Si yo pusiese en un frasco todos los sentimientos que hay en mí ahora y los mirase desde fuera, vería un líquido color mar lleno de remolinos.
Un líquido compuesto de incertidumbres, dudas, esperanzas, ilusiones, tristezas y un poco de exaltación.
Ese líquido se mueve por mí a velocidad vertiginosa.
Lo oigo fluir, hacer gorgoritos en algunos sitios, pasar derrapando por ciertas curvas o pasar despacito por otras, casi como una caricia.
Y es ese líquido el que me hace sentirme viva.
Espero que no se me coagule nunca.
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