lunes, 21 de agosto de 2006

PRIMER día de dieta. Motivación intrapersonal

Mi primer día de dieta. Muy bien, no pasa nada. Lo tengo todo controlado. No tengo hambre y soy una chica súper-hiper-dinámica que bebe agua a raudales. El cuerpo me lo pide. Mmmm… cómo me llama la botella. El agua está rica y te ayuda a antioxidarte o a oxidarte entera (lo que tenga que ser). Me gusta la lechuga. La lechuga está rica y queda fenomenal en el plato con el filete a la plancha. ¿Ves que mono me ha quedado? No quiero postre. El postre es malo y puag, el postre solo lo toman las perdedoras. Yo no. Yo soy súper-hiper-dinámica y lo mío es el agua. ¡Uy!, ¡cómo me purifico por la mañana! Y las que beben agua, triunfan en la vida y se tonifican por la noche de lo lindo. La tonificación, parece ser, da la felicidad y te permite andar con tacones altos. Y allí voy yo, hacia la felicidad con zapatos pitiminí. Sin hambre, con los nervios bien puestos y sin problemas, oye. Sin problemas. Sin ningún problemilla. No pasa nada. Respiro. Pienso en un donut foundant con su chocolate por encima. No, no, camarero, se ha equivocado. El tiramisú debe ser para otra. Para una perdedora como yo era antes. Pero, ¡qué va! A otra con ese rollo. Lo mío ahora es el agua. Cómo me purifico, oiga.

1 comentario:

Kiko, ese hombre. dijo...

Yo me voy a poner a dieta en septiembre!!

Suerte, morena!