martes, 18 de mayo de 2010

Se avecinan cambios (y no de bragas)

Quiero irme, pero no de país, sino de mi vida. Y no es que no me guste ni os voy a meter un discurso cuajado de melodrama, es que simplemente creo que otra vida es posible. Y así se lo digo a mis hermanos todo el rato, aunque ellos se ríen. Y no es que no sea feliz. Precisamente como lo soy, quiero vivir la vida de otra forma. Para serlo más y porque esta vida se merece lo mejor vivido al máximo.

Estaba yo en la furgoneta con el Piapino yendo al taller a lijar un mueble y tuve una revelación megacósmica. "No pares", le dije, "vámonos los dos a dónde sea. Ya veremos lo que hacemos". Y él se agarró al volante y me miró de reojo, porque cuando digo estas cosas, no sabe si son de verdad u otra de mis ciclotimias propias de mi mente perturbada. Entre nosotros, yo creo que a veces le doy miedo.

Pero lo decía en serio. Se lo estoy diciendo en serio y no me hace caso. Creo que en el ambiente se respira que tenemos que darle una vuelta a todo esto antes de que todo esto nos de una vuelta a nosotros. No sé hacia dónde, pues como bien dice Dori carecemos de un plan. O como es mi caso, tengo demasiados planes juntos que luego se convierten en ninguno y acabo haciendo muebles de agricultura sostenible abonados con libros de cocina, para venderlos luego envueltos en papel de pared estampado. Ahora justo que estamos reformando el baño.

Sé que no me engaño. Sé que mi sitio está en otra parte o que mi sitio es buscar todo el rato sitios en otra parte. 14 mudanzas a mis espaldas, 7 trabajos y varios proyectos personales de diferente índole lo avalan quizás. O quizás tengo que aprender que la vida es esto. Pero eso no me lo dice el ambiente. Me dice que con tanta energía que le pongo a ser feliz, tengo capacidad para buscarla en muchas partes. ¿Por qué quedarme con una solamente?

Y lanzarse. Y arriesgarse. E ilusionarse con todo nuevo. Y pensar que te das miles de oportunidades. Y buscar lo desconocido. Y no despertarme con sueño. Y... Y todo acompañado de miles de dudas que me dan para escribir un post defendiendo totalmente lo contrario a todo lo que he dicho.

4 comentarios:

Dori´s place dijo...

Oye morena,

Como bien hablamos ayer, sin un objetivo concreto no hay cambio posible. Porque en realidad podeis coger la Picapine, apretar el pedal y que no os paren hasta doblar la esquina de siberia. Pero sabeis exactamente a hacer que? Eso es lo que hay que cuadrar. Ayer hablamos de unos nichos de mercado que deberíamos revisar. Tu dirás.

barbarella dijo...

Querida Morena, todos nos planteamos a veces un cambio de lugar, de trabajo, de relaciones, en definitiva de vida..Creo q para ejecutarlo se deben dar dos cosas: un plan (como dice Dori) y no tener miedo a soltar lo que nos ata a lo q tenemos ahora. En tu caso al tener pareja será necesario un tercer requisito: q tu pareja te apoye para seguir construyendo un proyecto comun.
Bss y suerte con lo q decidas

Mara Zul dijo...

Morenuca, aunque no te lo creas estás yendo hacia otro sitio sin moverte de donde estás...los cambios de los que hablas a veces están en uno mismo (en tu caso sobre todo). Es el viaje lo que importa! Moderna no, pero profunda cuando me pongo, me pongo. A las buenas noches.

Oye, morena dijo...

Qué razón tenéis todas, amigas... Menos mal que estáis ahí para estos momentos.

Efectivametne, se me avecinan muchos cambios personales y carezco de plan. Pero en realidad, si me paro buscando un plan nunca haré nada porque lo que hay que hacer es lanzarse. ¿Cuándo hemos tenido algo claro, claro, claro en la vida? Estoy estudiando cómo lanzarme, pero con paracaídas y esperando a ver cómo me adapto a los nuevos cambios vitales cuando lleguen.

Eso sí, ayer casi fulmino a Picapino con mi nuevo planazo de vida, jajajaja. ¡Esperad y veréis!