Estamos de obras en el PAU. Ya era de escándalo que después de dos años, no hubiéramos aún reformado el baño, así que nos hemos puesto manos a la obra. De momento, mi aportación a la causa ha sido la de admirar y proponer, porque todo lo está haciendo Picapino, por supuesto. Él me habla de no sé qué y de cambiar tuberías por metodologías que según me las cuenta parecen fáciles pero que yo no sabría abordar jamás. Estas semanas estará dedicado a poner pladur, cortar puertas, hacer desviaciones de entradas de agua y cambiar el suelo. A-LU-CI-NO.
A lo mejor, luego pongo algún cuadro. Siempre que me haga él el taladro, claro.
Menos mal que en este tandem, nos complementamos.
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