lunes, 31 de enero de 2005

Todo llegará


Esto me empieza a preocupar porque cuando últimamente le cuento mis problemas a la gente, pues siempre me salen con eso de “bueno, no te preocupes. Todo llegará cuando menos te lo esperes”, entendiendo por “todo” como la solución a un problema normalmente trascendental que le has contado hace unos minutos. To-do-lle-ga-rá-cuan-do-me-nos-te-lo-es-pe-res. ¿Todo llegará? ¿De verdad? ¿De dónde? ¿Y me va a doler?

Esto, que normalmente la gente te suelta o bien para darte boleto o bien porque quieren animarte, pues a mi me deja totalmente fuera de juego y se me debe quedar cara de tonta mientras reflexiono internamente sobre semejante revelación, que parece estar tan al alcance de la mano para todo el mundo pero que yo no llego a comprender en su esencia. Parece que una debería dedicarse simplemente a vivir el día a día, porque todos los problemas que puedan surgirte ya han sido debidamente registrados por el departamento de soluciones on line de tu vida y viene de camino el kit completo auto-instalable para sacarte del atolladero. Impresionante mecanismo el del destino, fíjense ustedes. Y además, el truco parece ser que no tienes que esperarlo, como si el hecho de estar pensando que quieres que se te solucione la papeleta todo el rato (oiga, es que es un problema) pues es castigado y resta puntos a la cosa. ¡Fascinante!

Y claro, una se siente una insurrecta sospechando mal de esta profecía universal. Acostándose en la cama y poniéndose nerviosa porque todo eso no llega. Las soluciones, me refiero. Y pensando que quizás, si le das una ayudita y te pones a la tarea de buscar la solución pues… ¡Pero no!, que no tienes que pensarlo, que esos seres extraños que trabajan para solucionarte la vida te van a pillar los pensamientos y pierdes el turno, y te toca ponerte a la cola hasta que de verdad llegue el momento ese el en que menos te lo esperes… ¡Pues a la porra!

Porque yo, por mucho que lo intento, pues no puedo dejar de pensar en mis problemas. Y me creo de verdad que algunos de ellos no tienen porqué arreglarse a lo largo de transcurso de mi vida. Porque no todo tiene un final feliz. Porque hay cosas que no se solucionan. Y si ahora suspiro por las esquinas porque estoy sozinha y no tengo a nadie que me espere en casa con las luces bajas, para darme los ánimos que he perdido por el camino después de tantos tumbos, o para que pueda descansar a su lado en paz, pues puede que no se solucione y puede que no lo encuentre nunca. Y así con todo lo que me preocupa. Puede que sí se solucione (en ello estamos y en ello confiamos), pero también puede que no. Porque es mentira que cuando menos te lo esperas todo llega. Y también es mentira que todo lo que tenga que ser, será. ¿O es que yo me estoy perdiendo algo de todo este montaje?


2 comentarios:

El guisante pensante dijo...

Estoy contigo, morena, eso de todo llegará es una de esas cosas odiosas de oír, pero también hay que ponerse del lado del interlocutor. Llega un amigo y te cuenta que está hecho polvo… y tu te encuentras ahí, de pronto, desnudo y sin plan b… ¿qué dices?: -oye, pues si que es jodido lo tuyo, ¿y cómo lo soportas?, madre mía, y yo que creía que tenía problemas, que equivocada estaba… si, mira, creo que no hay nada que hacer, tu existencia seguirá siendo un vía crucis probablemente hasta o el fin de tus días, o quizá vaya a peor, por que nunca se sabe, cuando menos te lo esperas…. jejeje.

La Niña Graphics dijo...

Hola morenaza
Asi que este es un blog?
otro dia te contesto a lo que pones, ahora tengo que comer y pirarme al master.
Ya sabes quien soy?
besines falleros nena