Este es un llamamiento serio a los ingenieros genéticos para que se esfuercen en crear un animal que, sirviendo de mascota, tuviese la cualidad de dejar la vajilla perfectamente limpia y desinfectada pasándole la lengua. Podría alimentarse de restos de comida y resolvería varios problemas ecológicos de una vez.
Si tuviese algo de loro además podría aprender y recitar recetas, cantar y decir piropos…
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