domingo, 31 de enero de 2010

Nuestro civismo vale 1€

Ayer (sábado) se me ocurrió la elegante idea de irme al IKEA del centro comercial al lado de mi casa, que a día de hoy debe ser el centro comercial más petado de España (La Gavia). ¿Por qué? Y yo qué sé. ¡Qué fácil es juzgar el pasado!

Ni que decir que no cabía nadie más y que las riadas de gente arrastrando lámparas, alfombrillas para el baño y estanterías Kaënkungrst, eran enormes. La sensación de agobio era aún más, porque Picapino y yo decidimos ir al grano y coger lo que necesitábamos, así que entramos por la salida y fuimos contracorriente todo el rato. ¡Qué sensación más terrorífica, oyesss!

Y mientras buscábamos el último azucarero de la tienda, nos tirábamos al suelo para ver si quedaban fundas nórdicas para camas individuales a 4,50€ (de traca) y cogíamos el primer edredón pequeño que tuvimos a mano a un precio razonable, nuestra moral se iba hundiendo y haciendo chiquitita entre tanto barullo. En la batalla de Sodoma y Gomorra para conseguir el mejor precio a toda costa, estos dos soldados rasos no teníamos fuerzas ni para hablar.

Un niño en un carrito, que estaba medio aparcado en un pasillo con su padre (que a su vez estaba en trance haciendo respiraciones y contando hasta 100 mientras suponemos que la madre andaba por ahí buscando unos estores a juego con el sofá), le decía con angustia a su progenitor "papá, prométeme que nunca más vamos a ir a una tienda. Pero nunca más, ¿vale?". Angelito...

Cuando llegamos al coche, resulta que la gente había dejado los carros por todas partes. Sin embargo, en el Carrefour que linda con el IKEA los carros están colocados en su sitio y nadie los deja por ahí tirados. Pero es que en el Carrefour los carros cuestan 1€ que te devuelven al dejarlo mientras que en el IKEA son gratis. Un experimiento sociológico por un sólo € con la misma población de muestra...

Una mañana de desesperación en la tienda rebuscando entre el menaje del hogar preguntándome qué hago allí un sábado y a la salida, me doy cuenta de que nuestro civismo solo vale 1 mísero €. ¡Qué cosas!

2 comentarios:

Dori´s place dijo...

Estimada no te engañes, a ti te va ir un sabado al ikea a pegarte con cualquier doña por la lámpara Truckütuc o el jarroncito plaskästanoki, para liberar el stress laboral. Luego eso si, sales a pegarte por el euro de los carritos del carrefour! Cuenta conmigo para la próxima, no sabes q ganas tengo de quitarle una manta Hägannänan a la Mari del Pau!

Oye, morena dijo...

Te vas a enterar de lo que vale un peine. ¡Eso es un campo de fieras corrupias! Te lo digo, te lo digo, que la electrostática del chándal de tactel crea agresividad en las rebajas.