jueves, 6 de octubre de 2005

La UE


Ayer estuve entretenida en un sueño. Esta vez tiene la forma de súper contrato de la Unión Europea para irme a una delegación de la Comisión a un país remoto.

A mi me gusta hacer estas cosas. Mandar currículos en busca de trabajos estables en países desconocidos. Por una parte, me asusta que un día me llame un señor vestido de traje aunque yo no lo vea, y me diga que me han seleccionado. Por otra, como soy una aventurera encerrada en el cuerpo de una semi-cobarde, pues sé que mi vida no cambiaría de otra forma y que todos los países y todos los mundos que siempre he querido conquistar, no van a venir a mi si no es por esta vía.

Además, estoy contenta doblemente. Porque desde ayer vivo en un sueño. Y no lo hago sola. Tengo a alguien en el camino. Alguien dispuesto a coger las maletas y venirse de exploración conmigo si se diera el caso. Y yo le admiro. Y eso es una gran suerte. Eso es que te toca dos veces la rifa.

De una lista enorme, he tenido que elegir cuál es el escenario en el que yo quiero poner en marcha mis planes mentales. No es lo mismo imaginarse ser una familia feliz en Djibuti que en Taiwán. No es lo mismo pensar en un salón lleno de muebles lacados que en una habitación con dosel antimosquitos. No es lo mismo ir a trabajar en mangas de camisa que en botas de agua. No es lo mismo.

Mis elecciones, por orden de preferencia, han sido:

Uruguay
Costa Rica
Argentina
Chile
México
Viêt Nam
Camboya
Estados Unidos (New York)

Posibilidades = pocas. Ilusiones = elevadísimas. Ignorancia de la realidad (ilusiones-posibilidades) = elevadas. Pero, ¿y a mí que más me da? ¡El positivismo ha vuelto y está aquí para quedarse!

1 comentario:

Kiko, ese hombre. dijo...

Enhorabuena morena.

Siempre es mejor tener compañía....