viernes, 29 de abril de 2005

Si todo en este mundo


Si todo en este mundo se coordinara sería perfecto. Si de repente alguna fuerza exterior sacudiera el globo por completo, haciendo que todo se convirtiera en un aparente desbarajuste, quizás las cosas encontraban su sito y las relaciones humanas se volvían más sencillas. Y a mi me gustaría de una vez ese chico que no para de mirarme con ojos de carnero degollado y yo dejaba de perseguir irremediablemente a aquél que sólo me mira al pasar, de soslayo, sin detener la mirada y clavarme su alma con chinchetas en el corcho de la mía.

Ya sé que esto podría ocurrir si me librara de mis prejuicios, o lo que sea que es eso que me impide enamorarme de quien de mí se enamora, pero claro, haciendo un repaso a los chicos que le gusto, la cosa está chunga. Normalmente, todos (que son bastante escasos, para qué negarlo) atienden a alguno de estos tipos:

TIPO A: Borrachos sin dientes apoyado en la barra de un bar, a ser posible sin aparente dominio sobre sus emisiones salivares, dada la gran cantidad de ellas que despiden cuando hablan.
TIPO B: Obreros de la construcción, de sobra sabido por todos con nula capacidad de discriminación entre lo que es carnaza y un par de tetas de lo que es una chica sensible y con corazón.
TIPO C: Freakys inadaptados que se dan cita en todas las fiestas all around de world que inevitablemente siempre terminan hablándome y de los que nunca nunca puedo deshacerme debido a mi incapacidad congénita para ser borde y desagradable con los demás.
TIPO D: Tímidos compulsivos que se piensan una y otra vez si llamarme o no llamarme o si invitarme o si mejor no invitarme o si les diré que no o si les diré que sí… ¡cuando lo que estoy es deseando que me llamen! ¡Cómo me gusta un chico con iniciativa!
TIPO E: Esos chicos estupendos a los que tengo la enorme suerte de gustar pero que por alguna razón, ya sea por una larga amistad, porque estoy ciega, porque ando persiguiendo a otro… no acaban de picarme la curiosidad. Aquí, entre estos, está el grupo sobre el que debo incidir. El caso es, ¿cómo?

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