrón. Cambio de planes. Reajuste de cuentas. Encuentro algo de equilibrio. Busco soluciones a problemas. Veo la cara positiva. Intento que gane a la negativa. Lucha de titanes. No vivir más en la inopia. Así es la vida. Así es la vida.

sábado, 15 de octubre de 2005

Hogar, dulce hogar


Todavía queda tela marinera pero ya poco a poco, voy viendo la luz y mi casa va apareciendo entre las cenizas. Estoy pendiente del tipo del suelo, para que me lo lije y me lo barnice. Del cristalero, para que me ponga las mamparas del baño y los cristales de la cocina. De mi primo, para que me pida el lavabo y me mande al marmolista. Del fontanero, para que me ponga grifos y radiadores. Del de la puerta, para que me la arregle porque no abre bien.

En fin... que mi ilusión por verme allí algún día sigue expectante, preparada para eclosionar de un momento a otro. Me está siendo duro retenerla dentro y calmar a esa fiera.

Por cierto, espero veros a algunos de vosotros muy a menudo entre esas cautro paredes.

Sal�n

Sal�n y terraza

Dormitorio

Cocina

viernes, 14 de octubre de 2005

Que vale, que ya escribo…

El otro día estuve en la OMS, fui sólo de visita, a una conferencia, algún día iré para quedarme, jajajaJAJAJAJAJAJAJA (risa maligna).
Es un sitio enorme, con la gente dividida en dos grandes grupos: gente elegantemente vestida y gente normal.
La gente elegantemente vestida creo que corresponde a los burócratas, que se pasan el día en reuniones de presupuestos y eso. La gente normal tirando a desastre-científico corresponde a eso, a los científicos, a los que se curran los planes de erradicación de esto y lo otro, para los que los otros tíos tienen que conseguir pasta.
Y me hizo gracia una cosa, a los jubilados no los sacan de allí ni con agua caliente. Eso me gustó. Conocí en la conferencia a dos investigadores retirados, dos tíos que habían trabajado un montón en los últimos treinta años en la erradicación de la malaria y que tenían entusiasmo a raudales. Graciosos, normales y con ganas de seguir en el ajo. Y es que los jubilados ya no son sólo esos señores que dan de comer a las palomas en el parque o que se pasan la tarde jugando al mus, los jubilados quieren marcha, Jubilados al poder!!!

jueves, 13 de octubre de 2005

Operación Triunfo


Hoy llega por fin el momento más esperado. ¡¡¡Es la final de Operación Triunfo!!! ¡¡¡¡¡¡Por fin sabremos quién es el ganador final de OT!!!!!!!!

Resulta que me he enganchado con todas sus consecuencias a la gala de OT. Estoy metidísima y he de confesaros que hasta he llegado a votar.¡ Pero era justificado, pardiez!. Iban a echar a Víctor y se iba a quedar la pedorra de Idaira, que tiene un don parecido al que me sale a mí cuando canto en la ducha creyéndome sola en casa. No señor, tenía que quedarme mi niño, a competir con la azafata convertida a más y el pequeño pequinés. No había sufrido tanto desde que echaron al falso Magro y todos votaron a Martín soy estupidín en una ocasión.

He quedado con mis amigas para verlo. Esto es todo un evento que no tiene precedentes. Llevo todo el verano siguiéndolo, comiéndome las uñas de los nervios, indignándome con las nominaciones como si me fuera la vida en ello… ¡Qué felicidad abandonarse a la cultura de masas! Estar metiendo tripa, mientras suelto frases de que la televisión está acabada para hacerme la intelectual es cansadísimo. Tanto como ser cosmopolita. ¡Viva la cultura mediocre! Soy libreeeeeeeeeee de pensamiento errante y me confieso, me constanto, me reconozco y todo, fan super fan de la gala.

¡Viva! ¡Qué gane el mejor! Natalie, veremos si gana tu chica.

Una letra femenina azul pálido


Y ya que estamos de recomendaciones, os hago partícipes de una historia literaria que me ha encantado. Es un librito muy pequeño, que se lee en nada de nada (no llevárselo a un viaje de más de dos horas y media con retraso).

¡Espero que os guste!

El Club Dumas


Ay, veo que mi Guisante no pone nada en el blog. Supongo que está atacando a la tesis con todas sus fuerzas y terminando el resumen como loca. Siento un peso sobre los hombros y la responsabilidad de sacar adelante este sitio cibernético sin anécdotas ni reflexiones en los bolsillos.

Así que voy a hacer una reseña literaria. Me estoy leyendo “El club Dumas” de Pérez Reverte. No había leído nada de este autor, por el simple e irracional hecho de que me caía mal de forma simple e irracional. Pero he superado mis miedos y estoy en ello.

Me gusta el libro. Me lo estoy pasando bien y pese a que reconozco, no sin sonrojo, que me he pasado por el forro alguna que otra página un tanto pedorra que a mi entender sobra, pues estoy enganchada. Un poco tufillo al” Código Da Vinci” o a la “Sombra del viento” todo junto pero, me da igual y dejo de lado las reflexiones comparativas para leerlo con gusto cuando lo cojo entre mis manos. Eso ya es bastante maravilloso.

No puedo obviar, queridos lectores que seguís las aventuras de esta página altamente interesante, que hace tiempo el Guisante y yo tuvimos un encontronazo literario protagonizado por ella, una acérrima defensora de “El Conde de Montecristo” y una servidora, inquebrantable ante la convicción de que dicho tocho no había por dónde cogerlo si no era para usarlo con fines poco literarios, como calzar una mesa muy coja o impedir el cierre de una puerta por el viento. También es posible utilizarlo para encender una lumbre en caso de emergencia.

Pero bueno, como una humilde aprendiz que soy, palurda confesada ante la cultura global, reconozco que gracias a Pérez Reverte, al que antes odiaba, estoy viendo otra cara de “El Conde de Montecristo”, al que antes aborrecía. Lo que hace la información y la formación, fíjense ustedes. Ahora casi me entran ganas de leerme “Los tres mosqueteros” y me siento atrapada por el poder de Dumas y las inmensidades del folletín todo junto y de seguido. Sé que me arrepentiré en cuanto empiece a leerlo (no soy carne de folletín novelesco) pero el hecho de que aparezca un ápice de duda razonable en mi invencible opinión, es algo. Por eso, merece la recomendación.

(Es curioso cómo cada vez que busco una portada en internet para colgarla aquí, no me conformo hasta que no doy con la edición que me estoy leyendo)

martes, 11 de octubre de 2005


Edimburgo/Edimbra


Edimburgo es una ciudad muy bonita. Muy gris, muy lluviosa y sin luz, pero esas cosas también tienen su encanto. Aunque pueden llegar a deprimir al viajero, eso sí.

Aquí os dejo unas fotos del viaje.


Tú que ya no eres


Cuando ves las fotos de hace mucho, te das cuenta por la multitud de aspectos por los que has pasado. Te ríes cuando recuerdas la época en la que llevabas el pelo corto peinado con gomina, la época en la que se llevaban los pantalones pesqueros, la época de los collares y las faldas largas, la época de las espinillas, la época en la que estabas como un trullo, la época en la que se llevaba la moda chándal… miles de épocas.

Lo que pasa es que cuando ves las fotos, no es tan fácil darte cuenta de las diferentes personalidades superficiales por las que has pasado. Y digo superficiales porque en el fondo, uno siempre sigue siendo el mismo pese a estos vaivenes temporales.

Este finde, he estado en Edimburgo con un amigo. Tenía una excusa para plantarme allí y la he aprovechado. ¡Cómo no! Y mientras paseaba por las calles bien arropada, he podido viajar en el tiempo y colocarme de un salto a la Laura que hace ya dos años y pico se paseaba por esas calles. Una Laura totalmente diferente. Diferente en sus aspiraciones, en sus penas y alegrías, en su forma de enfrentarse a la vida, en su día a día cotidiano, en sus risas, en sus sentimientos, en su lugar… yo pero a la vez, otra persona diferente.

Esas cosas siempre las vivo y me parecen extrañas.

jueves, 6 de octubre de 2005

La UE


Ayer estuve entretenida en un sueño. Esta vez tiene la forma de súper contrato de la Unión Europea para irme a una delegación de la Comisión a un país remoto.

A mi me gusta hacer estas cosas. Mandar currículos en busca de trabajos estables en países desconocidos. Por una parte, me asusta que un día me llame un señor vestido de traje aunque yo no lo vea, y me diga que me han seleccionado. Por otra, como soy una aventurera encerrada en el cuerpo de una semi-cobarde, pues sé que mi vida no cambiaría de otra forma y que todos los países y todos los mundos que siempre he querido conquistar, no van a venir a mi si no es por esta vía.

Además, estoy contenta doblemente. Porque desde ayer vivo en un sueño. Y no lo hago sola. Tengo a alguien en el camino. Alguien dispuesto a coger las maletas y venirse de exploración conmigo si se diera el caso. Y yo le admiro. Y eso es una gran suerte. Eso es que te toca dos veces la rifa.

De una lista enorme, he tenido que elegir cuál es el escenario en el que yo quiero poner en marcha mis planes mentales. No es lo mismo imaginarse ser una familia feliz en Djibuti que en Taiwán. No es lo mismo pensar en un salón lleno de muebles lacados que en una habitación con dosel antimosquitos. No es lo mismo ir a trabajar en mangas de camisa que en botas de agua. No es lo mismo.

Mis elecciones, por orden de preferencia, han sido:

Uruguay
Costa Rica
Argentina
Chile
México
Viêt Nam
Camboya
Estados Unidos (New York)

Posibilidades = pocas. Ilusiones = elevadísimas. Ignorancia de la realidad (ilusiones-posibilidades) = elevadas. Pero, ¿y a mí que más me da? ¡El positivismo ha vuelto y está aquí para quedarse!

Tiembla Karolinska!

Hala, qué pocas ganas de ponerme a escribir el fastuoso resumen de la tesis en inglés que me proporcionará fama, reconocimiento mundial y un masajista 24/24 7/7…
Por cierto, no os habéis preguntado nunca por que retuetanos tardan tanto en dar el Premio Nobel? Es que en la academia Karolinska esa no hacen los deberes? es que a los tíos del Helicobacter pilori les han dado el premio por sus descubrimientos del 83… 22 años después, y no los dan a titulo póstumo, o sea que si te mueres entre tu descubrimiento maravilloso y el premio, se siente, haber sido mas resistente. Si en los oscar estuviesen haciendo lo mismo le darían el premio este año a E.T… en fin, que mas vale que me de prisa en descubrir algo…

miércoles, 5 de octubre de 2005

Persianas


Desde el momento en que mi madre me sugirió que por qué no ponía unas persianas de seguridad en la ventana de la terraza de mi casa, debí entender que esas persianas iban a ponerse. Con o sin mi consentimiento. Por eso, me he enterado de que ha quedado con el chico de la empresa en mi casa y que dentro de poco le llegará el presupuesto. Y encima, como estrategia ya utilizada anteriormente, me intenta convencer de que soy yo la que las quiere y la que un día dijo que sería buena idea ponerlas y que lo único que hace ella es ayudarme.

Mi familia me hace luz de gas. ¿No hay una orden de alejamiento moral para estos casos a la que pueda acogerme? No quiero persiana, no me gustan las persianas, yo me hice una casa sin persianas a posta. No obstante, habrá persianas en la ventana de la terraza de mi casa. Eso lo saben hasta los negros de África.

lunes, 3 de octubre de 2005

Laura 0, destino 1


Hoy es uno de esos días que me siento derrotada por la vida. Y como sé que en el fondo no tengo razones para pensarlo y que, si lo razono un poco tengo más que agradecerle a mi existencia y sus circunstancias que echarle en cara, utilizo doblemente este pensamiento para autocastigarme por sentirme fatal y utilizarlo en el fondo para sentirme más mal aún y odiarme a mi misma y al mundo. No me digáis que no os pasa.

En situaciones como estas, cualquier pequeñez se vuelve enorme. Enormemente negativa, claro. Si resulta que no viene nadie a tu clase de pilates y la profesora se ensaña contigo, claramente es un drama. Si la página del blog no funciona temporalmente, claramente es horrible. Si tu cuenta bancaria es una ruina y la hipoteca te acecha, se multiplica por mil el mal porque nadie vino a tu clase de pilates y el blog no funciona. Si además, le sumas que hay un eclipse que sólo ocurre una vez cada 200 años y no tienes gafas para verlo y además, no puedes subir fotos a la página web, apaga y vámonos. Tu vida es un fracaso y te has quedado sin bastones por mirar al eclipse sin gafas y quedarás mutilada ocularmente para siempre. Por no decir si, encima de todo eso, el pintor aún no te ha barnizado el suelo después de cuatro meses y la luz que veías al final del camino en tu pesadilla laboral, apunta a que se esté apagando, no se sabe si realmente o por la falta de bastones que acarrearás de por vida.

Todo lo que me llega son señales malas. Todos los signos apuntan a que mi destino, en ese diálogo que sólo yo entiendo, me está diciendo que me autodestruya porque soy un despojo. Y más peor aún: un despojo sin remedio. Soy capaz de matar con mis propias manos a alguien que me hable de optimismo hoy.

En activo


Bueno, ya estoy en casa de nuevo. ¡Qué bien! Aunque no suene muy bien decirlo, pues tenía ganas de volver y de estar en casa. Sí, sí, como os lo cuento. Tenía ganas de irme de Praga, donde estaba en una conferencia con los gastos pagados por mi jefe llena de gente interesante de otros países donde se podía hacer miles de contactos. Quería volverme a la patria. No quería viajar. Y me da igual que suene totalmente snob y pedorro. Viajar no siempre es interesante, aunque para ser progre haya que decir lo contrario.

Podría haber aprovechado el tiempo para perderme por las calles de la ciudad vieja y respirar el misticismo embriagador que desprende el romanticismo praguense. Haber aprovechado el viaje para encontrarme a mi misma, reflexionando sobre mi devenir mientras saboreaba una taza de humeante café en un bar perdido entre sus callejuelas estrechas. Y yo me digo que a hacer puñetas con todo eso. ¡A la mierda! Ni me gusta andar sola, ni quiero pensar más de lo que lo hago, ni me apetecía hacer amigos y sobre todo, no me gusta el café.

Cuando estoy sentada en un sitio sola más de media hora, sin nada que hacer y teniendo en cuenta que el tiempo estimado que me ha llevado beberme el te/cocacola/zumo es aproximadamente de 10 minutos, me invade la pena. Debe ser que:

a) no soy progre
b) tengo una vida interna muy pobre
c) soy sociodependiente
d) no tengo imaginación
e) soy de las que creo que todas las acciones tienen un fin
f) nunca me ha parecido relajante parar y dejar pasar el tiempo, sino todo lo contrario
g) huyo con frecuencia de mi misma

Cada uno es como es. Y las cosas que no me gustan de mí, pues intento cambiarlas. Pero, ¿para que voy a forzarme a que me guste estar más sola que la una en una ciudad extraña con un frío de pelotas? Aunque también, he de decir que es cuestión de momentos, supongo.

jueves, 29 de septiembre de 2005

Temporalmente fuera de servicio

Encontrándome tan lejos ahora como esta mañana de escribir el proyecto de investigación perfecto que me permitirá vivir en los próximos tres años y de cuyo plazo no quiero acordarme pero termina mañana al ponerse el sol, creo que me iré a casa en breve dando saltos con los pies juntos cuestabajo y cantando el lalalá, con peligro para la vida del artista, pero con final feliz puesto que el hospital me pilla de paso…
Los que opinen que deberia quedarme y estrujarme er seso hasta escribir algo decente que levanten el dedo.
Los que opinen que debería abandonar la ciencia y dedicarme a la venta ambulante que digan alto y fuerte : yo.
Para cualquier otra consulta marque el 2.
Tut tut tut…

La tentación de la carne

Ayer en el super un alguien desconocido no pudo evitar caer en la tentación de la carne conmigo...
Y no tiene que ver con la película de cine erótico de bajo presupuesto que os estáis montando en la cabeza ni con el psicodrama creado por algún director austriaco.Ayer me pasaron dos cosas, o mejor tres, en el super.
Fui zombi-cansada, arrastrando los pies, al super grande que hay cerca de nuestra nueva casa. Estaba muy lleno de gente y los pasillos con las cosas estaban puestos como al tuntún: cosas de papelería en medio de la fruta y cosas por el estilo, vamos, como el ultramarinos de mi pueblo pero a lo bestia. Y yo perdida, y con 30 francos (unos 18 euros) en el modenawer... y en mi zombidez iba yo llenando la cestita roja de cosas y más cosas y más cosas... llego a la caja, y pongo todas mis cosillas en la cinta transportadora... 50 francos. Toma, no tengo, vale, pues espera que voy al cajero del piso de arriba.
Subo a la carrera pensando en la vergüenza que estas cosas suelen darle a los hijos cuando le pasan a las madres, como si no tener suficiente fuese un pecado horroroso.
Saco mi dinerín y me vuelvo a la caja, buff, pago, comienzo a meter mis cosillas en las bolsas y, asombroso descubrimiento: Me habían robado la carne!!! sucios traidores!! los filetes de pavo y las dos chuletas de cerdo con las que nos íbamos a proteinizar estos días!!! no me lo podía de creer, menos mal que la cajera, que debe de ser psicoterapeuta y santa a tiempo parcial, me dejó ir a buscar otras carnes con las que sustituir las mancilladas... En fin.
Ya de vuelta a casa pensaba yo en lo antropológicamente interesante que era el hecho de que me hubiesen robado precisamente la carne (claro, la explicación sencilla es que es lo más caro), pero me imaginaba una familia y el padre llegando a casa: -'niños, os he traído carne', y todos: -'bieeeen!! haremos un fuego en el salón y la asaremos.' No sería lo mismo con unos calabacines...

sábado, 24 de septiembre de 2005

Aplaudir en el avión

Se que es una tontería, pero siempre me emociona un poco cuando, al aterrizar en un avión de pasajeros, la gente aplaude. Es como un respiro de alivio colectivo, que uno comparte con los demás, olvidándose de las formalidades por un momento: Ufff, no ha sido de esta, que bien, vivos todavía...

Y me gusta porque es espontáneo, poco formal y porque es cada vez más raro: antes se hacía más, ahora depende mucho del destino. Es como si la gente seria de paises serios diese por sentado que el piloto debe hacer bien su trabajo y por tanto, si a ti no te aplauden cuando entregas un informe o cuando le quitas un virus al ordenador, por que aplaudir al piloto?

Por eso ayer, cuando todo el mundo aplaudió cuando aterrizamos en Lisboa me emocioné, y casi me dieron ganas de dejarme llevar y de entrar en la cabina, sacar al piloto a hombros, vitorearlo y cuajarlo de besos (debe de ser por eso que no nos dejan quitarnos el cinturón de seguridad hasta que no ha pasado el brote de entusiasmo).

Oe oe oe oeeeee!

viernes, 23 de septiembre de 2005

Lacónico

No tiene nada que ver con el lacón, no es el adjetivo que se usa para describir a alguien que comparte cualidades con un « pedazo de cerdo cocido », aunque a partir de ahora puede dársele un nuevo uso y comenzar a buscar personas a las que llamárselo. Ya puestos también podríamos inventarnos « jamónico », para alguien que es un « pedazo de cerdo salao ».

No se me puede culpar de esta parida, estoy escribiendo un informe aburrido de esos para que te financien una investigación, en los que tiene que parecer que en realidad ya la has hecho y ahora quieres gastarte el dinero que te den en beber para olvidar.

Morena y la radio


Hoy voy a salir en un programa de radio. Pero no una radio subversiva de contrabando sonoro, sino en una emisora normal de la que la gente puede escuchar con su arradio del Carrefour. Otra cosa es que la escuchen, pero por poder, pueden. Voy en nombre de mi asociación (Asociación Territorios Vivos, www.territoriosvivos.org) y me podréis escuchar esta tarde entonces, a las 19.00 horas según la franja horaria española, en Radio Intereconomía. El programa se llama Nave Tierra. Toma ya.

No he ido nunca a la radio, ni siquiera de visita. Aunque a veces paso por delante de las oficinas de Onda Cero. No sé con qué me encontraré allí y ni siquiera sé si me pondré nerviosa. Mis amigos de la Asociación me han mandado hoy muchos mails para ayudarme con lo que tengo que decir, pero es posible que luego me aturulle y las cosas se me atrofien en el celebro. Celebro que esté usted bien. Pero bueno, una experiencia más.

Llevo toda la mañana haciendo gárgaras porque, dado que dudo que pueda desarrollar un planteamiento sesudo sobre la conservación mundial y sus debilidades, por lo menos que quede audiblemente placentero. Menos mal que no fumo puros y que ayer no me cogí una cogorza. Menos mal que tampoco parece que tenga nódulos en la garganta y que me extirparon las anginas hace muchos años. Con lo que me ha dado la genética en cuestión de cuerdas vocales tendré que apañarme.

También llevo diciéndome a mi misma un montón de consignas que luego me pasaré por el forro. Como por ejemplo que tengo que hablar despacio, cosa que me cuesta sobre todo en estado de alerta máxima. Ya veré. Oye, tampoco tenemos nada que perder, excepto mi dignidad. Pero con episodios varios que me acontecen en mi vida, creo que la pobre está ya para el arrastre y se levanta de cualquier batacazo.

miércoles, 21 de septiembre de 2005

Ella no sabe cuidar de sus hijos…

Hay que ver como le gusta a la gente mayor meterse con el mundo.
Café, mesita al sol, guisante revistando unas notas con un croissant (no como instrumento sino como compañía). En una mesa cercana una madre con dos niños pequeños. Niños algo ruidosos pero nada fuera de lo normal. Madre comprensiva y relativamente tranquila, que les habla pero no les pega ni les da pellizcos de monja. En otra mesa más cercana aún, dos jubiladas y un jubilado. Tema de conversación : lo ruidosos que eran los niños y la falta de mano dura de la madre, que induciría a los niños en el futuro a realizar poco menos que actos criminales variados a causa de una falta de figura de autoridad… Qué café me han dado… Lo decían todo a gritos (bajo el pretexto de estar sordos y no oírse los unos a los otros) para que la madre perdiese la paciencia y les introdujese un croissant por la nariz…

Tocaba ginecólogo o el ginecólogo me tocaba


Ayer fui al ginecólogo*. Estaba sentada en la sala de espera y me sentí un poco mal. Las chicas que estaban a mi alrededor, eran como todo glamour. Bien peinadas, consultando la agenda y haciéndole ascos al Hola!, con unos zapatos a la última combinando perfectamente con el estilo del traje de chaqueta, con las mechas estupendas sin raíces, etc. La típica chica a la que le queda todo como en su sitio, sin ser especialmente guapa o con buen tipo. No haré comentarios ni un listado de comparaciones absurdas entre ellas y yo, porque todos más o menos os podéis hacer una idea por donde andaba la cosa y de todos los atributos físicos con los que, en definitiva, ellas habían sido agraciadas y yo no.

Yo me pregunto cómo se hace eso. Porque por mucho que yo intente muchas veces vestirme bien, o ir arreglada, o ponerme el pelo como a mi madre le gustaría… no me queda igual. Será que no sé llevarlo con porte diplomático. ¿Es que hay que nacer de una determinada forma para ser pija? ¿Es que las que nos hemos caído al otro lado de la raya no podemos ya cruzar la frontera en toda nuestra vida?

Y claro, irremediablemente dada la situación y la ubicación de todas nosotras, me puse a pensar en sus chichis.¿Cómo los tendrían? Seguro que iban con depilación brasileña y les olía a rosas. ¿Lo tendrían teñido? ¿Les habría dado por hacerse dibujos? Porque estas chicas a las que me refiero, es como si fueran inmunes al dolor sobrehumano que te acontece en una sala de depilación en la lucha encarnizada con los pelos allá dónde los haya. Y por ello, son capaces de ir más allá del simple “quítame lo que sobra” para adentrarse en el mundo de “¿y si me hago…?”. Y también son ajenas al olor corporal, de todo tipo, bien sea axilar o pélvico.

Desde luego, ¡quién fuera mujer acondicionada!

*Es interesante resaltar llegados a este punto, que la querida Guisante y yo, por avatares de la vida, compartimos el mismo ginecólogo. Coincidencias que no paran de asombrarnos. ¿Será que el mundo no es tan grande como quieren hacernos creer? Quizás nos tengan aglomerados en ciertas partes del mundo y hay zonas despobladas y maravillosas en las que hay gente poderosa pegándose la vida padre. Por eso están tan interesados en que viajemos en avión, para no pararnos por el camino y descubrirlos.

viernes, 16 de septiembre de 2005

Felicidad


¡¡¡Me voy a Praga!!! Mi jefe tendría que ir a un Congreso de Evaluación Ambiental Estratégica (http://www.iaia.org/) y no le apetece, así que me paga los gastos y me voy de enviada especial a cotillear. Una ciudad que me encanta y un tema que me encanta. ¡Y gratis! ¿Alguien está pensando en apuntarse? Sería el colmo ya no ir sola.

Hoy es un día de esos en los que todo sale redondo. ¡Viva y reviva! Primero, paso la ITV del coche, luego me llama mi jefe para decirme que si quiero que me financie un congreso en Praga, luego me terminan de colocar la cocina, luego me sale un billete muy barato de chiripa, luego me llama una amiga de mi madre que posiblemente pueda ayudarme con algo de curro, luego planeo con un amigo el viaje a Edimburgo…

¡Madre mía! ¡Qué suerte que tengo en la vida!

miércoles, 14 de septiembre de 2005

Felicidad simple

Qué bien nos dan de comer en la abadía, madre, esto es una perdición. Llevo tres días aquí y me siento como en casa, eso de no cocinar sienta estupendamente. Te levantas, te duchas, y bajas a desayunar, todo listo, rico, se comparte mesa con intelectuales parisinos que comentan espectáculos de danza y libros de los que no he oído hablar nunca y me transporto mentalmente al 68 (que no al 69 guarros, más que guarros) con todo su glamour de cuello alto y chaquetas de pana y adoquines y eso.

Luego a la biblioteca, que es la iglesia restaurada con su rosetón y todo, a leer leer leer mil cosas interesantes y a tomar nota de cosas más interesantes aún, que sólo me faltan las gafas para sentirme realizada plenamente. Cuando me da hambre, a comer. La mesa puesta me espera con cosas ricas y compañeros de mesa distintos pero igualmente interesantes. Hay quien estudia el estilo de un novelista ruso por métodos matemáticos, hay quien analiza sicológicamente las novelas de un escritor aparentemente esquizofrénico. Se come, se charla, se bebe vino y se come queso al final de la comida (Vive la France!). Café, mucho café. Y de nuevo a la biblioteca. Estudia que te estudia hasta las 6. ¡Y luego libertad! para pasear, para leer novelas, para comer uvas. Libertad que dura hasta la estupenda cena que me espera dentro de un rato, jejeje.

Zapatillas


No he hecho mucho deporte a lo largo de mi vida. Por eso nunca he tenido que enfrentarme a la compra de unas zapatillas para correr. Y ahora, de lleno metida en el “Proyecto Cisne” con el que pienso remodelar mi vida y sobre todo mi cuerpo, tengo que comprarme unas.

Las zapatillas de correr son todas horribles. Están llenas de colores fosforitos, parches reflectantes y tienen el tacón muy grande, porque la cámara de aire para amortiguar el impacto no puede esconderse en ningún otro sitio. Quizás sea para que te empuje hacia delante y no puedas pararte nunca.

He querido ser contrabajista porque fui a un concierto, decoradora de interiores porque un día fui a una casa que me encantó, fotógrafa porque en una exposición de Nan Goldin fue la primera vez que sentí el arte, escritora porque me encantaría hacer que la gente viajara por lo que escribo, costurera porque la ropa es muy cara y no me gusta… y ahora que tengo que comprarme unas zapatillas para correr, diseñadora de calzado deportivo para que la gente pueda salir a dar brincos con algo decente en los pies.

¿Me mudo?


Ya me han acabado las obras de mi casa prácticamente. Ya creo que dentro de poco, cuestión de una o dos semanas, podré mudarme y sacar mis cosas olvidadas desde hace meses en un guardamuebles de Pinto. Tendré que empezar a pensar en la mejor pared para poner ese cuadro, en el color de las colchas y en los congelados necesarios cuando una vive sola y es desorganizada con su agenda por apuntarse en el último minuto a cualquier bombardeo.

Claro que todo esto depende de esta tarde. Depende de si puedo o no abrir la puerta blindada que me pusieron hace tiempo por algún método. Un método que me permita solucionar el problema que surge cuando a tu pintor le da por pintar la puerta y acto seguido, cerrarla para que, ya que se seca la pintura, se queden bien sellados marco y hoja y no se pueda entrar nunca jamás.

¿Alguien me presta un hombro para dislocarlo?

Y volvemos con las azafatas


Guisante, ya estoy de vuelta. Buf, ¡qué ajetreo!

Es que esta semana pasada he estado haciendo azafatismos durante cuatro días, en una cumbre de ministros iberoamericanos todos ellos de corbata y con espalda recta. Para ello, he tenido que recluirme en el Parador de Segovia, que es desde donde ellos realizaban sus tareas de relaciones internacionales y sobre todo, desde donde comían y visitaban lugares pintorescos del paisaje cultural castellano.

Ha sido una constatación de lo mucho que sirven estos congresos multitudinarios con personas de estas que están al cargo para firmar documentos. Documentos que no me he enterado bien si es que están hechos ya con anterioridad cada uno aportando desde su casa, o es que es una plantilla tipo estándar, adaptable a cualquier partido o régimen, y que sólo tienes que imprimir desde un archivo que les viene en el ministriword por defecto. El caso es que no les he visto discutir mucho. Claro que con la pata de cordero todavía asomándote por la glotis, poco se puede hacer.

Podría contaros peripecias mil que me han acontecido a lo largo de toda esta semana de reclusión, pero no hay palabras para describir una actividad que transcurre con tanto desenfreno y en la que es necesaria una capacidad intelectual de elevada categoría como la mía. Tengo estridentes calambres en las piernas, los dedos de los pies deformados, la mandíbula en estado de huelga anti-sonrisa y un tremendo sosiego interior por saberme una profesional del mundo del celuloide verde/pañuelo dos aguas que no tiene parangón. Me sonrío a mi misma por la satisfacción personal que te reporta el trabajo bien hecho.

lunes, 12 de septiembre de 2005

"Yo no compré pan..."

Debe de ser por eso que estoy tan cansada, madremivida... esta mañana he cogido el tren de alta velocidad para venir muy rapido muy rapido a Caen, en el norte de Francia, y ahora mismo estoy escribiendo desde aqui. El teclado tiene todas las letras cambiadas y los acentos son imposibles de encontrar... Ya me ha dado tiempo a ver que tendria que haber traido las sandalias pese a todo y a perderme en bici al ir al super y solo he podido encontrarme siguiendo al autobus, bendito sea. Duermo en una abadia, y hoy no hay nadie mas, ningun otro visitante del archivo, asi que me siento un poco como si esta noche se me fuesen a aparecer los personajes del Nombre de la Rosa. Si se me aparecen me pido perseguir a Sean Connery (no he leido el libro, no) a ver que lleva debajo del habito...

viernes, 9 de septiembre de 2005

Visiones caninas y no sólo…

Un día, estaba yo tranquilamente caminando hacia mi dosis de café, en la cafetería del cern, mirando un poco hacia el suelo y otro poco hacia mi interior, cuando en el suelo, allí, frente a una máquina de café, veo unas zapatillas de estar por casa, que no contentas con yacer allí, traían una persona dentro. La persona era una jóven en pijama, con el pelo talmente como los Europe en los 80 recien levantados. Mi primera reacción fue pensar : -tenía que pasar, he perdido la razón… y como el señor de « Una Mente Maravillosa » le pregunté a la cajera si ella también podía verla, y como podía, decidí volverme loca un poco más tarde.
El otro día estaba yo en mi minipiso hablando con el ser que cohabita conmigo cuando de pronto, sin previo aviso : un caniche blanco, pequeño en el balcón. El ser que cohabita conmigo y yo, pensamos al mismo tiempo que mi cerebro había caducado, máxime cuando salimos al balcon y ni rastro de perro. Peeeero, todo tenía una explicación racional de nuevo, y es que el perro venía del piso del vecino por entre la barandilla y el muro… uffff, otra vez será…

miércoles, 7 de septiembre de 2005

El sempiterno autobús

Una señora hoy en el autobús (vivo en la careteeeeera, dentrodeunautobús…) se me ha sentado al lado, oprimiendome, ocupando mucho sitio del mío e impidiéndome leer con claridad la parte del libro en la que todo el mundo se reía de Darwin porque le dedicaba demasiado tiempo a las lombrices de tierra. Yo me he aplastado mucho contra la ventanilla para no tener su gluteo sobre mi, pero ha sido inutil.
Mirada furibunda, resoplido, respuesta de la señora: perdone, es que tengo un brazo inmobilizado.
Mirada de sorpresa-verguenza-pero que mala persona soy-perdone usted.
Ella me tomaba por un triclinium, no por la naturaleza perversa que yo asumo presente en casi todas las señoras, sino porque su brazo, el que daba al pasillo, había sufrido una curiosa operación después de una aparatosa caida. Todo me ha sido revelado, con pelos y señales, mientras ella me enseñaba discretamente los puntos, los moratones, los hierros que asomaban de las carnes (esos me los he imaginado yo…). En fin, claro, le he cambiado el sitio, dispuesta a protegerla con mi cuerpo de los golpes de los minibolsos axilares y de las mochilas.
Jo, qué gris sera mi vida cuando me mude de casa la semana que viene y pueda venire andando a la biblioteca…

martes, 6 de septiembre de 2005

Cosas que le pasan a una estando aquí sentada…

Tranquilamente, en una biblioteca dedicada a la historia de la medicina, rodeada de libros. Teclea, teclea, teclea referencias… buff, qué aburrimiento.
Me doy la vuelta a ver que libros tengo a mis espaldas, que son siempre los mismos, y están desde su estantería cotilleando constantemente lo que hago (ahora leen esto y sacuden sus páginas). Muuuuuuchos libros de historia de la biología, de Jay Gould, Dawkins, Mayr de y sobre Darwin, y también de mucha otra gente poco conocida. Pero justo, justito detrás de mí, un libro editado por un tipo, digamos llamado “Fulano Pensante”, es decir, de un tipo con nombre alemán y un apellido igualito al mío, que no es nada común y menos escrito como lo escribimos nosotros, familia de mutantes.
Raro… de verdad.
Estas cosas con los libros son curiosas. Me pasó otra cosa hace tiempo. Leía yo “Comme un roman” de D. Pennac, y él en ese libro habla del amor a la lectura, de como transmitirlo etc. En un capítulo cuenta que llega a una clase de instituto donde es professor y que se decide a cautivar a los alumnos leyéndoles simplemente un libro, claro, no uno cualquiera, escogiendo uno que cautive desde el principio. Y yo, en el sempiterno autobus, que cierro el libro con el dedo dentro y pienso, “-yo les leería El perfume-,” retomo mi lectura y zás, les lee El perfume…
Estas cosas me hacen pensar, creer que todo lo que pasa a veces es un poco raro, como cuando el otro día vi un caniche en mi balcón, y yo no tengo perro y vivo en un quinto… pero esa es otra historia que será contada en otra occasion…

lunes, 5 de septiembre de 2005

Las jubiladas británicas…

...pueblan las tranquilas aguas de las termas de Divonne les Bains, Francia.
Así pude constatarlo el sábado pasado.
Muchas, pero muchas muchas de estas señoras chapoteaban en las piscinas, los Jacuzzis y se vaporizaban en el baño turco. Estaban seguramente purificando sus cuerpos de las toxinas acumuladas durante años de beber te y jugar al bridge.
Bajo el albornoz blanco de rigor, vestían sus bañadores de leopardo con accesorios dorados, o sus bikinis de volantes. Algunas paliaban el horrible efecto estético del gorro de baño obligatorio dejando cascadas de rizos, permanentados y/o teñidos, escapar por doquier.
La media de edad de las termas explica en parte, pero espero que no totalmente, la mirada libidinosa que me echó el empleado de la limpieza cuando me vió con mi fastuoso bikini. En fin, que me sentí rejuvenecer, 40 años, para ser exactos.
Qué le va a hacer una si tiene aficiones propias de octogenaria… quizá debería dedicarme a cosas más propias de mi edad como quién sabe, procrear? Jugar a los videojuegos? Hacer dieta? Hacer calceta? hmmm

La mutación de las VISAs


La vida de las finanzas va muy rápido. Si no, que se lo digan a mi tarjeta de crédito. Pues estando yo esta mañana comprando unos billetes por Internet, ha sufrido una mutación y ha cambiado de categoría en un abrir y cerrar de ojos.

Resulta que cuando he comprado los primeros billetes (sí, soy pobre y hago un viaje en varias escalas), tenía en mis manos una Visa Electrón, o eso me ha dicho la máquina. Y cuando he comprado los segundos, posiblemente con una diferencia horaria de 5 minutos, pues la misma tarjeta había pasado a ser Visa de crédito, por la cual me han cobrado una comisión de 4€ y se han quedado tan anchos. He marcado Visa Electrón y me ha dicho que nanay de la China (y no de otro sitio) y que volviera a marcar otra categoría. Les ha faltado decir que a ser posible, una de las pocas que lleva dicha maldita comisión. ¿Alguien entiende algo?

Pero bueno, como soy una mujer feliz que dejó hace mucho de vestir con botas de militar y de luchar sistemáticamente contra el sistema, he aceptado la bendición del señor Easyjet y ya tengo mis billetes. Quizás con un golpe de suerte, dentro de unas horas tenga en mis manos una Visa Platino y pueda comprarme un yate con tripulación y amigos de pega por catálogo de esos que siempre ríen pese a que estén limpiando el coche a pleno sol y gastando agua en periodo sequía.

Really, really, a mi yate no se sube sin trikini, que no sé lo que es. ¿Tantas cosas hay que tapar?

sábado, 3 de septiembre de 2005

Azotes del mundo


Nueva Orleans. ¡Qué barbaridad! ¡Qué horror!

Empiezo a trabajar


Bueno, supongo que ya puedo decir que estoy de vuelta en el mundo laboral. Lo digo porque es sábado y estoy delante del ordenador trabajando en un nuevo proyecto que me tiene investigando sobre las condiciones ambientales de la zona de Albacete, caga y vete. No me apetece mucho, la verdad sea dicha. C’est la vie!

También puedo decir que he comenzado este nuevo curso escolar dejando huella, como no era menos, haciendo de las mías y volviendo a recordarme, por si se me había olvidado después de estar tumbada a lo largo y ancho de mi propia extensión en la arena de la playa sin actividad mental aparente. Soy la misma de siempre. Soy yo y me lo recuerdo de vez en cuando.

El miércoles me mandaron para Albacete en un coche alquilado azul eléctrico con un aire acondicionado potente y una radio CD empotrada en el salpicadero. Para allá que me fui con los objetivos de buscar: A) una cueva de origen kárstico en algún lugar de la campiña y B) un puente romano sobre una rambla debajo de una carretera/autovía.

Empecé por la cueva, porque me parecía que lo del puente era pan comido (la rambla es una y la carretera autovía es una, luego la intersección de ambos elementos no parecía tener problema a priori). Decidí dar un toque de confianza a la sabiduría popular y me planté en los campos de cultivo dispuesta a preguntarles a los lugareños de la zona que seguro habían escalado por los riscos más de una vez. Una cueva no se genera de la nada así como así, luego si los agricultores eran de la zona, seguro que la conocían. Y la conocían. Así como conocían también la senda de elevada pendiente acribillada por el sol de agosto en plena estepa por la que me mandaron a trepar como si tal cosa.

Y para allá que me fui. Con mis chanclas, mi ropa negra y mi bolso, todos ellos elementos por todos conocidos como una mala mezcla para paseos por el campo. Que no se me ocurrió pensar antes de partir que tendría que sacar de donde fuera mis olvidadas aptitudes para el trecking de alta montaña, porque confié en el aire acondicionado del coche sin pensar que en algún momento quizás tendría que abandonarlo realizar desplazamientos y porque no tenía bolsillos para guardar el móvil mientras andaba. Y trepé, y trepé y subí y subí, llegando al objetivo en elevado grado de deshidratación y con un calor de la leche. Toma foto por aquí, toma foto para allá. Y, ¡uy!, ¡qué ganas de hacer pis!

Lección número 1: no se va al campo con chanclas. ¡Menuda hostia que me di! Lección número 2: cuando te entran ganas de hacer pis en el campo, a falta de papel, una no se debe limpiar NUNCA con toallitas de colonia de limón anti marisco… ¡como escuece la chirla! Así que bajé por la senda no os digo cómo. O sí: deshidratada, dolorida por la hostia y con una ligera tirando a grande molestia en mis partes pudendas. Eso sí, riéndome de lo lindo. ¡¿Qué coño hacía yo allí?!

Pero por si no fuera poco, todavía me quedaba el puente romano. Tras hacer una composición de lugar, me dije que pese a que eran las 14.30 de la tarde y aún no había comido ni bebido, mejor sería acabar cuanto antes y luego empezar la retirada parándome en un bar de carretera para deleitarme de su amplia oferta gastronómica toda con moscas y su aire acondicionado moviendo el aire viciado de fritanga. La decisión estaba tomada… ¡a por el puente!

Llego al lugar indicado. Un lugar estupendo en mitad de la nada sin ninguna sombra ni presencia de vida animal, bien sea educada o salvaje. ¡Vaya!, no hay puente. ¿Me habré equivocado? Cojo el coche. Para arriba y para abajo. El puente no aparece. Salgo. Camino un poco. El puente no aparece. Cojo el coche. Para arriba y para abajo. Salgo. Camino un poco. El puente no aparece. Empiezo a mosquearme. Cojo el coche… cojo el coche… ¡Uy! Parece que no arranca. Bueno, parece que arranca pero no anda. Salgo del coche. ¡Uy!, ¡mira tú por dónde! Parece que me he quedado atascada en mitad de la nada, sin agua y a 50 grados a la sombra en un banco de arenas succiona coches.

Estudio la situación. No existe nada que pueda socorrerme ni parece que por ahí vaya a pasar un alma en décadas. Para entonces seré una pordiosera con el pelo largo blanco y las uñas sucias encorvadas, sin dientes y con mirada perdida. Los buitres empezarán a merodear en breve acechantes sobre mi cabeza… ¡basta! ¡Pensamiento proactivo, Laura! Así que cojo un palo y empiezo a excavar. ¡Y yo qué sé! No se me ocurría otra cosa. Recuerdo que la temperatura exterior es altamente elevada y yo voy de negro. No hay nada que hacer. Cada vez que arranco el maldito coche se hunde más. ¡Me odia! En un alarde de fuerza descomunal, intento mover sola el coche. No se mueve ni un ápice, lógicamente. ¿Qué esperaba? Quiero llorar y se me ocurre llamar a un amigo por si tiene alguna solución. Es carpintero, ¿no se supone que tienen que saber de coches? Parece ser que no. Y a mi que me parecía tan lógico en aquel momento… Quiero llorar un poco, pero sé que no me servirá de nada.

Comienzo a caminar hacia alguna parte. Lo único que hay es una autopista llena de camiones con camioneros dentro (de otro modo, sería un susto terrible). Ante la expectativa de acabar con las piernas detrás de la oreja en la cabina de algún vehículo longo, decido caminar y buscar otras opciones. Diviso la señal de una gasolinera. Voy. ¡Mierda! La gasolinera está al otro lado de la autovía. Al otro lado de la valla. Veo una persona. Le grito. ¡Socorro! El chico me mira y alucina. Mantengo, o eso intento, establecer una conversación con el lugareño interrumpida por miles de camiones pesados con mis posibles violadores al volante. No me entiende y tampoco puede hacer nada. Una valla y una autopista nos separan irremediablemente. Vivo en mis carnes el efecto barrera…

Comiendo a caminar hacia el coche. Por lo menos esperaría la muerte dentro. La boca es de esparto. Mi ánimo de mantequilla. Y la mantequilla se derrite con el sol. ¡Qué calor! Pero… ¿qué es aquello que reluce en lo alto del castillo? Es un pájaro, un avión, un satélite un platillo. No, ¡¡es una furgoneta de una empresa de reparación de aire acondicionado avanzando por los cultivos!! Le hago señas sin pensar en la estampa que me gasto. Llega hasta mí. Es un chico muy apuesto que me mira con cara de espanto. Pese a eso, porque es la persona más maravillosa del mundo, decide ayudarme. Vamos al coche y comienza a excavar, se tira al suelo, pone piedras, saca una cuerda, la ata al eje, la ata a su coche, arrancamos y… ¡¡¡¡el coche fuera!!!! ¡¡¡¡Llevo dos horas desesperada pero el coche está fuera!!!! Le amaría eternamente si no amara a otro. Querría abrazarme a él y retozar en la arena si en realidad no quisiera abrazar y retozar en la arena con otro. ¡Es el héroe de la campiña albacetense!

Y así me vuelvo a casa. Sin puente, deshidratada, escocida, llorosa, sucia y cansada. ¡Trabajar no es nada bueno!

viernes, 2 de septiembre de 2005

Cuestión de bragas


Tengo la regla. No soy una persona ordenada ni metódica. O sí. Pero sólo para ciertas cosas. Por eso quizás no entiendo porqué hay chicas que tienen en su cajón un apartado especial de bragas para “cuando tienen la regla” y otras para uso cotidiano. Y normalmente las de la regla son un trapo cochambroso medio roto desteñido.

Cuando tengo la regla me siento sucia. Pringosa más bien. Todo es aparatoso. Siempre pienso en la extirpación de órganos internos cuando me viene. Por eso, si cuando voy al baño y lucho para limpiarme mientras sujeto el tampax usado e intento meterlo en algún recipiente que normalmente tengo a mis espaldas (que además tiene pinta de ser un arsenal cargado de enfermedades venéreas completo) mientras me tiemblan las piernas que me sujetan en volandas para orinar sin tocar nada, si además tengo unas bragas asquerosas, me deprimo más.

Los detergentes han evolucionado. Lo limpian todo y lo dejan oliendo bien. Son unos elimina manchas estupendos. La sangre no es corrosiva. No perdura para siempre. Se va con el ciclo de lavado habitual. ¿Por qué no usar entonces las bonitas para animarte en esos días del mes en los que quieres que te administren por vía venérea una dosis sobrenatural de testosterona, a ver si te pasas al lado contrario y además de no tener la regla empiezas a ser persona barbuda de pensamiento simple y comportamiento básico?

jueves, 1 de septiembre de 2005

Cibernosis abandonada


¡Uy!, no sé qué me pasa pero he sido totalmente abandonada por la fiebre cibernética. Me paso horas en casa pero no enciendo el ordenador. Solo quiero irme a la playa y mirar el horizonte y poner la antena a la conversación de la ciudad-sombrilla que se han montado los de al lado y hacerme un peeling natural cada vez que me doy crema mezclada con arena y entretenerme en quitarme la arena de los pies cuando estoy seca y sé que por ello me voy a ir al agua en breve y dormir a la sombra escuchando los sonidos tan extraños que interrumpen al mar…

Estimada de tal


Querida Guisante,

Ya te dije yo que lo de El Conde de Montecristo era un fiasco y que el libro no prometía. No vamos a desvelar a nuestros lectores el final de semejante tostón de la literatura pero he de decir, que de todas las cosas, casi mejor que acabara de esta forma que tanto te indigna. ¡La otra me habría hecho romper el libro y quemarlo en un alarde de rito satánico!

Te recomiendo, no obstante, que te dejes bucear por la corte del Rey Arturo y su familia. Me estoy leyendo Las Nieblas de Avalon y pese a que al principio me costó no apartar la mirada de las páginas y perderme en extraños derroteros, al final ha acabado eganchándome y hasta me dan ganas de leer y todo. Tiene el lote completo: conspiraciones, amores sin freno, sexo, magia, traiciones, guapos, feos, celos, envidias, amistad, perdón y venganza, sueños... Y todo esto en un maravilloso volumen para pillarse una escoliosis en toda regla. ¡Un reto perfecto para dos psicópatas como nosotras!

miércoles, 31 de agosto de 2005

Anoche, en una pesadilla
era lapidada con peladillas...

jueves, 25 de agosto de 2005

Destinada a crecer:

Pies de plomo y pájaros en la cabeza que se empeñan en volar.
Y me estiro, me estiiiro, me estiiiiiro, y aún así no se como llegar a fin de mes.

Picatorpes = (picatostes + picaportes) / 2

Cambio futuro laboral incierto por pelusa gigante.

Cambio exjefe pitopáusico por presunto futuro jefe majara.

Cambio pequeño piso con pintores residentes por gran piso incierto y/o lugar debajo de un puente.

¿Desde cuando un piso amueblado no incluye sofá o mesa en el comedor? ¿pueden una plancha y una tabla de planchar ser introducidas por vía anal en el cuerpo de tu futuro casero sin que la relación se deteriore?

¿Es la deriva continental fría en invierno pero extremadamente cálida en verano?

¿Si un guisante tiene exactamente el mismo peinado que Camilo Sexto en los viejos tiempos, debería pasar a llamarse Sextante? El vino en un barcoo, de nombrextranjerooo...

De vuelta y vuelta


Buf, supongo que estoy de escribir en el Blog es como asumir, decididamente, que he vuelto de vacaciones. He de decir que llevo unos días en Madrid, haciéndome la loca y evitando pensar que todo se acabó, pero me han descubierto y ahora no puedo negar la evidencia: ya no estoy en la playa, ya no estoy tomando el sol y necesito una ronda de depilación urgente.

Pero nada de sentimentalismos. He llegado, para horror de mi querido Guisante, con más energías que nunca. La vida es un lugar maravilloso. O por lo menos, el piso vital en el que habito. Empezando por lo básico (esto es, tengo dos piernas, dos brazos y no tartamudeo mucho) y acabando por lo trascendental (no sé a dónde voy ni de dónde vengo, pero por el camino siempre me entretengo).

Y esta nueva etapa, lo que significa principalmente, este nuevo calendario escolar que empieza ahora, lleva en portada los siguientes titulares: “Cómo acabar una obra y no morir en el intento”, “La incesante búsqueda de un trabajo digno”, “Hacerse mujer es ir a limpiezas de cutis” y “Con lo grande que es el mundo y las ganitas que tengo de verlo”. Todos esos son mis nuevos objetivos.

miércoles, 24 de agosto de 2005

Una idea de bombero...

La Península Ibérica se nos quema.
Europa Central está inundadita perdida.
Una idea me viene a la cabeza: camiones cisterna, o mejor, aviones jumbo con bolsas gigantes colgando conteniendo miles y miles de litros de agua (y no me digais que no es posible porque ayer mismito vi una foto de un avión de esos grandes llevando a caballito el Discovery... si eso es posible, esto también).
El avión sobrevolaría entonces un incendio y chof... adios fuego. Algunos observadores atentos quizá viesen incluso unos castores despistados en medio del caos, pues se cree (verídico) que los castores del zoo de Berna se fugaron hace unos días aprovechando la subida de las aguas...
Fue un trayecto abyecto
para la lombriz locomotriz
pero en el futuro, seguro
será más feliz...

martes, 23 de agosto de 2005

Los dinosaurios se extinguieron...

Bueno, eso no es del todo cierto, pues nos quedan los pájaros, pero vamos, la mayoría de ellos se extinguió, y no por andar tirándose pedos de metano que aumentasen el efecto invernadero, sino por que llegó un meteorito sin avisar y les pegó en toda la parte gorda.

¿A qué viene esto? a que acabo de descubrir que un meteorito podría atizarnos en cualquier momento sin que ni siquiera los chicos listos de la NASA se diesen cuenta, y la verdad es que la idea no me ha gustado nada (para más información "A short history of nearly everything" de Bill Bryson).

La combinación de esta certeza totalmente inútil y el regreso de las vacaciones supone un cocktail que me empuja de nuevo a escuchar 70 veces diarias "arriba los corazones".

A parte, el destructor pintores que ataco el planeta really happy hace unos días, tiene las llaves de nuestro cuco pisito (que lectores asiduos recordarán como con 34 metros cuadrados) y amenaza con llegar a las 7 de la mañana cualquiera de estos días. Por ello, los contenidos de cocina y baño han sido apilados en el salón-comedor-dormitorio-despachito-biblioteca-jardín y cualquier descuido alimentado por la confusión reinante puede llevarme a ducharme con salsa de ostras o a echarle aftersun a la receta más pintada, con imprevisibles consecuencias.

¿Cómo se enseña a desconocidos un piso en este estado? pues con mucho cuidado, porque a parte de todo parece que nos mudamos de casa. Cerrad ahora los ojos e imaginad el camarote de los Hermanos Marx... pues eso.

jueves, 11 de agosto de 2005

Ahora mismo me pongo a hacer algo productivo…

Que ya son las 4, leñe… y es que esto de las prevacaciones es lo que tiene. Por la mañana aún he conseguido hacer algo, pero por la tarde… buff, imposible. He leído 18 blogs, todos los recovecos de varios periódicos por internet, he tomado café, pero dios mío, que sueño, que zozobra… Al menos me ha servido para enterarme de varias cosas interesantes, una es que unos 600 chinos se suicidan al día, lo cual me ha parecido flipante, parece ser que es a causa del estress por los cambios en la sociedad y todo eso, otra cosa de la que me he enterao es que sólo cerca de un uno por ciento de los espanoles declara no ver nunca la tele. He aprendido mucho sobre las migrañas, entre otras cosas que, a veces, antes de un dolor de cabeza fuerte, se ve como una cosa brillante, una especie de aura, lo cual echa por tierra mi teoría de que unos misteriosos alienígenas se intentaban comunicar conmigo hace algún tiempo haciéndome visualizar bananas luminosas.
Toda esta desconcentración viene porque mañana nos vamos de vacaciones, y yo tengo una crisis porque no tengo escogido libro. Me debato entre algo placentero pero poco práctico, tipo terminar “the hitchhiker guide to the galaxy”, algo placentero y práctico a la vez, como leer algo bueno en portugués y así no hacerme un lío cererbral de lenguas, dado que voy a Portugal, o algo no tan placentero como leer alguno de esos libros semirelacionadosconeltrabajoquesiqueno de divulgación científica. Esas cosas que no leo normalmente por que son demasiado de divulgación y que no leo en vacaciones porque son demasiado de trabajo…
Lo idealmente perfecto megamejor sería un libro de historia de las epidemias escrito en portugués en clave de humor ¿sugerencias? Ah! Y que no sea deprimente, porque el año pasado me decidí por El Evangelio según Jesucristo de Saramago y vaya tela, la alegría de la huerta, muy bueno, pero el ánimo me lo dejó hecho unos zorros…
Nada, revistas, los crucigramas basados en el código davinci, los posos del café, algo que compre en un pronto por ahí, es que yo sin libro no se que hacer en la playa, socorrooooooooo!

miércoles, 10 de agosto de 2005

Los optimistas y lo peor

Qué poca imaginación tienen a veces los optimistas. Se les nota sobre todo con las consabidas frases “hombre, lo peor que puede pasar es…”, con las que siempre denotan una capacidad muy limitada de imaginar cosas malas pero malas malas.

Ejemplo: Un ser cualquiera va a perder un avión y lo está pasando fatal. Un optimista le dirá: “-hombre, tranquilo, si lo peor que puede pasar es que te toque pagar para que te cambien el billete.”
No, no y no. Pueden pasar mil cosas peores, muchísimo peores, y basta pensarlo sólo un poco para darse cuenta.
Puede uno tener un accidente horrible de camino al aeropuerto por ir con prisas y perder una oreja, entrar corriendo al terminal y que la policía te ataque por pensar que eres un terrorista, meterte en un avión equivocado y terminar en Bankok sin más equipaje que un D.N.I. caducado y una tarjeta de embarque para Cuenca. Allí pueden raptarte para extirparte un riñón con el que preparar algún plato local, haciéndolo pasar por carne de perro. La herida, a causa de la mecromina genérica, se te puede infectar, y puede que en ella te pongan una tirita de Pipi Langstrum. Puedes entonces ser recogido por una secta sueca satanica y descubrir que no consigues pronunciar la ä. Las posibilidades son inagotables.
Hay que currarselo un poquito más, eh, optimistas…

martes, 9 de agosto de 2005

El viejo truco de la atracción de feria

Chico conoce a chica, se gustan, se van a vivir juntos, y, años más tarde, ella quiere ir a cenar a un restaurante japonés caro.
Qué hace el chico de nuestra historia?
El tiene un plan maligno: la lleva un rato antes de paseo, el momento es propicio, la ciudad está en fiesta, los enamorados y la juventud bacalaera se divierte en las atracciones de feria. Él pone esos ojos de Peter-Pan y pregunta ilusionado: subimos? mientras su dedo índice señala un horrible aparato de tortura con un elevado brazo giratorio que apresa varios ejes con sus garras.

Las garras levantan a la gente y la giran a toda velocidad en todas direcciones (yo estimo que en más de 4 dimensiones) haciendo que el estómago se introduzca e invada otras cavidades corporales y que el cerebro se golpee fuertemente contra todos los recovecos de la boveda craneana.

Ella no supo negarse.

Lo lamentó.

Gritó, durante 8 larguísimos minutos, insultos en varias lenguas (incluyendo el arameo pero excluyendo uno de los dialectos saami) a los manejadores de la máquina.

Se bajaron del aparato para caminar sólo unos metros hasta desfallecerse en un banco. Comida japonesa descartada.

La operación atracción de feria fue un rotundo éxito, pero ella, no es rencorosa pero quien se la hace se la paga, ella le tirará de los pelos de la nariz mientras duerme cuando él menos se lo espere...

Croquetas de silencio y ska

Esto no puede ser, idas, venidas, vacaciones, visitas, trabajos nuevos y más vacaciones no fomentan la escritura.
Las croquetas están rellenas de silencio, y hasta yo, que se de sobra que la morena sigue enmoreneciendo en alguna playa, visito el blog de vez en cuando a ver si alguien ha escrito algo!!! Claro, de pronto me invade una culpa intense, la culpa, esa gran enemiga de la inspiración para todos menos para la iglesia… en fin.
Que quería aprovechar aquí para decir que el blog de really happy me gusta bastante, así que, como él sí que escribe, pues eso, que lo visitéis.
Por lo demás, aquí no hace demasiado calor, así que por las mañanas con la bici camino del trabajin se me quedan las carnes de aquella manera. Pero el viernes, verano de nuevo, la migración estacional a tierras lusas se impone, y las playas de Aveiro y nosotros nos disfrutaremos mutuamente.
Horas y horas me esperan de jugar a las palas, leer el periódico en la playa y marujear alguna que otra “Maria”: revista portuguesa increíble de cotilleos, que se aprecia en toda su casposidad mucho major no sabiendo quien es absolutamente nadie de los personajillos que en ella aparecen.
Bien! Como reza el Viejo ska, I’m in the mood for ska (or love, según gustos).