Los suizo-franceses se cachondean de los suizo-alemanes. Es un hecho. Los tienen por unos cabecicubos cuadriculados campechanos anticuados con pantalones tradicionales de piel. Los chistes en los cantones francófonos son casi siempre acerca de suizos-alemanes.
Hoy estaba yo en una conferencia sobre los inicios de las leyes para menores en Suiza, y nos han explicado cómo, en el cantón de Ginebra a finales del siglo XIX, los chavales que se portaban mal (robaban bicis, etc.) podían ser sacados de sus familias y mandados a algun reformatorio o puestos a cargo de una familia suizo-alemana: carcajada general, -¡¡¡¡eso es peor que la cárcel!!!!- ha exclamado alguien.
1 comentario:
A mi los suizos que mejor me caen son los de las pastelerías.
Cuando un minisuizo de pastelería se porta mal, se les manda con las baguettes, y vuelven convertidos en mediasnoches, humillantemente predestinadas a ser rellenas de chorizo del malo y de jamonyork-con-mantequilla.
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