sábado, 2 de julio de 2005

Unos palillos gigantes...

han cogido a este guisante pensante y lo han movido de Corea a Australia!!! Dioses, se me acumula el trabajo, tengo mil cosas que contar de Corea, como la estadia (perdon, teclado frances con ese tonta) en el templo, que fue flipante, o el viaje a Jeongju, en el sur del pais, donde la humedad era del 80% y nos perdimos en una montagna llena de aragnas, buscando unas pagodas...
En fin, si eso luego, poco a poco y con fotos cuento mas cositas...
El caso es que anoche cogi el avion y me vine a Sydey... afortunadamente esta vez solo hay una hora de diferencia, y al mal dormir de la noche de viaje no se le ha sumado el jetlag...
En el avion servian tanto un menu occidental como uno coreano, ni que decir tiene que todos los occidentales hemos comido el menu coreano y viceversa. El menu coreano de desayuno consistia en gachas de arroz con algas, te verde y sesamo y kimchi, y una tarrinita de gelatina de aloe, que estaba rica pero que era dificil de abrir. Obviamente la he apretujado tanto forcejeando con ella que cuando, finalmente, he conseguido arrancarle la tapa se ha dado un fenomeno que Forges definiria como "CharPorCima"... curiosamente nadie mas en el avion parecia tener problemas con la tarrina y/o el jersey cubierto de gelatina.
Y bueno, que yo en realidad lo que queria contar es que mientras degustaba mi desayuno coreano observaba las pantallas en la que nos proyectaban una especie de festival de Benidorm coreano genial con sus letras en plan Karaoque y todo. Desafortunadamente nadie ha cantado en alto, pero en el avion los pasajeros se dividian claramente en dos grupos, los que dormian y los que con sus cascos seguian el concierto, mirando sonrientes a las pantallas... todo esto en un silencio solo roto por esporadicas carcajadas (todas mias). Mis razones tengo, en la pantalla se sucedian cantantes tipo El Fari version oriental con traje de brillos y una sonrisa que, sostenida largo tiempo, debe de provocar terribles agujetas. Cantaban todos muy enfaticamente, agitando mucho el brazo que no sujetaba el micro. Detras jovenes bailarinas hacian una complicada coreografia, como muy rock pero tambien como muy arritmica; El publico, totalmente entregado, sentado cada uno en su silla (ojo, el concierto era al aire libre) agitaba una banderita de Corea al ritmo... escalofriante y fantastico a la vez.
Y bueno, que si el congreso al que he venido no acaba conmigo, magnana mas...

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