lunes, 13 de marzo de 2006

¿Y por qué habría que tener miedo a mandar cartas de amor?

¡Vivan las cartas de amor! ¿Si tú no tienes miedo a abrir tu chaqueta en medio de la calle fría para que yo apoye mi cabeza en tu pecho calentito, por qué tendría yo que tener miedo de abrir para ti mi caja de pensamientos cursis…? Y me dejo llevar, pero con reticencias, y miro constantemente al cielo no vaya a ser que, como a Cirano, me caiga una viga en la cabeza justo cuando la tonta de su prima se desenamora del tonto del guaperas y se da cuenta de que aquellas cartas maravillosas se las escribía él y sólo él. Entonces ella súbitamente iluminada por tal revelación corre y corre hacia él y ¡paf! Desastre… comienzo a comprender porqué soy tan fatalista, jolines… Mejor nada de cartas de amor por el momento, y un buen casco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

há um poema fantástico do álvaro de campos sobre as cartas de amor.

não sei se o conheces, mas vou pôr aqui, apesar de ser um bocado extenso.


Todas as Cartas de Amor são Ridículas

Todas as cartas de amor são
Ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
Ridículas.
Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.

As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.

Mas, afinal,
Só as criaturas que nunca escreveram
Cartas de amor
É que são
Ridículas.

Quem me dera no tempo em que escrevia
Sem dar por isso
Cartas de amor
Ridículas.

A verdade é que hoje
As minhas memórias
Dessas cartas de amor
É que são
Ridículas.

(Todas as palavras esdrúxulas,
Como os sentimentos esdrúxulos,
São naturalmente
Ridículas.)