martes, 26 de septiembre de 2006

Sobre el sufrimiento inútil

Acabo de llegar a mi puesto de trabajo (de este sufrimiento útil quizás hable en otra ocasión) tras un penoso trayecto a pie desde mi casa con unos zapatos que me hacen polvo los pies. Y venía pensando dos cosas por el camino:

  1. Que mi sufrimiento inútil soportado con estoica entereza me daba seguramente un aire de poetisa urbana atormentada (puesto que no cojeaba, para no delatarme).
  2. Cuánto el sufrimiento inútil parece ser considerado una virtud en nuestra sociedad, tanto en el mundo frívolo (para presumir hay que sufrir) como en el espiritual-elevado (cierro los ojos y veo señoras andando de rodillas en las procesiones o cosas así).

En fin, ¿por qué esta hipervalorización del sufrimiento? Yo como buena atea con dejes de antropóloga le busco siempre las culpas a la religión, y divagando divagando he acabado pensando: ¿no es un poco raro que Jesús y los otros, claro, llevasen su propia cruz a cuestas en el vía crucis para luego ser crucificados? ¿Y si se hubiesen negado? ¿Habría cambiado mucho la cosa? ¿Sería nuestro mundo un poquito distinto tirando a mejor?

-Pues no, mire, la cruz la va a llevar a hombros vuesa merced el centurión, y a mi a caballito si quiere...

1 comentario:

Kiko, ese hombre. dijo...

A sus pies!