Pichonet nada en el ciberespacio

Esto del verano viene cargadito de emoción. Los horarios se flexibilizan, los morenos relucen, los tirantes dejan a la vista los sobacos, las chanclas nos hacen repiquetear por el asfalto, las terrazas se llenan según oscurece... y como si todo viniera junto, como si estuviéramos esperando a achicharrarnos por el sol, todo toma vida y no me llegan más que historietas de órdago.

La historieta que más me gusta, sin lugar a dudas, es la de mi amiga Pichonet. Ella siempre me brinda más que una aventura que contar, a cada cuál más surrealista. Ella sí que ha sabido meterse de lleno en la orgía veraniega del todo vale y para ello, ha decidido empezar por darse de alta en una página de contactos y dejarse llevar. Y las demás navegamos detrás en una barca a remos.

Gracias a ella y a través de ella, estamos viviendo momentos álgidos del romance cibernético, quedando de vez en cuando asediadas y desconcertadas por frases del tipo “we can meet us and if we like together, we can have a relation” procedentes de sus pretendientes, en un alarde nunca visto antes de la historia que consigue combinar de un solo golpe un estremecedor uso del lenguaje anglosajón y una sensualidad a flor de piel que no deja lugar a dudas. También hay admiradores que se definen a sí mismos como chicos morenos pero con mechas rubias (como que no), gente que te propone un desnudo compartido a través de la web-cam y un sinfín de cualidades que no podría reproducir de forma acertada en este post.

Sólo a ella, le debo unas cuantas horas de risa que este verano se echaban de menos.