Un gato que se da la vuelta en la calle para mirarme. Un sueño del que no me acuerdo que me deja una sensación rara durante todo el día. Unos ojos que me perforan a veces, me acarician a veces, que me son indiferentes a veces. Una compañera de piso que canta a gritos en el pasillo cuando le da la vena. Las hojas gigantes de las plantas de mi ventana que no le ocultan mi vida desordenada a los vecinos. Mi cuarto lleno de montañas de ropa a la espera de ser clasificada. En mi mesilla de noche cinco libros a la mitad, desde los que se asoman personajes que me hacen señas con el dedo para que me acerque. Mi mesa de trabajo cubierta de papeles pertenecientes a veinticatorce proyectos diferentes. Y llueve y sale el sol y vuelve a llover y vuelve a salir el sol sin decidirse de manera intermitente durante varios días. Y sin embargo esta sensación de placidez…
lunes, 20 de febrero de 2006
Estado actual de las cosas...
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