miércoles, 31 de mayo de 2006

De estreno...

...y no de zapatos, sino de obra de teatro, ¡qué miedo!

Este año he seguido un curso para aprender francés haciendo teatro. Vamos a representar una obra y estrenamos hoy (y acabamos mañana, carrera rápida y fulgurante).

Toda la compañía está compuesta por extranjeros (no suizos y no francófonos) y representamos una obra sobre las fronteras y los problemas que causan a la gente, problemas que no nos son ajenos a la mayor parte de nosotros. Estamos contentos. Estamos asustados, pero sobre todo nos hemos divertido ya mucho. Esta noche, salga como salga, abra merecido la pena.

(Más detalles mañana, si todo sale bien)

jueves, 25 de mayo de 2006

Con el sueño, se me olvidaba el título...


Tengo un sueño horrible. Se me caen los párpados de arriba hacia abajo, y los de abajo los reciben con los brazos abiertos y las pestañas peinadas hacia atrás para que encajen a la perfección. Y se está tan agustito a oscuras y dejándose llevar… Pero no puedo dormirme, claro.

Me he dado cuenta de que tengo un montón de cosas que hacer siempre. No es que me moleste, porque cuando veo un hueco en la agenda siempre tiendo a llenarlo y eso tiene que querer decir algo, pero estoy cansada últimamente. Necesito estar en mi casa un rato para coger fuerzas y volver a salir por ahí a taconear, adelantar mi trabajo pendiente, poner la lavadora, escribir mails a mis amigos de lejos, planchar, ver la tele, dormirme a una hora decente, cenar con mi pareja, leer (¡cuánto lo echo de menos!), descansar en el sofá hasta tarde… Y quiero ver a mis amigas del cole, que hace un montón que no las veo y las echo mucho de menos.


Como dice Really, really happy, es que soy un ser social yo también. Me encanta estar con gente. Me encanta ver a mis amigos. Me encanta hacer cosas. Me encanta la sensación de reírme y de sentir que estoy disfrutando. Me encanta ir de aquí para allá. Pero, qué curioso. También veo que cada vez me agarro más a mis amigos y no dejo entrar a extraños. Tampoco me gustan las aglomeraciones de amigos, porque llega un cierto número de personas a partir del cual necesito mucha, mucha confianza para estar a gusto. Y entonces me meto en mi caparazón y no participo. Me siento rara y empiezo a mirar a mi alrededor como desde fuera de mi misma y no desde dentro, que es desde donde se mira normalmente, ¿no?

lunes, 22 de mayo de 2006

Cosas que de vez en cuando me devuelven la fe en la humanidad...

Finlandia ha ganado el festival de eurovisión con un grupo de Heavy Metal Satánico. Pinchando aquí podéis ver el video. Atrás quedaron los tiempos de Massiel y el La La La...

viernes, 19 de mayo de 2006

Teología de andar por casa

Ayer, pensando en la relación entre la culpa y la religión católica llegué a la conclusión de que la culpa es toda nuestra (por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa...) por querer tener un dios perfecto. Me explico: los romanos, los griegos etc., no tenían dioses perfectos, tenían una pandilla, más o menos grande de tipos que andaban siempre metidos en líos, Zeus liándose con toda hija de vecina, etc., etc. Pero nosotros no, nosotros necesitábamos uno perfecto. Y ese tipo perfecto nos creó, ¿y cómo un perfeccionista iba a crear algo imperfecto como nosotros (baste leer el periódico o estudiar detalladamente los propios codos para ver la chapuza de la obra)? Respuesta: no, el nos creo a su imagen y semejanza, osea, como debe ser, pero nosotros, muy tempranamente además, la cagamos con el tema de la manzana y fuimos expulsados del paraíso. Es decir, nosotros tenemos la culpa de nuestra imperfección, y por eso hay que bautizarse para librarse del pecado original (en realidad, pecar comiendo una manzana es verdaderamente original, los hay que descuartizan viandantes o roban chocolatinas). Y he aquí dos puntos claves: búsqueda de una perfección imposible y sentimiento de culpa por no poder alcanzarla, dos puntos que llenan a diario los consultorios de los psicoanalistas.

Quizá sería mejor dejarnos de perfeccionismos, volver a adoptar los dioses griegos o romanos y que los psicoanalistas se dedicasen a ser oráculos, sumos sacerdotes, vírgenes vestales y esas cosas.

jueves, 11 de mayo de 2006

Brooklyn Follies

Paul Auster

No había leído nada antes de Paul Auster hasta hace un unas semanas, y eso que el Pantalón de pana nos lo había recomendado meses antes en un comentario que dejó a raíz de un post. Ahora sí que puedo decir: “Pantalón, mon amour, ¡qué razón tenías!”

La verdad es que cogí el libro con cierto recelo, pero ¡cómo me ha gustado! La forma de escribir (que te hace saltar de la silla), la historia, los personajes… ¡Qué bien me lo he pasado! Disfrutar leyendo es un placer.

Así que os recomiendo que cojáis el toro por los cuernos y os peguéis un viaje por sus páginas. ¡Buf!, qué gusto da despegarse de uno mismo por un tiempo…


PD. No he podido incluir una portada del libro, como me gusta, pero es que no puedo bajarme el programa de subefotos en el computador de la oficina. Ché, boluda guisante, si leés esto, subímela de internet, por favor.

La oficina


Hoy no tengo absolutamente nada que hacer en la oficina y por eso no tengo esperanzas de que el reloj avance a una velocidad ni medio decente. Mi ordenador marca las 8:49 y todavía queda mucho hasta las 15:35, hora legal para mi huída.

Mis herramientas para superar el tedio son: 6 rotuladores (1 azul, 2 rojos, uno verde, 2 negros), 2 pilots (azul y negro), tres bolis (2 negros y 1 azul), un cubo porta clips, los clips de dentro, unas tijeras, una bandeja de papeles, una calculadora, una grapadora, un teléfono, una papelera, unos cajones vacíos y un calendario. Y mi ordenador con acceso a Internet. Punto y final. Mis amenazas son mi aburrimiento, mi cansancio con sueño, mi sequía mental, el avance lento del tiempo y las ganas que tengo de irme, que me ciegan.

McGyver haría de esto un armario empotrado. A mi me cuelga todo de las cervicales y me duelen.

miércoles, 10 de mayo de 2006

Contacto


La morena está por ahí trotando por los prados verdes, llenos de amapolas y con un sol radiante a todas horas. Trota que te trota, vete para allá y no seas marmota. También está adapta que se adapta a un curro nuevo, con su gente y sus tradiciones, su idiosincrasia y sus telas marineras. Esta frase no rima, pero es como la vida misma. Hay veces que se va acorde con lo anterior y otras que te sales por la tangente.

Todas las mañanas me doy cuenta de que la recepcionista, que tiene mi misma edad o así, lleva el pelo súper ahuecado. No sé qué va a dejar para cuando sea abuela. También me doy cuenta de cómo las chicas que engordan, siguen reutilizando las camisas que tenían en el armario pero ahora las llevan abiertas con camisetas debajo. A todas nos pasa. Yo tapo las aberturas con chaquetas de punto, que es una de las prendas de vestir que más me gustan junto con los calcetines gordos esponjosos.

Tengo que hacer muchas cosas siempre. Estoy metida en demasiados embolados. Esta semana tengo una cena con alguien todos los días. Vaya, vaya, bocadillo de caballa.

martes, 9 de mayo de 2006

Mucho tiempo de abandono de croquetas...

Es cierto, pero es que la burocracia suiza lava más blanco y me tiene desde hace días sudando sangre para conseguir un permiso de trabajo.
Carambola de realidades.
En este país tan raro en el que grandes libertades y avances se juntan con grandes atrasos (como que las mujeres consiguieran el voto sólo en los años noventa en algunos cantones) no te dejan trabajar con facilidad, aunque la universidad quiera contratarte. En fin, podría ser peor, podría no contar con familia o amigos que me ayudasen, así que tampoco es tan malo. Además mis visitas a la Oficina Cantonal de la Población para hacer papeleo me están sirviendo como fuente de material estupenda si algún día quiero dedicarme de lleno al surrealismo y/o al hiperrealismo, dedicarme a ello de manera artística y no vital, como llevo haciendo hasta ahora.

Curioso como ciertas realidades se parecen a todo menos a la realidad.

¿Y la morena que hace, serpentea por los mares de la biodiversidad?