lunes, 28 de febrero de 2005
Mujer Cáncer
Hay veces que me imagino que tengo una personalidad aventurera y que, ataviada con un minúsculo traje hecho de trozos de piel de cualquier bestia furtiva, voy por el mundo desafiando retos y luchando contra los avatares del viaje. Y claro, ni lo soy ni me voy a ningún sitio si no es en avión. Y normalmente, por decencia y por respeto a la integridad emocional de mis conciudadanos, suelo salir a la calle con algo más que un trapito maltrecho para cubrirme las lorzas. ¿Dónde está el error de cálculo que me hace desear ser algo que genéticamente no puedo ser? Pues en mi signo zodiacal.
Ya veis, una se pasa horas deseando que de repente se le caiga por el desagüe parte de la personalidad que viste y parece ser que ésta viene pegada a nosotros desde el nacimiento. Yo, como he nacido en 3 de julio, pues me ha tocado ser Cáncer y por lo que normalmente se dice en el contexto astrológico, eso me condena invariablemente a ser una buena madre, una persona hogareña y una buena esposa, que espera fielmente a su marido, al que adora por encima de todo bien y todo mal, amasando con sus propias manos un pastel de chocolate de la receta de la abuela. Y también parece que tengo que llorar mucho y ser tremendamente sensible, fiel, ahorradora y muy reservada. Y cambiar mucho de humor. ¿No se puede nacer otra vez y pedirse algo más animado?
Pero bueno, hoy he mirado en google a ver qué de nuevo había en relación a mi horóscopo (aburrimiento supremo y evasión laboral momentánea, sí), a ver si hay algo que me pueda de repente convertir en Aries o Escorpio, por ejemplo, y me he encontrado esta especie de sexobarómetro sideral que pone al alcance de mi criterio, por si fueran pocas los prejuicios que tengo ya en la cabeza a la hora de encontrar pareja, una guía rápida del hombre sexo-ideal. No tiene desperdicio, sobre todo la leyenda de la tabla. ¿Relación sexual dolorosa pero productiva? Ayyyyy, ¡atrás hombre Libra! ¡Detente, macho Sagitario! Yo sólo soy una simple damisela lunar que tiene que ir corriendo a sacar el pan del horno…¡Dios, qué tipo de perversión es esta!
La mujer Cáncer:
La mujer Cáncer es profundamente emocional, sensible y fiel; le gusta la casa y es amable. Es una mujer que expresa fácilmente sus emociones y sentimientos, pero aun así puede llevar puesta una armadura sexual. Es la esposa y la madre ideal, y puesto que Cáncer es un signo tenaz, sus relaciones suelen ser duraderas. ¿Por qué habría de sorprenderte que una mujer Cáncer te ataque con inconfundibles intenciones carnales? Quizá porque la mujer Cáncer suele esconder sus necesidades sexuales bajo un frío exterior. Por tanto, cualquier signo de pasión significa admitir que busca el amor en ti. ¿Podrías afrontar el desafío?.
La mujer Cáncer con:
ARIES-Combinación ardiente: *****
TAURO-Puede darle estabilidad: ****
GÉMINIS-Demasiado frívola: *
CÁNCER-Exceso de sensibilidad: ***
LEO-Pasión y estabilidad; puede funcionar: ***
VIRGO-Juntos vivirán cómodamente: ****
LIBRA-Carisma sexual, estilos diferentes: **
ESCORPIO-Empatía pero sexo dominante: *****
SAGITARIO-Demasiado frívolo para ella: **
CAPRICORNIO-Poderosa atracción, fuerte vínculo: *****
ACUARIO-Demasiado frío para su gusto: **
PISCIS-Fascinación fatal, ¿puede ella aguantar?: ***
*=Escaso entendimiento
**= Relación dolorosa pero productiva
***= La persistencia da frutos
****= Estimulante
*****= Un equipo increíble
Málaga, febrero de 2005
Mis pasos han vuelto a llevarme hasta la costa este fin de semana. Me gusta el mar. Me gusta verlo y escucharlo. Y también me gusta mucho nadar, pero no hacía calor y yo soy muy friolera. Ya volveré cuando las cosas cambien con esto de la temperatura. Y entonces me voy a bañar durante horas. Y a ponerme tan morena que parezca un churrasco, oye. Contigo o sin tí.
Un idioma a base de golpes
El francés es un idioma muy curioso que está todo lleno de golpes: un puñetazo es un coup de poing (golpe de puño), una patada un coup de pied (golpe de pie), un telefonazo un coup de téléphone (golpe de teléfono, claro que un telefonazo también es eso, ¡ponc!), un vistazo es un coup d’oeil (un golpe de ojo, para nosotros más un golpe de vista, por que un golpe de ojo debe de ser blando y mojado, ¡puaj!), un tijeretazo un coup de ciseaux (golpe de tijeras), y un flechazo un coup de foudre (golpe de rayo). Esto último también es curioso, ¿dónde queda Cupido con sus flechas? en Francia van y te pegan con un rayo, dejándote el peinado hecho un cristo, en Italia también, se dice colpo di fulmine…
viernes, 25 de febrero de 2005
From “Tortures”
Nothing has changed.
Except the run of rivers,
the shapes of forests, shores, deserts, and glaciers.
The little soul roams among those landscapes,
disappears, returns, draws near, moves away,
evasive and a stranger to itself,
now sure, now uncertain of its own existence,
whereas the body is and is and is
and has nowhere to go.
jueves, 24 de febrero de 2005
Nevaba ayer
Ayer estaba nevando en Madrid, pero no un poco. Estaba nevando y todo estaba blanco, los tejados eran de nieve y había cuajado como para poder coger bolas y lanzárselas a cualquier amigo mientras reías. O aprovechar la tontería para lanzarla con algo de saña al pelota de la oficina cuando salías a medio día a tomar el café con todos. La nieve había caído y con ella se podía hacer el bien o el mal. ¡Será jodía! Tengo en una mano el peso de toda mi conciencia. No sabía que era blanca, fría y que se derritiera.
Hoy ya brilla el sol y la nieve se ha ido, esfumándose en forma de agua por los submundos pero con la idea en la cabeza de volver a congelarse en la estratosfera, o cualquiera de las esferas atmosféricas, y volver a teñir de blanco otra cuidad en la que el sol se despiste. Se derrite pero no se destruye. La nieve de ayer de Madrid, puede estar cayendo hoy en Dinamarca. Fascinante esto de los ciclos y los bucles de la naturaleza.
miércoles, 23 de febrero de 2005
Hacienda, colas y ventanillas.
El otro día me tocó irme de peregrinaje por los oscuros y fríos fondos de la Administración, en forma de oficina de Hacienda. No vayáis nunca si podéis evitarlo.
Entro en el garito dispuesta a comerme el mundo y los procesos burocráticos de un golpe. Me acerco a la ventanilla de información con la mejor de mis caras de contribuyente indefensa. “¿Ha traído usted la autorización del representante legal?” ¿Mande? “¿Ha cumplimentado usted ya el modelo 538/K/2LK?” ¿Ein? “Ande, coja un ticket, póngase a la cola, compre el formulario, coja otro ticket otra vez, de vuelta a la cola, espere mientras rellena todas las casillas con preguntas extrañísimas y luego, si se atreve, entréguelo a cualquier funcionario con cara de acelga, con una muestra reciente de su orina, sus notas de 5º de EGB y haga el pino puente en el pasillo mientras sacude alegremente las orejas”. ¡Coño, me ha vuelto a ganar en tres simples asaltos! Sencillo como la vida misma. ¿Por qué? Pues porque la Admón. está al servicio de todos los ciudadanos, tú incluido. Pero no flaqueo. Si hay que hacer el pino puente, lo hago. Del barco de Chanquete, no me moverán.
Me siento en la silla y hago lo que puedo con el formulario. Diviso a mi adversario que hace como que trabaja dando golpes a las teclas de un ordenador, demasiadas veces en cada tanda. Pese a que es un hecho conocido por todos que por mucho que te prepares con anterioridad lo que te piden y por mucho que lleves la fotocopia hasta del DNI del portero de tu finca, nunca (pero nunca, nunca) tienes todos los papeles necesarios, repaso mentalmente la cantidad de documentos que tengo en la carpeta. ¡No existe nada más que me puedan pedir! Me sonrío a mi misma. Miro alrededor y me detengo a observar de soslayo cómo el señor de mi derecha se saca con alevosía los mocos y luego ¡los hace pelotillas y los lanza al aire! (hecho verídico). ¿Es que el aburrimiento hace perder a al gente la dignidad o qué? Esta locura momentánea de mi vecino, que a priori parece alguien decente, me hace inferir que me queda para rato. Intento pensar en algo divertido, divisar algún guapo en la sala. Un juego de palabras, un juego de palabras, Laura… ¿Repaso la tabla del 8? Vamos a inventar una vida para cada una de las personas que están sentadas… Intento fallido de divertirme con el muestrario que tengo, con lo que vuelvo al dilema inicial del moco e intento sacarle partido. Imagino el recorrido de la pelotilla de moco en este mundo, como se pega a una suela de zapato, es barrido por una escoba, pateado por otra persona... Tras elaborar cadenas de tres o cuatro eslabones, la idea del moco peregrino tampoco da para tanto. Cuento las columnas que sujetan el techo para que no se nos caiga encima y nos aplaste inevitablemente, creando una masacre humana y un claro descenso de la financiación a las arcas públicas. También es un juego finito, limitado en el tiempo por muy despacio que cuentes. Y además, te conduce a terrenos escabrosos montada a lomos de tu imaginación.
Suena la campana. Yo, el número G159 entra en escena. La batalla acaba de comenzar. “¿Formulario cumplimentado?”. Sí. “¿Acta fundacional?”. Sí. “¿Fotocopia del DNI de la Junta Directiva al completo?”. Sí. Cara de acelga empieza a recular... “¿Y el pino puente con la coreografía de las orejas?”. ¡Ja!, tres hernias discales y una degeneración del cartílago en tres lumbares. Exenta. Salgo triunfante con mi papelajo en la mano. Hoy es un día lleno de gloria.
Enfermedades que dan risa
(Sobre todo a los que no las padecen)
Se me ocurren sobre todo dos que suelen tomarse a pitorreo, la tortícolis y las hemorroides. ¡Ja! ¡Qué risa!
Nadie toma en serio el sufrimiento de alguien con tortícolis. Ni merece la pena intentarlo. Llevas varios días viendo el mundo torcido, apenas puedes dormir y el dolor en el cuello te esta matando, y la gente se parte. Te persiguen con risa sádica para ponerte bien el cuello y otras ideas demoníacas. La juerga padre.
Pero las hemorroides son peor: tus placeres primarios barridos de un cruel plumazo, lágrimas como puños cada vez que tienes que ir al baño, horribles perspectivas ante un día sentada frente al ordenador y el cachondeo general cada vez que se menciona el tema. ¡Pff, con lo que duele eso! dicen los demás reprimiendo una risita, y a continuación se ponen a hablar de horribles operaciones, de médicos que con un maléfico guante y dedo en ristre avanzan hacia ti, implacables… y se parten de risa mientras te ven, muerta de miedo, intentar encontrar una postura en la que sentarte dignamente.
Yo me pregunto a qué se debe esta actitud. Probablemente es por que estas cosas rara vez son mortales y por tanto uno puede pitorrearse libremente pero ¿se ríe uno de la gente con gripe?¿o con una pierna escayolada?¿o con una hernia, por ejemplo?: No. Pues vale ya, o todos o ninguno. Desde carambola de croquetas pedimos que se ponga fin a esta discriminación.
martes, 22 de febrero de 2005
Mentiras consagradas
Alguien ahí arriba, o ahí abajo, o simplemente por aquí por el medio, tomando la forma de conciencia colectiva o de sabiduría popular, inventa los refranes para manipularnos, reírse de nosotros y reforzar nuestra fe en un sacrificio inútil. Claro ejemplo de mentira edificante:
“A quien madruga, Dios le ayuda”
Claro, la realidad es mucho más compleja, pero entonces no queda bien en un refrán. Podría decirse: “Si madrugas, y lo haces con gusto, es posible que las cosas te vayan mejor en ese día y que, en el caso hipotético de haber un Dios, este lo vea con buenos ojos y si le apetece, quizá te eche una mano, siempre considerando la hipótesis de que este Dios se saltase lo del libre albedrío a la torera y pudiese interferir, así, a la ligera, en la vida de un individuo en particular. Por otro lado, si uno no debe madrugar en ese día concreto puede que no sea necesario hacerlo, puesto que si uno está agustito en la cama ya no necesita mucha más ayuda en ese momento. Además hay que recordar que siempre puede que Dios no exista, o esté mirando para otro lado, o esté ocupado ayudando a otro tipo que madrugó más que tu.”
En fin, que no queda bien en un refrán.
Pero eso no autoriza a la sabiduría popular a mentirnos descaradamente.
Ya que existen refranes que no se ajustan exactamente a la realidad, o que carecen total o parcialmente de sentido, propongo inventar algunos a ver si se popularizan y crean confusión en un futuro próximo: ahí va uno
“Al elefante en sábado, todo se le vuelve trompa”
Su primera vez
Él recogía toda la nieve que podía con sus manos, e intentaba hacerla rodar por el suelo para hacer una bola grande grande que sirviese como cuerpo. -Pondremos tres- me decía, -dos para el tronco y una para la cabeza-. Unas hojas sirvieron de ojos y un palito lo hizo sonreír. ¡Qué muñeco más chulo quedó al final! ¡tenía hasta orejas!
Y fue genial estar con él la primera vez que hacía un muñeco de nieve y compartir su alegría y excitación.
Nunca es tarde si la dicha es buena, y 26 años es una edad tan buena como otra cualquiera para una primera vez.
lunes, 21 de febrero de 2005
Cuento por trozos y boca abajo. Trozo 3
Desde la jaula, podían observarlo todo. De hecho, era lo único a lo que se dedicaban todo el día. La vida era aburrida, aburrida en profundidad. No es que pudiera decirse que echaran de menos el volar por los campos ni el aire de primavera en la cara, pues a decir verdad, desde que habían nacido el único vuelco en el estómago que habían experimentado era el proporcionado por el va y viene del balancín de la jaula.
- ¡Mira!- le dijo él balanceándose – ¡Mira como vuelo!
- Te-te-te-te-ten cuidado y ten-ten-ten-te en pie – le dijo ella.
Y de repente, como si con eso ella hubiera lanzado una profecía más que una advertencia, él se esmoñó contra el suelo. Fue entonces cuando descubrieron que ella tenía poderes a la inversa. Que bastaba con decir, “a ver si tienes cuidado y no te atragantas con el alpiste” mientras comía para que él empezara a toser como un loco atragantado. Los dos se miraron y sonrieron, miraron fuera y se sonrieron. La diversión, así sin quererlo ni esperarlo, no había hecho más que empezar.
Tonterías trasnfronterizas
Vivir en Francia y trabajar en Suiza trae todos los días amenas sorpresas. Un amigo, que vive en Francia, iba a tirar el papel a su correspondiente contenedor, pero por el camino se le ocurrió ir a buscar algo a la oficina, en Suiza, y tirar el papel a la vuelta.
Volviendo ya a casa fue parado en la frontera, y a los policías franceses no les gustó ni un pelo que estuviese intentando meter basura suiza en Francia. Fue algo difícil convencerlos de que la basura, y hablamos de una pequeña caja con papeles para reciclar, venía de Francia y volvía a Francia pero pasando por Suiza.
Estas medidas, comprensibles a gran escala, se vuelven ridículas así, complican la vida de quien atraviesa la frontera 3 ó 4 veces diarias en la vida normal. Uno tiene que preguntarse trescientas tonterías antes de subirse al coche y pasar la frontera: ¿Llevo el ticket de las bragas para demostrar que las compré en España? ¿Llevamos más de un kilo de carne para la cena a casa de amigos? ¿Con cuanto dinero encima estamos pasando la frontera? ¿Cual es la composición exacta de la sobrasada?...
Trabajo tabajorum
Cómo eludir de forma eficiente el trabajo en un día cualquiera:
Antes de tomar asiento delante del ordenador, asegúrese usted de que no tiene sed, hambre o ganas de ir al cuarto de baño. Si es así, tarde lo más posible y no dude en realizar cualquier otra transacción que estimara oportuno. Las prisas son el enemigo del hombre.
Siéntese en su mesa de trabajo y encienda el ordenador. Láncese cuánto antes a mirar todas las cuentas de correo electrónico que tiene. No olvide ninguna de ellas, pues nunca se sabe dónde puede estar el mensaje que lleva esperando tanto tiempo o aquel que cambiará su vida.
Conteste todos y cada uno de los mails personales que tenga pendientes. No deje para mañana lo que se pueda hacer hoy. Es fundamental para la vida social mantener un contacto con los amigos y responder todo conato de comunicación por parte de alguno de ellos. Conteste hasta los mails en cadena o aplauda sin miedo el contenido del chiste que le mandó un amigo desde su oficina esa misma mañana, posiblemente en la misma situación de aburrimiento que usted.
Visite las páginas, blogs, fotologs… de sus conocidos en busca de las últimas novedades. Si quiere usted alcanzar el grado máximo, puede incluso hacerse usted mismo un blog y volverse adicto a él, con lo que en este paso puede aprovechar para tomarse un tiempecito pensando algo que colgar.
Mire a su alrededor. Sí, no lo dude más, su mesa está hecha un asco y así no se puede trabajar, pues corre peligro de perder la concentración en cualquier momento. Ordénela sin dilación, colocando el material de oficina por orden alfabético si es necesario. No olvide los cajones.
Vuelva a comprobar que no tiene sed, necesidad de ir al baño o tomar algo antes de empezar el trabajo.
Llegados a este punto, no hay más remedio que ponerse a trabajar. No obstante, no tenga miedo de volver de vez en cuando a los pasos 2º, 3º y 4º de forma intermitente a lo largo del día.
Si es usted autónomo, como es mi caso, le recomiendo que se ponga las pilas porque el trabajo, para su desgracia, no se hace sólo.
POR FAVOR, ¿PODRÍA ALGÚN CIBERNAUTA QUE PASARA POR AQUÍ DECIRME POR QUÉ DEMONIOS NO ME SALE EL TEXTO ORGANIZADO POR PUNTOS EN VEZ DE CONTINUO PESE A QUE LO CONFIGURO ASÍ EN EL POST? GRACIAS, AMORES.
domingo, 20 de febrero de 2005
Cine
Me puedo definir como una persona altamente llorante. Y normalmente, el máximo esplendor de esta peculiar particularidad de mi persona se manifiesta en el cine, un lugar lleno de personas que comparten conmigo amablemente y sin remedio los pormenores de mis lágrimas durante la peli completa si es necesario. ¡Que una tiene llanto para dos horas y mucho más si se tercia! Podría ser una de esas aficiones que se practican en solitario pero no, a mi me ha dado por la cosa del llanto y además suelo practicarlo como nadie en público con ahínco y dedicación. No me funciona eso de “dale Laura, échate unas lagrimitas ahora y así te vas al cine bien llorada, alma cándida”. La producción de lloro salino alcanza cotas inhumanas en mi caso. Dios, ¡si hasta he llegado a llorar con el trailer del rey león! Eso deja sin lugar a dudas, sin argumentos a cualquier lector escéptico.
El otro día, por ejemplo, fui a ver la película “Million dollar baby” (se aconseja al lector que no siga leyendo si no la ha visto y tiene intención de) y bueno, puede decirse que llorar lo que se dice llorar, lloré un rato. Como a la media hora ya estaba la bola en la garganta, presagio inconfundible de lo que se estaba gestando dentro y de lo que estaba por llegar. Aturdida porque creía que había ido a ver una película de golpes, puñetazos y sangre, a los 45 minutos ya estaba pidiendo a mi madre un suplemente de pañuelos para intentar luchar con dignidad contra la mezcla de fluidos corporales y gravedad, cosa que hasta el momento había estado cumpliendo con éxito con un simple sorber. A la hora, ya todo era un dejarse llevar, resignada a que lo que tuviera que pasar pasaría porque sí, porque el cine es así.
Y yo me digo que cuando sea mayor, pues lo mismo hago una peli inversa. Una película en la que se empiece llorando y en la que las personas que como yo nos dejamos embeber completamente por lo que estamos viendo, no tengamos que preocuparnos de que queda poco para el final y hay que ir frenándose a uno mismo. Poder pensar eso de “tú llora, que todavía te queda rato”. Planificar tranquilamente un carril de deceleración en la que tomarte el camino hacia la recuperación emocional con calma y progresivamente y no una zona de frenado rápido que te sorprenda con un encendido de luces. Que luego se te queda todo dentro.
viernes, 18 de febrero de 2005
Cuento por trozos y boca abajo. Trozo 2
Cuando todo empezó los palos de su jaula eran blancos como las nubes. Sólo llevaban allí unos minutos cuando ella de pronto sacó un trocito de ella a relucir. Un trocito alegre con final triste. Él la miró con atención, torciendo ligeramente la cabeza como los perros cuando escuchan, y entonces arrancó lentamente a hablar, explicándose a si mismo lo que acababa de oír, intentando integrarlo en su madeja.
Ella se durmió en esta hamaca de palabras, mecida, despacito.
La creación de los animales
Y Dios decidió crear los seres pluricelulares. Para ello ideo un tubo, con dos extremos abiertos. Por uno entraría el sustento, por otro saldrían los restos, puaf! y observándolo vio Dios que era bueno, y lo llamó tubo digestivo.
A partir de este tubo, origen de la vida, laberinto energético, engranaje perfecto, Dios creó diferentes criaturas:
Rodeó el tubo de carne blanca y escamas, de ojos saltones y boca para hacer pompas y lo llamó pez.
Lo rodeó de carne roja y melena al viento, de uñas, dientes y desplante y lo llamó león.
Lo rodeó de mirada líquida y nariz curiosa, de pelo corto y cola larga y lo llamó hámster.
Lo rodeó de neurosis y lo llamó Guisante…
Y Dios observó su obra, pestañeó un poco y en realidad ya no estaba muy seguro de si el resultado era bueno o no, pero lo dejó estar… ¡será vago el tío!
jueves, 17 de febrero de 2005
La ingeniería genética al servicio de la higiene en el hogar
Este es un llamamiento serio a los ingenieros genéticos para que se esfuercen en crear un animal que, sirviendo de mascota, tuviese la cualidad de dejar la vajilla perfectamente limpia y desinfectada pasándole la lengua. Podría alimentarse de restos de comida y resolvería varios problemas ecológicos de una vez.
Si tuviese algo de loro además podría aprender y recitar recetas, cantar y decir piropos…
Cosas que no deberían seguir sucediéndonos a los 30 años
El otro día, muy seria, voy a sacar unas monedas de mi bolsillo y zás, lo que saco es la mano llena de chocolate… ayayay…No guardéis nunca jamás chocolatinas en los pantalones, los adultos verdaderos podrían desenmascararos.
Cuento por trozos y boca abajo. Trozo 1
La diferencia fundamental entre los dos era que ella vivía su vida como si estuviera hecha de retales, como una colcha de cuadraditos independientes, y sin embargo él concebía la suya como un único hilo, largo y continuo, atado a un principio y un final. Donde quiera que ese principio y ese final estuvieran.
Quizás fuera esta la diferencia que explicaba por qué ella era tartamuda, y disparaba las palabras como balas hacia el aire, mientras que él era capaz de enlazar una con otra en discursos eternos que balanceaban ahí mismo, en el aire, las balas que ella despedía. Quién iba a decir entonces que su máxima diferencia sería precisamente el eslabón más fuerte de su amistad.
Gatos usados
¿De dónde ha salido eso de que los gatos tienen siete vidas? Es una frase nociva que induce al gaticidio en los niños más pequeños.
-¿Mamaaaaaaaaa, es verdad que los gatos siempre caen de pie?- y los niños prueban… total, los gatos tienen siete vidas… si algo saliese desagradablemente mal siempre puede usarse alguna de repuesto.
En realidad a mi siempre me detenía el pensamiento pesimista pero razonable de que quizá el gato que yo tenía para experimentar ya estaba muy usado y que tal vez vivía su sexta vida en una mezcla de neurosis y delirio de persecución permanente. Atormentarlo en ese caso podría ser peligroso para ambos.
Eso en realidad podría explicar por que los gatos son tan antipáticos. Es posible que lleven en la faz de la tierra miles de años, y que ahora estén en su quinta o sexta vida, ya no tienen ganas de andar jugándosela…
miércoles, 16 de febrero de 2005
Ayer estuve escogiendo la cocina de mi nueva casa
Ayer estuve escogiendo la cocina de mi nueva casa y he de deciros que esto de las reformas y las decoraciones es una decepción constante. Continuamente, tus familiares, tus amigos e incluso el constructor de la obra, con el que no tienes ninguna relación de parentesco ni compartes ninguna particularidad genética más allá de lo que te da la especie, te machacan dando su opinión al tun tun, cuestionando en todo momento lo que tú quieres. ¿La ventana a nivel del suelo? Eso te queda fatal. Con la casa tan pequeña que tienes vas a necesitar espacio. No, eso no te queda bien. Sí, sí, ¿y de dónde vas a sacar el dinero? ¿Rojo con azul? Menuda sosería. Hija, ya que te pones, haz algo moderno y no todo tan blanco. Al final te vas a arrepentir de no haberme hecho caso…Y así una y mil veces. Y yo, pese a lo grande que me siento físicamente a veces, es increíble como me reduzco a la mínima hasta hacerme casi invisible entre tanto bombardeo. ¡Parad, por piedad, que estoy aquí debajo!
Cuando me metí en esta alocada aventura, que me mantendrá en la ruina en los próximos años venideros y los restantes también, empecé una carpeta con todos los recortes de mis ilusiones que he ido recolectando con el tiempo. Soy una empedernida forofa de las revistas de decoración de interiores y como soy un ama de casa en potencia, me encanta eso de pensar cómo pondría yo la habitación, cómo sería la tela de las sillas, de qué color pintaría el baño… Así me planté ilusa de mí al inicio de todo esto, con un archivador gordo, gordo, que a medida que pasan los días, se va convirtiendo en algo flaco, flaco, disminuyendo a la misma velocidad que la casa se va convirtiendo cada vez en algo más convencional de lo que me prometí huir a pasos agigantados. Ahora, soy un mar de dudas: ¿Terminaré poniendo tapetes de ganchillo encima del televisor? ¿Acabaré forrando los sofás de plástico transparente para que no se me estropee el estampado de la tapicería? ¿Llegaré a combinar alguna vez los muebles de tubo con el dorado? ¿Acabará el payasito de Lladró mirándome acongojado desde la repisa de la estantería? Arrrgggggg, ¡¡qué difícil es ser una misma!!
Y para añadir más problema al asunto, encima es que tengo ojo crítico y sé seleccionar sin apenas información de base la gama más cara de cualquier material. No importa que una piense que siempre lo más sencillo, lo más liso, lo más simple es lo más barato, porque siempre está el mundo de los complementos del hogar para sorprenderla a una. Y entonces me pregunto cómo me sentiría cortando el brócoli encima de una encimera de cocina de 2 millones de pesetas (increíble pero no por ello menos cierto), o cerrando una puerta corredera de 150.000 pelas o abriendo el agua del grifo de 100.000 cucas… Pues mal, digo yo, porque encima, ¡¡nada es ecológico!! Y además, no os podéis imaginar lo que ha evolucionado el mundo de los baños, el material de tapicería y demás… ¿Pero de dónde se ha sacado el mundo tanta variedad de fregaderos? ¿Desde cuando hay libros completos de interruptores de la luz? ¡He vivido al margen de todo eso durante todos estos años! ¿Cuántos mundos se nos ocultan cada día?
En fin, que antes de ponerme dramática, aquí van unas fotos del estado actual de mi nueva casa. Por favor, ¡abstenerse de comentarios!
martes, 15 de febrero de 2005
La ingeniería genética al servicio de la poesía
Debería inventarse una fruta que fuese una mezcla de aguacate y mandarina, y no por que fuese buena ni nada, si no por que podríamos llamarla AGUARINA, que es precioso…
lunes, 14 de febrero de 2005
Definiciones de guisante III
Maraña: es el día que le sigue a hoy, si uno está muy liado.
Hasta maraña.
Palabrería
Una señora de abrigo oscuro y bolso muy apretado bajo el brazo entra en la palabrería. –Buenas, le dice al dependiente- que está allí muy pendiente de todo. –Quería cuarto y mitad de regañinas, algunos insultos de la casa, si están frescos y cuatro ironías para poner esta noche.-
El dependiente va pesando en la balanza todos los encargos, que son a la sazón, muy pesados, y sugiere a la clienta: -¿no querría llevarse algunas frases alentadoras y algunas palabras de amor?-
-No, a mi marido y a mis hijos no les gustan, siempre las apartan - responde muy seca la clienta.
El dependiente, sólo la mira con tristeza, se había quedado sin palabras.
Corazonada
-¡Noooooooo! otro petardo sobre San Valentín- claman las masas horrorizadas.
Tranquilos, que no cunda el pánico. No es nada de eso. Es sólo la palabra. Creo que morena y yo en un círculo enfermizo nos estimulamos este gusto por mirar las palabras con lupa, diseccionarlas en prefijos, sufijos, morfemas, lexemas y todas esas pequeñas cosas. CORAZONADA. Si uno tiene sueño, echa una cabezada, pero una corazonada es distinta, es como un presagio, y yo me la imagino como un latido fuerte, gordo, que te avisa de algo. Pero ¿cómo sabe el corazón del futuro? es verdad que el corazón tiene razones que la razón no entiende, ¿pero quién le pasa la información?... Es curioso que ese tipo de cosas se relacionen con el corazón, como si no pudiésemos decir, tengo una CEREBRADA, por que no tenemos pruebas…
jueves, 10 de febrero de 2005
Deporte sí, pero con decencia
Últimamente, mi guisante pensante hace mucho deporte. ¡Qué suerte! La vida desde este silla delante del ordenador tiene poco de riesgo y mucho menos de movimiento. Sin embargo, me he empezado a preocupar seriamente por las cosas que importan y por eso, le mando este mensaje no se me vaya a descarriar la pobre.
Algo de música en tu vida
La música a veces se convierte en una intrusa en tu vida y desbanca totalmente a la memoria en su papel de grabadora del tiempo. Hay sentimientos o sensaciones que solo pueden viajar de vuelta a través de un sonido, o mejor dicho, de una melodía. Los vuelcos al corazón, los nudos en el estómago, la nostalgia de un momento, la ilusión de un instante… eso sólo puedo sentirlo a través de la música, que se me mete no sé por dónde y sin esperarlo, me toca un montón de teclas y abre las cajas donde tenía todo eso guardado.
Ahora mismo estoy escuchando una canción que me mandó un amigo que quiero dejar como anónimo porque su identidad ahora es lo de menos. Y al margen de que es una canción que él no sabe que me encanta y que oigo muchísimo cuando quiero tomarme un respiro, es que hay veces que consigue transportarme a sensaciones muy concretas y muy limpias. No es nada en particular, sino momentos puntualísimos, vivencias que pasamos de algún modo juntos y que van asociadas a esos acordes. Quizás es que me hace viajar a mí misma, pero no hacia mis adentros, sino al pasado desde el presente. No es que me acuerde de situaciones que viví hace un tiempo como desde fuera, desde la lejanía, sino que de repente vuelvo a vivirlas desde dentro, sintiendo por un instante lo que sentía entonces. Entonces, en el pasado, en un tiempo que ya no existe pero sin embargo al que puedo viajar.
Ni siquiera son sentimientos superespeciales, pero me hace gracia que por unos instantes, pueda trasladarme a la velocidad de la luz hasta hace unos meses y volver a ser la que era de forma plena, completa. Me salgo de mi cuerpo, viajo hasta el cuerpo inexistente de hace unos meses, me meto en el traje, me convierto en otra, revivo lo vivido y vuelvo a mi cuerpo de ahora otra vez. Sí, estoy en el despacho de mi casa, este es mi ordenador y sigo escribiendo el documento en el que estaba hace unas milésimas de segundos.
También eso hace que me dé cuenta de la cantidad de momentos emocionales que pasamos a lo largo de la vida. No lo parece, parece que somos una barca que flota y que sube o baja por las olas sin cambiar apenas. ¡Que va! Cambiamos un montón, nuestro estado de ánimo nos condiciona muchísimo hasta el punto de convertirnos en cada etapa, en un mini-yo distinto. Y la música es el mecanismo que sin quererlo, me abduce y me hace viajar a esos embalajes que andan vacíos porque ahora yo estoy aquí, llenando este recipiente momentáneo perecedero en el tiempo.
Lecturas
Ayer, cuando me metí en la cama, me pasaron un montón de cosas. Resulta que me pasé un rato por la librería de los Sempere y claro, aluciné con lo del relojero. Luego salí por Barcelona porque había quedado con ella en el claustro. Pero entonces él, va y le cuenta lo del cara cuero y yo, ¡¡¡noooooo!!!!, loco, es sólo un lío de faldas, ¿qué haces, infeliz?. Pero Daniel no me escuchaba y encima la lleva y le cuenta también el secreto de los libros. Y no hay nada más que hacer y se presentan en el cementerio. Alucina, vecina. Es que está estresado por cómo se complica cuando va a ver a la hija y descubre donde vive. Joder, no me extraña que tenga miedo a Tomás porque su vida es un paralelismo. Sigue investigando. ¿Por qué le ocultaría lo del aparado de correos? Eso fue un shock para los dos, para Daniel y para mí. No me lo esperaba de ella. Será…, mira tú la mosquita muerta.
De verdad, el que no encuentre pasión en la lectura, es que está muerto. O tiene un problema grave. Cuando me encuentro a alguno de esos especimenes que no se han leído un libro en su vida, me da como claustrofobia. Debe ser un horror no haber dejado de ser nunca uno mismo.
Las hormonas, el enemigo interior
En ocasiones ser mujer, mujer guisante en este caso, es como estar en un tiovivo.Las hormonas a veces se apoderan de todo y es terrible. Hace una semana más o menos creo que asistimos a un fenómeno masivo pero callado, y fue el despertar de las hormonas primaverales de miles de mujeres.
En efecto, quién sabe si por acción de cambios en la temperatura o pequeñas variaciones en las horas de luz, las hormonas se dijeron a si mismas:
-¡¡¡la primavera ha llegado, en marcha, yuhuuuu!!!
Mientras que nos gritaban a nosotras:
-¡pero tú has visto qué pedazo de tío! ¡rápido, haz algo idiota!
Fue una revolución, sin previo aviso un porcentaje anormalmente elevado de hombres era altamente atractivo, y la vida parecía un delirio. Como cuando Homer Simpson sueña que está en el país del chocolate.
Lo malo, es que hace pocos días creo que las hormonas notaron que se habían precipitado, apagaron las luces y se marcharon en silencio. El mundo perdió brillo, parecía poblado de nuevo sólo por tipos grises, toda la gente del autobús tenía aspecto desagradable, todos bigote, hombres y mujeres, los adolescentes hablaban demasiado alto, las señoras mayores empujaban más de lo usual y yo empecé a desear de nuevo que volviese la primavera.
miércoles, 9 de febrero de 2005
Saber decir que NO
Creo que hay un libro de autoayuda que enseña cómo decir que NO… quizá debería hacerme con él. Sigo teniendo cierta reticencia hacia los libros de autoayuda, que creo, deberían venir con una biografía completa e informe psicológico del autor, pero bueno, ese es otro tema. Cuando vi el libro del NO me pareció una tontería, quizá en aquel tiempo decir que NO me parecía fácil, o en realidad ni pinchaba ni cortaba mucho en ninguna decisión así que no había que ejercitar ese NO. Pero ahora es distinto, ahora que a veces tengo que hacerlo no me sale…
-Oye, perdona, podría introducirte estos palitos debajo de las uñas?
-….. bueno…., si es con anestesia….
Muy mal, cuando en realidad, lo que habría que decir es:
-mira, NO, ahora NO tengo tiempo. En otra ocasión, ¿vale?
(Y es que nunca deben cerrarse completamente las puertas)
El caso es que decir que NO no es sencillo, y a una le asaltan múltiples dudas como: ¿Qué tipo de NO? ¿Un NO rotundo? ¿Gestual o verbal? ¿Un NO con justificaciones? ¿Las justificaciones deben ser siempre verdad? ¿Deben poder demostrarse mediante documentos (preferiblemente informes médicos)? ¿Pueden exagerarse un poco?
-NO, lo siento, es que lamentablemente soy alérgica al bambú…
Todos sabemos que decir que no a tiempo evita horribles explosiones de carácter que dejan a todo el mundo perplejo, pero aún así, resulta muy difícil.
Tengo que intentar hacerme con ese libro… ¿o quizá NO?
P.D. La gran mayoría de nuestros lectores (es decir, morena y yo) nos han comentado que esto parece más una terapia que un blog. Somos conscientes de ello pero poco podemos hacer para cambiarlo. Mejor gastar energías así que tirando huevos a la gente en el interior del supermercado…(plan b al blog que se me ha ocurrido hoy).martes, 8 de febrero de 2005
Trabajar en medio ambiente
Trabajar en medio ambiente es una tarea curiosa. Por una parte, muchas veces los eventos del día a día no dejan de machacarte la moral y de quitarte el sueño cuando consigues cogerlo y por otra, estás en contacto con iniciativas de la gente y realidades que en ocasiones te compensan todos los males que te acontecen en silencio, como las hemorroides. Pese a que en líneas generales puedo decir que me gusta mi trabajo, hay cosas obviamente que me aburren soberanamente y que me hacen plantearme emigrar al extrarradio, comprarme una casa en el campo y dedicarme al ganchillo como modo de vida alternativo mientras veo la tele calentándome con un radiador alimentado por energía solar. Cosas del yin y el yan, sea cual sea el bueno y sea cual sea el malo.
Entre las cosas que me gustan de mi trabajo está eso de ir a las reuniones y formar parte de la planificación de los megaproyectos, se entiende que en la medida que el medio ambiente está presente en este país en la toma de decisiones y el peso que tienen nuestros argumentos para decidir las cosas, es decir, poco. Pero bueno, algo es algo. Y me encanta aparecer en las reuniones con mis pantalones vaqueros y mis zapatillas cómodas y codearme con los trajeados ingenieros cabeza-plana que me miran escandalizados preguntándose por qué mi jefe trae a la secretaria a la reunión, ésta no lleva ni minifala ni escote y además se sienta con ellos en la mesa sin ninguna intención de servirles el café. Y encima, para más INRI, ¡habla! Todavía estoy segura, por cuestiones empíricas que me lo han confirmado, que no tienen ni la más remota idea de qué es lo que digo y que todavía no han entendido que debajo del bla, bla bla que ellos oyen, hay información inteligente que seguro son capaces de procesar. Pero bueno, ya poco a poco me voy haciendo un hueco en su mundillo y ahora he conseguido que más o menos me respeten y me llamen para consultarme dudas y pedir mi opinión sobre decisiones mínimas que tienen que tomar. Y me fascina estarles recomendando que hundan la rasante donde el relieve se los permite para hacer falsos túneles que revegetados sirvan como paso de fauna mientras ellos se preocupan por el radio de curvatura y la velocidad de diseño de la autovía.
Entre las cosas malas pues está que detrás de todo hay un mundo de discusiones, de intentar convencer a los que tienen el poder de decidir, de la falta de herramientas, del poco peso que tienen nuestros argumentos y de la actitud pasiva de la Administración. También las horas que le echo cuando tengo una entrega gorda, que me hace tener que sacrificar todos mis fines de semana y trabajar durante mil horas al día delante del ordenador completamente sola, hasta que mi cabeza echa humo gris opaco y yo ya no sé ni quién soy. Y de cosas como que después de meses de trabajo, todavía te manden los planos finales y los ingenieros pareciera que hubieran decidido que los lugares que les dibujaste en el mapa con los yacimientos arqueológicos identificados no son parte de un juego de esos de los de antes de “une la línea de puntos”, porque con una precisión infinitesimal han conseguido unir con una línea continua un montón de localizaciones dispersas en el territorio eludiendo la opción más fácil que es sortearlas. En fin, mi amigo Aitor, que trabajaba conmigo antes, sabe de lo que hablo.
Pero bueno, hoy, acabando un trabajo de fin de master que lleva un año atascándoseme, me he enterado que una fundación de medio ambiente gestiona una finca estupenda en algún lugar de España que ha sido donada por la propietaria para fines conservacionistas. ¿No es una pasada? Y con la asociación de la que formo parte hemos empezado un proyecto gracias a una financiación de un ayuntamiento de un pueblo de Navarra para desarrollar y programa de capacitación de 10 personas de una comunidad indígena de Bolivia para desarrollar un sendero interpretativo en un parque natural. También bonito ¿no? Y ejemplos así hay muchos. Ejemplos que te hacen sonreír por dentro y que te riegan las ganas de seguir adelante en este mundo, lleno, llenísimo de rincones especiales, con un montón de colores.
La sombra del viento...
Me acabo de empezar a leer este libro porque antes me estaba leyendo La Biblia así de seguido y he decidido tomármela con descansos entre medias, que es muy intensa… Me gusta mucho pensar que puedo irme medio pronto a la cama a leer un libro y estar así durante el tiempo que quiera. Hoy no tenía que levantarme muy pronto así que anoche cuando llegué a casa después de tomar algo con los amigos, me puse mi pijama, me lavé los dientes y me dispuse a bucear tranquilamente entre sus páginas sin prisas y sin que el reloj existiera. Todavía no sé cómo termina pero el principio me tiene totalmente enganchada. Quizás sólo por eso merezca la pena la recomendación.
lunes, 7 de febrero de 2005
Insomnio inducido
Cuando tengo insomnio inducido, es decir, cuando mis propios pensamientos no me dejan pegar ojos porque no paran de rodar y rodar, pues me pongo a imaginar palabras. Adoro las palabras con toda mi alma. Elijo una letra al azar del diccionario y entonces tengo que empezar a pensar todas las palabras (cuantas más mejor) que empiecen por esa letra. Y lo hago despacio, porque si no te quedas en blanco enseguida y el blanco-vacío es el color de fondo que más les gusta a esos pensamientos rotatorios para aparecer en escena. Los demás colores los echan.
Elefante. Elegante. Envidioso. Estiramiento. Electrón. Envergadura. Espina. Espinaca. Esterilla. Egipcio. Esmirriado. Etimología. Espiral. Encurtido… Eso sería la letra “e” y las reglas dicen que pueden mezclarse todo tipo de palabras, es decir, verbos en todos sus tiempos, adjetivos, nombres… no importa porque a mí me caen bien todas.
Y entonces me imagino que estoy en una habitación blanca-llena, blanquísima, cerrada a cal y canto para los pensamientos recurrentes pese al color (porque es blanco-lleno), vista desde arriba. Me encanta esa habitación porque hace calorcito y yo voy en manga corta. Y de lo blanco que es todo, no se distingue dónde acaba el suelo y dónde empieza la pared. Y entonces, cada palabra que pienso, la tengo que visualizar en ese cuarto, conmigo. Si es un elefante, pues de repente aparece un elefante y yo me subo arriba y me parto de risa. Y si es un electrón, empieza a rebotar por las paredes y me tengo que agachar para que no me de, cosa que es divertida. Y si es esmirriado de repente me quedo delgadísima y me muero a carcajadas de la pinta que tengo. Y todo eso tengo que hacerlo en silencio, no vale hablar. Solo vale el ruido de la risa que me entra.
Porque claro, la yo que está dentro de la habitación, no sabe qué palabra le va a caer. Todo es muy deprisa y no me da tiempo a avisarla antes de que aparezca. Y además tampoco lo haría porque se me ve muy contenta y divirtiéndome de lo lindo en esa sala blanca con tanta sorpresa.
Otras veces, me sorprendo porque de repente todas esas palabras toman sentido. El otro día, me sorprendí reflexionando sobre la palabra “ataque”. “Ataque preventivo de la URSS” es la misma palabra que “ataque de risa”. La misma palabra. Y no me había dado cuenta porque, como muchas otras, la uso así, en paquete y sin darme cuenta de que quiere decir lo mismo. O que tiene el mismo recipiente al menos. Ataque. Ataquísimo.
Esto del feminismo...
Me parece a mí que esto del feminismo me tiene un poco confundida. En seguida, si a una le preguntan sobre sus inclinaciones más profundas, no duda en subirse inmediatamente al carro de esto de la Nueva Era, la liberación de la mujer, la igualdad de sexos, la educación de género… ¡faltaría más!, que no la vayan a llamar a una retrógrada chapada a la antigua a estas alturas de la película. Yo, ¡a mí que soy tan moderna! Y esas palabras, ¡que suenan tan bien!
Pero el caso es que… no sé… dentro de mí, desde un lugar remoto de mi conciencia, resulta que en este tipo de situaciones autoreflexivas suele haber una voz chiquitiiiiita, que tímidamente me dice desde ahí dentro “oye, jefa, que yo no, que yo no me quiero subir al carro ese”. Así que hoy me he decidido a hacerle una entrevista a esa vocecita interna y, con el ánimo de intrépida enviada especial a los confines más ocultos de mi yo más interno, he preparado una batería de preguntas que prosigo a transcribir:
YO.- ¿Preparada?
yo.- Sí.
YO.- Pongo en funcionamiento la grabadora entonces… A ver, ¿la primera pregunta era…? ¡Ah, sí!, mmmm… si tuvieras que tomar una postura, para centrarnos un poco, entre anti o pro feminista, ¿por cuál te decidirías?
yo.- Pues si te digo la verdad, no puedo decidirme a estar ni en un grupo ni en otro. Lo que quiero decir es que precisamente eso es lo que me pasa, que no consigo decidirme. Mira, me parece que por una parte me imagino que como mujer, o proyecto de, pues debería sentirme inclinada hacia esta lucha social en la que estamos y sentir un llamamiento por la causa. Pero por otra, es que no lo siento.
YO.- Ya veo… ¿y qué es lo que crees que no te convence?
yo.- Pues, desde hace mucho tiempo, siempre he tenido un poco de problema en eso de unirme a grupos o definirme con una palabra que implica que siento y hago cosas predeterminadas, ya definidas, sin pensarlo. Porque es que yo lo pienso, y hay veces que no consigo sentir o actuar como se esperaría de mí.
YO.- No entiendo…explícate mejor.
yo.- Pues… a ver… es como si dentro de mí, estuviera llena de conflictos. Yo quiero sentirme feminista y quiero de verdad creer en la liberación de la mujer y esas cosas, pero es que me parece que el modelo que se está generando no me va del todo. No sé, continuamente nos están bombardeando con mensajes de mujeres estupendas, ejecutivas de nivelazo, mujeres que además de ser madres, han estudiado no sé cuántas carreras y además han contribuido con su inteligencia a que cambie el mundo. O escritoras que dicen lo que piensan en lugares donde hacer eso te cuesta la vida. O ejemplos así. Y yo me miro, y me doy cuenta de que no tengo ninguna de esas virtudes y que posiblemente, no tenga el cerebro ni la inteligencia de destacar sobre las demás.
YO.- ¿Es un complejo de inferioridad o algo así?
yo.- No, que va, yo creo que es cuestión de patrones mal vendidos. O sea, que a las chicas de ahora, pues nos están todo el día dando ejemplos de mujeres 10 super seguras de sí mismas y vendiéndonos la moto que el feminismo es eso, es el éxito de la mujer, el reconocimiento social, etc. ¿Pero qué reconocimiento social? A mi esas cosas me cabrean bastante porque, desde luego que no le quito mérito a las mujeres que tanto se lo curran, pero las demás, digo yo, también tendremos algo que decir en esta historia, ¿no?
YO.- ¿Y qué tenéis que decir?
yo.- Pues lo normal, yo que sé. Que el feminismo está aquí abajo y que no se trata de éxito y de prestigio social, sino del día a día, de un montón de chicas normales que tenemos un cacao en la cabeza entre lo que queremos ser y lo que deberíamos ser que ni te cuento. Es que todo es un mar de dudas y una no sabe ya qué pensar… Por ejemplo, yo ahora mismo, en este momento de la vida en el que me encuentro, pues tengo que decidir muchas cosas y bueno, más o menos, intentar planificar en qué tipo de futuro quiero embarcarme. Y claro, no lo sé. Por una parte, pues me gustaría mucho llegar a algo en mi trabajo, y dedicarme a tener una vida profesional plena y con muchas metas que cumplir. Pero por otro lado, también me gustaría formar una familia, y dedicarme a mis hijos de esa forma que una no puede dedicarse si trabaja. Una duda enorme que pone en la palestra dos eternas rivalidades… pero bueno, hasta ahí, todo razonable, es una duda normal, de las de toda la vida... Pero, ¿qué me dice el patrón del feminismo de todo esto? Pues según lo que me han vendido, yo tendría que ser una super woman y ser capaz de sacar las energías para todo y hacerlo todo además feliz y contenta. Y además, buscarme un marido igual de feminista que yo que me ayudara en las tareas del hogar y en todo. ¡Casi ná! Porque quedarme en casa, cuidando de mis hijos solamente y abandonando mi desarrollo profesional, es una pérdida de mi inteligencia y finalmente, una muerte lenta, lenta. Ves, ahí es dónde yo veo que está uno de los problemas. En toda esta carrera, se nos ha olvidado el que quizás, deberíamos habernos planteado cambiar los valores sociales de la gente. Deberíamos quizás haber empezado por valorar un papel o una función en la sociedad que está totalmente desprestigiado y que hace que, un gran número de mujeres hoy en día, se sientan fracasadas. Hemos intentado crear perfiles nuevos y quizás habría sido menos doloroso para todos haber hecho una reflexión sobre si los antiguos no nos valían. A lo mejor no estaban tan mal.
YO.- Bueno, no sé, ahora la mujer tiene más libertad.
yo.- Pues eso es lo que me creía yo pero no estoy segura… Es verdad que hemos salido a la calle y hemos dicho eso de “oye, tú, que yo también sé ser jefa si quiero y que yo también puedo llevar una empresa si quiero y que yo sé decidir sobre la economía del mundo si quiero”. Pero es eso: si quiero. Y si no quiero, pues me gustaría poder salir a la calle y decir “oye, qué yo también puedo quedarme en casa con mis hijos si quiero sin sentirme mal y tú también puedes si quieres, porque esto también es bonito y tiene una función social importantísima”. ¿No te parece?
YO.- Pues supongo que sí.
yo.- Y ya, más a pequeña escala, pues no ruborizarme cuando pienso que me encantaría encontrar a un hombre que me protegiera cuando tuviera miedo y que me refugiara en su abrazo cuando estuviera cansada. Quiero poder sentir con total libertad moral que me encantaría que me cuidara alguien que además me abriera la puerta de la tienda para que entrara y que me ayudara con las bolsas cuando voy cargada, que tome la iniciativa y que sea él el que me llame cuando no somos ni novios para ir al cine… y que le gustara lo que cocino porque me gusta cocinar para lo demás y en especial para la persona que quiero. Y eso no quiere decir que me tratara como un florero, jolines, que no es eso. Simplemente tener la tranquilidad de poder ser lo que te han enseñado que es ser chica de toda la vida porque te apetece, pese a que ahora esté mal visto y no nos tenga que apetecer. O sea, que no sea algo malo sino una opción, al mismo nivel que ser empresaria o mecánica o escritora o bailarina o lo que quiera ser. De verdad, lo que yo quiera.
YO.- ¿Algo más que añadir?
yo.- Pues de momento, no, pero este post siempre puede cambiar, jeje.
El mar muerto visto por un guisante pesimista, digo pensante
El caso es que si algo diferencia a la morena del guisante son sus diferentes aproximaciones a la vida, ella es optimista y tiende a disfrutar de todo y yo... en fin... el caso es que mi experiencia del mar muerto es bastante diferente. Allí iba yo con mis braguillas corriendo hacia el mar muerto, cabello al viento, piel tersa, cuerpo espigado… en fin, 6 años muy bien llevados, cuando, al introducir mis piececillos en el agua comienzo a chillar de manera horrible. Mi padre, siempre atento, me saca corriendo en brazos de allí y me lava los pies en un lavabo cualquiera: nunca bañarse en el mar muerto con hongos en los pies o heridas de ningún tipo, eso debería decirlo en las guías.
Años más tarde, en una exposición del museo de arte contemporáneo de Lyón había una piscina de agua supersalada que imitaba el mar muerto. Ahí, sin lesiones cutáneas disfruté de una sensación como la de morena…
El Mar Muerto
Quizás estar en el Mar Muerto es estar en un estado intermedio entre la tierra y el agua. Y de repente una se encuentra ahí, flotando en la inmensidad de la nada y diluyendo sus penas en liquido altamente concentrado. Y por eso, cuando estás dentro, te entra una risa que no veas y una se siente estupendamente feliz.
Pocas horas después de estar allí, le escribí un mail a un amigo. Espero que no se moleste si rompo nuestra intimidad y pego aquí en el blog un trocito de nuestra conversación. Pequeñito. Je, je, tampoco creo que lo lea así que esto es medio de estrangis, un secretillo. Oye, corazón, si lo lees... pues no te enfades. Ahí va:
“Y después he probado el Mar Muerto, una sensación extraña. Parecía que el agua fuera dura o que estuviera hecha de látex, porque te envolvía pero no te dejaba caer. Es agua que te sostiene. Y puedes ponerte de pie sin tocar fondo y que tus hombros salgan del agua completamente. Y claro, ante eso no puedes parar de reírte y reírte, hasta que te duele tanto la tripa que no puedes nadar. Pero no importa, porque el agua te manda hacia arriba y solo tienes que dejarte llevar. Y además, nos ha tocado el momento en el que se ponía el sol, naranja, enorme, cayendo sobre el agua... y yo tiritaba de frío, mi cuerpo entero temblaba de hipotermia, pero me daba igual porque era tan feliz que ni el frío ni el calor me importaban”.
Enfado vital
Hoy estoy muy enfadada con la vida. Rabiosa. Y tengo ganas de pegar verbalmente a alguien. Arrrggg, he bajado al fondo, a donde están mis flaquezas. Así que soy un peligro andante… en plan que tendré que controlarme fuertemente para no pegar dos gritos a mi madre cuando la pobre me pregunte cualquier cosa con la mejor de sus intenciones. O morderme la lengua cuando me dé cuenta de que han vuelto a colocarme la mesa de trabajo para limpiármela y que pueda estar más a gusto. ¡Concéntrate, Laura! ¡Tú puedes!
Porque eso es lo malo de estar rabiosa y lo difícil. Tener que tragarte tus sentimientos y encima luchar contra la injusticia social que se gesta en tu interior es complicado. En seguida la muy asquerosa de la rabia te pincha y genera un huracán de maldad de la nada, que te sale sin darte cuenta por los poros y acaba lanzándose en picado contra quien menos lo merece. Ayayay, qué miedo me tengo.
Y bueno, luego te toca ir limpiando los pedazos del destrozo. Ir barriendo la culpa y pegando con el mejor de los logtite los cachitos de los demás. Pidiendo perdón a los que se cruzaron en tu devenir. Enfadándote contigo misma por no haberte controlado del todo. O bueno, explicando mejor las verdades que has soltado por el camino adornadas con algún que otro improperio que las han modificado un poco. Por lo menos, intentando aprovechar la marea para ir recogiendo y reorganizando puertas que has ido abriendo de un portazo.
viernes, 4 de febrero de 2005
Las dos tan tranquilas
Estas somos el guisante pensante y yo, la morena que parece un pez. Estábamos de cena con unos amigos y nos lo pasamos bien.
jueves, 3 de febrero de 2005
¡Gallos del mundo, preparad vuestros trajes rojos!
Los tigres tendremos que esperar un poco más.
martes, 1 de febrero de 2005
¿Dónde están los colores?
Se han marchado, han emigrado al sur. Aquí en el centro del Europa todo es blanco y gris desde hace semanas y parece mentira que debajo del blanco, dormidos, estén todos los colores esperando para saltarnos encima cuando menos nos lo esperemos ;-)
¿Por qué orden volverán? seguro seguro que algunos colores viajan más rápido que otros, yo creo que el azul llegará primero por que viene volando, pero al verde le va a costar un montón por que viene silencioso desde el interior de la tierra, y tarda más, se despereza y se desenrosca. Una vez todo el verde esté ahí, seguro que el rojo, el violeta, el amarillo, ya se sienten más cómodos y surgen a poquitos…
Ya casi no puedo esperar...