lunes, 11 de enero de 2010

Cara de ida y vuelta (como las buenas bofetadas)


Esta es mi cara de ir a dar clase... así desayuno, voy andando a la parada del tranvía, me subo en él y después me bajo, me subo en el metro, cambio de metro, me bajo y me subo en el otro tranvía... todo con esta cara de mariposas en el estómago-quien me manda-me van a comer viva... así entro en la escuela, en la clase vacía, voy recibiendo a los estudiantes madrugadores y voy ordenando sobre la mesa el caos de papeles que emerge de mi mochila.
Luego llega el momento de los "buenos días" y la clase por arte de mágia sucede poco a poco y lo pasamos bien, nos reímos, dibujo monigotes en la pizarra, me invento alguna regla de gramática, jugamos a algo... y al final la clase termina y se me queda esta cara, que atestigua que al final no ha sido tan malo, que los alumnos en el fondo son majos, que hasta me lo he pasado bien, que esto no se me da mal después de todo y que es inútil tener miedo. Y me siento leve en mi camino de vuelta, pero sé que mañana por la mañana volveré a llevar la primera cara de paseo al tranvía...

1 comentario:

Oye, morena dijo...

Jajajaja, estás como una cabra.
Analizando la situación, sería mucho peor ir super contenta y volver decepcionada, así que por lo menos, ¡el orden de los factores es el más propicio para la felicidad!