viernes, 20 de mayo de 2005

Es hora de hacer pis


Es horrible porque ahora que estoy semi ociosa, hay algunos días que puedo plantearme dormir hasta tarde. Antes de irme a la cama pienso que es una delicia de la humanidad el poderme acostar con mi libro del momento y leer y leer sin importarme la hora ni el futuro inmediato, hasta que mi ansiedad se vea satisfecha y mis ojos se caigan descompuestos del cansancio, porque por la mañana podré estar acurrucadita en mi silencio durante horas y horas. Pero todas las mañanas, a eso de las 7.30 a.m., me abaten unas enorme ganas de hacer pis. Mi vejiga se manifiesta y presiona insistentemente contra las terminaciones nerviosas que la unen con el cerebro y me despierta. Y yo quiero llorar. Y cierro los ojos y hago oídos sordos y me coloco de lado para evitar la sensación a base de posturas. Pero es inútil porque hasta que no voy al baño, no puedo dormirme y una vez que me he levantado de la cama, ya es difícil conciliar el sueño. La realidad siempre supera la ficción y los planes de permanecer en la cama roncando hasta horas que tengan al menos dos dígitos, se ven frustrados por este problemilla de líquidos y compensaciones osmóticas y se desvanecen de la imagen idílica que tienen en mimente. Un fastidio. Ahora tengo que irme a la cama porque mañana tengo que levantarme pronto para hacer pis.

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