Estoy completamente enamorada de la manera de escribir de Daniel Pennac. Ya había leído hace tiempo “Comme un roman” y me había gustado bastante, pero ahora he comenzado la serie del Señor Malaussènne y ¡madremivida! El primero se titula en castellano “La felicidad de los ogros” y me tiene extasiada.
Además me siguen pasando coincidencias curiosas con Pennac. Resulta que este libro pertenece a una serie de unos cuantos, y yo una vez, en una librería, me compré sin saber el cuarto. Ya había leído unas buenas veinte páginas del mismo cuando un amigo me dijo que me detuviese de inmediato, que había que comenzar por “el de los ogros”. Todo esto sucedía en el cuarto de este amigo, que acababa de marcarse un pedazo de collage con cuadros de Goya, Velásquez, Durero y otros bichos de esos que viven en El Prado. Vi en su mural El Coloso de Goya y me acordé de Saturno devorando a sus hijos y de cuánto ese cuadro había impresionado a un sobrinito mío, que después de verlo no podía dejar de repetir: “Satudno come persona, Satudno come persona…” abriendo mucho sus ojos de niño de dos años. Le cuento la anécdota a mi amigo mientras vamos a la librería a comprar el tal libro de los ogros que va y tiene en su portada un niño pequeño con un perro mirando atónitos “Saturno devorando a sus hijos” de Goya…
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