martes, 28 de febrero de 2006

Entendederas


Como cuando ves un dibujo hecho una maraña y de repente lo entiendes y ya no puedes ver nunca más la maraña sin sentido que antes percibías, en la vida hay lecciones que entiendes que ya no puedes obviar. Las vivencias, las experiencias, ya te lo manchan todo. Te lo recrudecen y le quitan la parte de inconsciencia. Y no puedes ya ir andando por la calle un día soleado sin llevar en la espalda toda la realidad que acarreas. Las flores preciosas crecen y se marchitan. Y lo sabes cuando ves un ramo. Los niños crecen y se convierten en adolescentes. Y ya lo sabes cuando ves una mamá con su bebé. El dinero se gasta y a veces ni se repone. Y ya lo ves cuando consultas tu saldo. Hay días de alegría máxima pero sabes que vendrán aquellos de tristeza. Y ya lo sabes cuando te sientes plena. Hay amigos que dejan de serlo con el tiempo. Y lo sabes cuando tomas con alguien a quien quieres un café en la Plaza del Dos de Mayo.

Pese a todo, a mi me gusta la vida. Me apasiona. Hay veces que me gustaría volver atrás y no haber vivido muchas de las cosas que me han pasado (tener el cajón de los recuerdos vacío, no entender nada, no saber de consecuencias ni de ritmos lógicos, pender del aire, escuchar todos los ruidos, ser capaz de cantarle a todo) pero también entiendo que lo que me hace tener miedo a veces a lo que vendrá, es lo que me hace andar con paso firme mientras avanzo hacia ello.

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