martes, 20 de febrero de 2007

Una guisante sola ante cuatro croatas

Hoy, por esos avatares del destino, me he encontrado comiendo en un restaurante con cuatro croatas. Y con una muestra pequeña, lo se, pero muy homogénea, puedo decir que los croatas casi solo hablan de mujeres. Mujeres mujeres mujeres, tetas, culos, pedazos de mujeres, mujeres enteras, mujeres en general. El carnaval da mucho de si, a nuestro alrededor por las calles chicas disfrazadas por todas partes. Parcialmente en la realidad y mucho en sus mentes chicas disfrazadas de enfermeras, de colegialas, de gatitas o conejitas... Y a mí, cuando me veo envuelta en estas conversaciones, siempre se me ocurren dos cosas. Una es, ¿será esta una conversación real de los hombres? quiero decir ¿si no hubiese una chica entre ellos, hablarían tanto de mujeres, o es una especie de táctica (extraña) para impresionar? y la otra es una idea un tanto asustadora... quizá no han notado que tras este cuerpo redondo, verde y por supuesto pensante, se esconde un alma sensible femenina y se sienten en confianza como para dar rienda suelta a su torrente testosterónico. El caso es que ha sido divertido después de todo. Los croatas que he conocido hoy, pero quizá todos, tienen un sentido del humor (negro) bastante particular, qué remedio, imagino. Las alusiones a la guerra son inevitables, y las bromas con fondo de tristeza también. Quizá por eso es mejor hablar de mujeres, hablar de mujeres y olvidar todo el resto, y hay tantas mujeres, mujeres libertinas, mujeres católicas pero libertinas y mujeres católicas a secas, mujeres secas, mujeres maduras, mujeres tiernas, mujeres, mujeres, mujeres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bien descrita la situación. cualquier mujer reconoce ese desconcierto de no saber cómo actuar. es difícil, porque ellos estan ahí, tratandote como uno más, como si no fueras una de esas tetas y culos de quienes hablan. eso me recuerda a lo que comentaba un argentino, a quien, a modo de halago, le decían: es que tu no pareces argentino y él, se suponía, tenía que agradecerlo.
es dificil. más cuando han pasado una guerra y recurren al humor para conjurar los más oscuros recuerdos. las mujeres tenemos menos sentido del humor. me pregunto cómo hubiera transcurrido esa comida con cuatro mujeres croatas. ¿músculos y pollas?. no se. claro que a ellas, en las guerras, primero las violan. eso quita mucho humor.