Vivir en Francia y trabajar en Suiza trae todos los días amenas sorpresas. Un amigo, que vive en Francia, iba a tirar el papel a su correspondiente contenedor, pero por el camino se le ocurrió ir a buscar algo a la oficina, en Suiza, y tirar el papel a la vuelta.
Volviendo ya a casa fue parado en la frontera, y a los policías franceses no les gustó ni un pelo que estuviese intentando meter basura suiza en Francia. Fue algo difícil convencerlos de que la basura, y hablamos de una pequeña caja con papeles para reciclar, venía de Francia y volvía a Francia pero pasando por Suiza.
Estas medidas, comprensibles a gran escala, se vuelven ridículas así, complican la vida de quien atraviesa la frontera 3 ó 4 veces diarias en la vida normal. Uno tiene que preguntarse trescientas tonterías antes de subirse al coche y pasar la frontera: ¿Llevo el ticket de las bragas para demostrar que las compré en España? ¿Llevamos más de un kilo de carne para la cena a casa de amigos? ¿Con cuanto dinero encima estamos pasando la frontera? ¿Cual es la composición exacta de la sobrasada?...
lunes, 21 de febrero de 2005
Tonterías trasnfronterizas
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