lunes, 17 de octubre de 2005
Recompensa al bien
Esta mañana he aprovechado para ir a hacerme el pasaporte. He cogido número y como me quedaba mucho y me había llevado un libro, me he ido a sentar. Entonces, una chica me ha avisado de que no me sentara en una de las sillas porque la señora que estaba sentada antes, la había manchado de sangre (supongo que con la regla, la pobre). Me he sentado en otra dejando la manchada libre. Al cabo de 10 segundos, ha llegado un señor y se ha repetido la operación, mientras todo el mundo seguía quieto sin hacer nada. La gente es de traca, de verdad.
Así que me he levantado, he pedido unas servilletas y he intentado limpiar la sangre. Mientras tanto, todos me miraban. Como no se quitaba, he pedido una botella de agua. Mientras tanto, todos me miraban. Me he enfadado.
Pero lo bueno tiene recompensa y la chica de la ventanilla, que ha visto la operación, me ha colado delante de todo el mundo y me ha dado las gracias. En alto. Para que todos lo oyeran. Y se me ha pasado el enfado y me he sentido bien, mientras todos me miraban.
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2 comentarios:
Yo sigo creyendo en la gente, a pesar de todo.....
Y parece que tu también.
que bueno, niña, si es que eres unica.
Creo que yo hubiera sido de las que no hacen nada, jo, que triste...
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