Si uno quiere mandarle un regalo sorpresa por correo a alguien, no puede hacerlo desde una oficina de correos suiza.
Te obligan a describir en una etiqueta el contenido y valor aproximado del mismo ¡y luego la pegan en el paquete! ¡No puede ser! Ellos aseguran que es a causa de la aduana, pero en realidad, cada vez que mando un paquete con chocolate, debidamente especificado, el chocolate se pierde misteriosamente por el camino.
La próxima vez escribiré: "chocolate adulterado con potente laxante".
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