Las bodas suizas son, por lo general, en dos tiempos. Y no porque duren tres días como una fiesta como dios manda, sino porque se dividen en dos fases:
- ceremonia y aperitivo
- cena
A la ceremonia y al aperitivo uno invita a “n’importe qui”, que en francés quiere decir “hasta-al-gato”: compañeros de trabajo, próximos pero no demasiado, etc. A la cena uno invita a la familia y a los amigos de toda la vida, esos con los que los suizos han compartido fondues, apasionantes tardes de curling y paseos por las montañas.
Como se trata de la boda de una compañera de trabajo yo formo parte de los gatos esta vez. Ella, en las pausas café habla y habla de como su boda tiene que ser perfecta. Todo está ya perfectamente planificado. Falta un mes y ya nos han mandado un plano de dónde aparcar los coches cerca del registro civil, nos han advertido que el camino que lleva al edificio desde el parking está empedrado y por tanto damas, abstenerse de los favorecedores-pero-propicios-a-los-accidentes zapatos de tacón, sabemos que no quieren bromas pesadas en ningún momento y nada de salvajismos hispanos en la despedida de soltera. Yo me estoy aburriendo ya de antemano un poco, aunque hay que mantener el espíritu neutral, que es una boda suiza, leñe.
3 comentarios:
Asistí hace un año aproximadamente, a una boda hispánica neorural en un pueblecito de Huesca. La ceremonia constaba de tres partes: ceremonia, vermut y comida. En la iglesia despues de que el cura hubiera casado felizmente a la pareja, cuatro baturros de voz estentórea nos deleitaron con unas jotas de temática erótico-festiva del tipo: "cuando vayas a la eraaaaaaaa, aprietate bien la fajaaaaaa, que con esas pantorrillas que tienes, los mozos juegan a la manivelaaaaa del sube y bajaaaaaaa"
El cura, muy responsable, hizo mutis por la sacristía con cara de mala leche ,en cuanto procesó la letra que resonaba en las bóvedas románicas.
El vermút. La gente empezó a beber de forma compulsiva todo tipo de mezclas alcohólicas. Eso si, acompañándolo de olivas, patatas fritas y berberechos, porque por lo visto de esta forma los licores afectan menos al entendimiento.
La comida. Empezó a aparecer la gente del vermút, con camisa por fuera del cinto y corbata en la cabeza, (muy Sandokanes ellos), y medias con carreras ,bolsos-ventiladores
y andares difusos y erráticos de tacón torcido ( ellas).
En los entrantes ibéricos, empezaron a surcar el cielo panecillos y servilletas. Y un zapato.
En el cóctel de marisco, mucha gente se bebió el agua azul que adorna estéticamente el fondo de la copa. Una chica que estaba a mi lado de mirada bizqueante concluyó que el líquido turquesa tenía reminiscencias a mar Báltico y Caribe. Remató la frase con un hipido extraño, mezcla de eructo y suspiro. (“Ainssssgrebsss!”)
Después, ternasco, postre, más jotas y bailes que aumentaron exponencialmente la algarabía y el desconcierto.
Mientras tanto, los novios y sus respectivos padres, engullendo sin parar, observaban con orgullo y satisfacción la inigualable bacanal que se desarrollaba en su presencia sin levantar una ceja.
Aburrirme, no lo hice ni un instante, pero me vino a la mente la nula influencia de los pensamientos ilustrados por aquellos lares. Aunque rectifiqué al instante: "¡Que esto es un fiestorro hispánico, leñe!"
Pues eso...que puestos a montar perifostios, sin duda molamos mucho más que los suizos.
¡Animo guisante, que son pocos y cobardes!
Jolin, suena estupendamente, madremivida! Yo haré lo que pueda, y además pocos si que vamos a ser, porque en la invitación piden expresamente dejar los niños con los abuelos, lo que implica que ni niños ni abuelos están invitados... sssstagentedeverdad...
Pues yo me caso en breve con un suizo en plena huerta murciana y te aseguro que son de lo más amable que existe. Abiertos a todo y confian plenamente en las costumbres españolas y católicas (ello son protestantes).
Me ofende que generaliceis así de los suizos, es un país entrañable y del topico del neutral.... se mojan mucho.. así les va de bien.
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