¡Jo! totalmente falta de cosas de las que hablar ya robo las ideas de los demás para mis textos… uyuyuy...
El caso es que si algo diferencia a la morena del guisante son sus diferentes aproximaciones a la vida, ella es optimista y tiende a disfrutar de todo y yo... en fin... el caso es que mi experiencia del mar muerto es bastante diferente. Allí iba yo con mis braguillas corriendo hacia el mar muerto, cabello al viento, piel tersa, cuerpo espigado… en fin, 6 años muy bien llevados, cuando, al introducir mis piececillos en el agua comienzo a chillar de manera horrible. Mi padre, siempre atento, me saca corriendo en brazos de allí y me lava los pies en un lavabo cualquiera: nunca bañarse en el mar muerto con hongos en los pies o heridas de ningún tipo, eso debería decirlo en las guías.
Años más tarde, en una exposición del museo de arte contemporáneo de Lyón había una piscina de agua supersalada que imitaba el mar muerto. Ahí, sin lesiones cutáneas disfruté de una sensación como la de morena…
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