Se que es una tontería, pero siempre me emociona un poco cuando, al aterrizar en un avión de pasajeros, la gente aplaude. Es como un respiro de alivio colectivo, que uno comparte con los demás, olvidándose de las formalidades por un momento: Ufff, no ha sido de esta, que bien, vivos todavía...
Y me gusta porque es espontáneo, poco formal y porque es cada vez más raro: antes se hacía más, ahora depende mucho del destino. Es como si la gente seria de paises serios diese por sentado que el piloto debe hacer bien su trabajo y por tanto, si a ti no te aplauden cuando entregas un informe o cuando le quitas un virus al ordenador, por que aplaudir al piloto?
Por eso ayer, cuando todo el mundo aplaudió cuando aterrizamos en Lisboa me emocioné, y casi me dieron ganas de dejarme llevar y de entrar en la cabina, sacar al piloto a hombros, vitorearlo y cuajarlo de besos (debe de ser por eso que no nos dejan quitarnos el cinturón de seguridad hasta que no ha pasado el brote de entusiasmo).
Oe oe oe oeeeee!
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