jueves, 7 de julio de 2005
Si Dios inventó la piedra pómez, por algo sería
Hace poco, vi en la tele de refilón que Fidel Castro iba a regalar al pueblo cubano varias ollas para hacer arroz. Fuera de disertaciones políticas que nos llevarían unos cuantos años, unas cuantas frases y algún que otro disgusto, quiero tomar el relevo de semejante idea y hacer una propuesta a este nuevo gobierno.
Veo que es imperiosamente necesario regalar entre la población piedras pómez a raudales. La piedra pómez es un fácil utensilio que pueden utilizar hasta los más pequeños de la casa y que ayuda al ciudadano a librarse de sus propios restos con un fácil movimiento de manos. La piedra pómez es válida para la limpieza de superficies delicadas, en las que es deseable una aplicación suave, pero es igualmente indicada para procesos de costrificación avanzados y obras de mampostería callosa. El talón queda de este modo liso y libre de suciedad acumulada y hace más feliz y más agradable nuestra convivencia con los demás. Pie sano in corpore sano.
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