lunes, 23 de enero de 2006
Memorias de una Geisha
Básicamente, como que no.
La historia me ha parecido un poco rollete y la verdad, es que a mitad de la película me di cuenta de que el argumento era lo de menos. Si tapizas una historia medio normalita con un montón de telas aluncinantes que quitan el hipo, paisajes al más puro estilo japonés que transmiten una tranquilidad sin igual, mucha tradición (a saber lo que queda de la verdadera detrás del filtro americano, pero bueno), un sinfín de cajas de madera que todos querríamos para guardar nuestros secretos y pelos muy negros y muy lacios, tienes Memorias de una Geisha.
A gusto del consumidor. Si buscas algo de profundidad, vete a bañarte a la piscina municipal. Si buscas maravillarte con los paisajes y pensar qué tal estarías tú vestida con esas telas de seda con bordados indescriptibles, vete un domingo a verla.
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