miércoles, 28 de febrero de 2007

Del morro de las agencias inmobiliarias en Ginebra

Dejo mi piso a finales de mayo. La agencia que lo gestiona ya ha puesto un anuncio en su página web, así que la gente ya les llama para interesarse por el apartamento. La cosa en Ginebra funciona así:

- La gente llama a la agencia.

- La agencia les da mi número de móvil.

- La gente me llama a mí.

- Yo quedo con ellos y les enseño el piso.

Vamos, que me convierto yo en una especie de agencia inmobiliaria que se pasa el día cogiendo el teléfono y dando cita a desconocidos para que vengan a ver mi casa en toda la extensión de sus menos de 30 metros cuadrados todos cubiertos de ropa sucia. Yo intento restringir las visitas a un día y no respondo al teléfono cuando no me da la gana, pero vamos, que me parece un abuso.

Ayer vinieron dos grupos personas. Un par de señoras de algún lugar de centroamérica que parecían muuuuy desorientadas, las pobres, me dio la impresión de que pensaban que era yo la que decidía si les daba el piso o no... y dos señores con una fragancia a jumilla que pude disfrutar en toda su extensión cuando subimos juntos en el ascensor... Los pobres también intentaron ser hipersimpáticos conmigo, que ni pincho ni corto en la decisión final.

Y es que la situación inmobiliaria en Ginebra es desesperante, pero desesperante de verdad.

Esto promete ser una experiencia de esas que luego dan para rodar un corto, creo que veré una gran diversidad de gente entrar en mi casa en los próximos meses, ya os iré contando...

martes, 20 de febrero de 2007

Una guisante sola ante cuatro croatas

Hoy, por esos avatares del destino, me he encontrado comiendo en un restaurante con cuatro croatas. Y con una muestra pequeña, lo se, pero muy homogénea, puedo decir que los croatas casi solo hablan de mujeres. Mujeres mujeres mujeres, tetas, culos, pedazos de mujeres, mujeres enteras, mujeres en general. El carnaval da mucho de si, a nuestro alrededor por las calles chicas disfrazadas por todas partes. Parcialmente en la realidad y mucho en sus mentes chicas disfrazadas de enfermeras, de colegialas, de gatitas o conejitas... Y a mí, cuando me veo envuelta en estas conversaciones, siempre se me ocurren dos cosas. Una es, ¿será esta una conversación real de los hombres? quiero decir ¿si no hubiese una chica entre ellos, hablarían tanto de mujeres, o es una especie de táctica (extraña) para impresionar? y la otra es una idea un tanto asustadora... quizá no han notado que tras este cuerpo redondo, verde y por supuesto pensante, se esconde un alma sensible femenina y se sienten en confianza como para dar rienda suelta a su torrente testosterónico. El caso es que ha sido divertido después de todo. Los croatas que he conocido hoy, pero quizá todos, tienen un sentido del humor (negro) bastante particular, qué remedio, imagino. Las alusiones a la guerra son inevitables, y las bromas con fondo de tristeza también. Quizá por eso es mejor hablar de mujeres, hablar de mujeres y olvidar todo el resto, y hay tantas mujeres, mujeres libertinas, mujeres católicas pero libertinas y mujeres católicas a secas, mujeres secas, mujeres maduras, mujeres tiernas, mujeres, mujeres, mujeres.

jueves, 1 de febrero de 2007

Tantas ratas como ginebrinos

En Ginebra los periódicos están en la calle en cajas, como en las pelis americanas, y uno mete una moneda (o no), abre la tapa y saca el periódico. Para anunciar los titulares más importantes hay carteles que cuelgan de las cajas donde pueden leerse cosas como esta que se leía hoy: “tantas ratas como ginebrinos” o “circulación: grandes multas para grandes gorros” (aunque después he sabido que “grandes gorros” o “gros bonnets” es una manera de referirse a los personajes importantes). En mi cocina tengo pegados dos, uno que dice “Desnudo como un gusano saquea una iglesia” y otro que dice “Peligro: el Nordic Walking pone nerviosas a las vacas”.
Se me escaparon algunos geniales como aquel que decía “Cada vez más perros italianos en Ginebra” o “abierto el primer centro de bienestar para vacas”... y es que los titulares que escogen los periódicos son la mayor parte de las veces psicodelia pura...