martes, 11 de octubre de 2005

Tú que ya no eres


Cuando ves las fotos de hace mucho, te das cuenta por la multitud de aspectos por los que has pasado. Te ríes cuando recuerdas la época en la que llevabas el pelo corto peinado con gomina, la época en la que se llevaban los pantalones pesqueros, la época de los collares y las faldas largas, la época de las espinillas, la época en la que estabas como un trullo, la época en la que se llevaba la moda chándal… miles de épocas.

Lo que pasa es que cuando ves las fotos, no es tan fácil darte cuenta de las diferentes personalidades superficiales por las que has pasado. Y digo superficiales porque en el fondo, uno siempre sigue siendo el mismo pese a estos vaivenes temporales.

Este finde, he estado en Edimburgo con un amigo. Tenía una excusa para plantarme allí y la he aprovechado. ¡Cómo no! Y mientras paseaba por las calles bien arropada, he podido viajar en el tiempo y colocarme de un salto a la Laura que hace ya dos años y pico se paseaba por esas calles. Una Laura totalmente diferente. Diferente en sus aspiraciones, en sus penas y alegrías, en su forma de enfrentarse a la vida, en su día a día cotidiano, en sus risas, en sus sentimientos, en su lugar… yo pero a la vez, otra persona diferente.

Esas cosas siempre las vivo y me parecen extrañas.

1 comentario:

Kiko, ese hombre. dijo...

Al fin y al cabo, las expresiones fenotípicas son básicamente accidentales, con cierto componente de azar.

El genotipo lo tengo bien guardado con llave hasta que alguien acceda a recombinarlo con el suyo 23 a 23, en un trato justo.

Esto no es una proposición.