miércoles, 20 de enero de 2010

Corriendo detrás del tiempo...


Corriendo detrás del tiempo, o más bien lamentándome de lo rápido que corre, el muy perro, me paso el día...

Atravieso una de mis múltiples crisis existenciales en las que estoy harta de no tener tiempo para nada... ¿Pero cómo puede ser que el día tenga sólo 24 horas? ¿Pero de dónde voy a sacar yo el tiempo para leer, para dibujar, para aprender a hacer animaciones, para arreglar cosas que no pueden esperar en mi casita, para hacer punto, para coserle el dobladillo al mantel, para cocinar por fin esa receta de kisch, para cuidad de los amigos como se merecen, para... las mil otras cosas que se me ocurren? Todo se trata de asumir, lo sé, que en el día hay que trabajar, hay que dormir, hay que limpiar un poco la casa para no vivir en la pelusa, hay que comer y por tanto hay que hacer la compra y cocinar, pero buffffffffff, ¡no sólo de eso vive el hombre! ¿dónde está el tiempo para el resto?
Este tipo de inexorabilidades del destino, que pensé que iría asumiendo mejor con los años resulta que se me hacen cada día más duras... y prometo que estar leyendo a Sartre en estos momentos no es causa sino consecuencia de mi desazón... ¡cáspita!

4 comentarios:

Dori´s place dijo...

Guisante, aunque no nos conozcamos mucho, solamente para tu alivio decirte que yo llevo así con esa neura desde que cumplí los treinta, y voy por los treinta y siete.

No te digo más.

Me aconsejas Sartre?

El guisante pensante dijo...

Dori, no me alivia, no me alivia, madremivida, tenemos que encontrar una manera de cambiarlo o vivir con ello con más deportividad :-(
Respecto a Sartre... no sé no sé... estoy intentando hincarle el diente a "La nausea" de nuevo tras un intento fallido, pero debo admitir que si bien me agita por dentro y me incomoda y me hace sentir cosas, no puedo decir que me enganche, por lo que corre grave riesgo de ser abandonado por algo más folletinesco... Eso si, me acabo de terminar Bel Ami de Maupassant con gran éxito de crítica y de público (probablemente por su componente folletinesca).

Oye, morena dijo...

Efectivamente, ¡¿cómo es posible que un día solo dure 24 horas?! Y que no te de tiempo a hacer nada chulo de lo que tienes en la cabeza y todo el día corriendo...

Yo estoy intentando quitarme y he de reconocer que he aprendido a que todo es cuestión de lo que tenemos ahí arriba, en la cabeza. Siendo la misma, si me pienso diferente, resulta que siendo diferente y el día como que se alarga de repente...

Curioso.

Dori´s place dijo...

Gracias guisante, tomo nota de Bel Ami.

Ya te contaré blogeramente.