martes, 26 de septiembre de 2006

De remate


Estar loco es una cosa muy seria, que no se consigue así como así. Tienes que estar todo el rato haciendo de las tuyas para que la gente mire para otro lado y diga muy bajito “pobre, con lo que ha sido”. Estar chalado de remate es un proyecto de vida, es una inversión a largo plazo.

Cosas que puede hacer un loco (versión ligera): ponerse calcetines de colores desparejados y pantalones pesqueros, atarse los pantalones con una cuerda, cantar muy alto en la oficina o en el autobús, ir a por un café a la máquina en pijama, decirle a tu compañera de piso que te molesta que sea feliz, hacer como si nada hubiera pasado o como si lo que hubiera pasado fuera normal, reírse solo y a destiempo. No se me ocurre más, o se me ocurren muchas cosas que no caben.

Para otro punto de vista: post “Que no se nos oxide el absurdo” del martes, agosto 22, 2006 (Guisante pensante)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El caso es que Jesús y sus apóstoles, antes de todo el follón de la cruz se paseaban por Palestina con túnica, sandalias y la minga balanceándose libremente cual badajo.

No es culpa de Dios, sino de su maldita iglesia.

A Jesús y sus amigos les molaba el casual.