jueves, 3 de noviembre de 2005

Truculento

-Dice la Real Academia de la Lengua: (Del lat. truculentus). Adj. “Que sobrecoge o asusta por su morbosidad, exagerada crueldad o dramatismo”.

-Y yo digo: ¿A qué si uno mira la palabra bajo el microscopio no parece querer decir eso?

A mi juicio la palabra no consigue transmitir su significado, su estructura se opone a ello, como si albergase un alma buena que pidiese a gritos otro sentido. Ella, la palabra, no quiere ser usada para definir cosas feas y se le nota. Como una mala actriz, no resulta creible.

Me explico: la parte "trucu-" no suena seria, recuerda a "truco", a "traca", a "trueque", al "triqui" de las galletas y de la palabra "triquiñuela"... no tiene aire maligno ni nada.
La parte "-lento" tampoco deja entrever perversidad ninguna... como si algo lento fuese perezoso y no pudiese ser malo o sangriento...

Trucu-lento me hace pensar más en alguien que se acerca despacio a hacerte cosquillas... voy a proponerle a la RAE un cambio de su definición.

Estoy segura de que la palabra me lo agradecerá. No debe de ser nada agradable vivir con ese significado que tiene sobre sus espaldas.

2 comentarios:

Kiko, ese hombre. dijo...

El lenguaje como organismo viviente es algo en lo que creo sin duda alguna.

Yo lo cuido para que esté guapo y me crezca sano, pero entonces llega el reggaeton y me lo ensucia con palabros tales como perreo.

La suciedad es parte de una vida plena, como dice la madre de Ronaldinho.

Que se le va a hacer....

El guisante pensante dijo...

Retículo

He ahí una palabra que rápidamente hace pensar a una redecilla para el pelo colocada en una parte X de la anatomía humana.

Es prima-hermana de un fascículo ridículo.

Morena, vuelve, sal de tu retículo! muestra aunque sea una partícula de tu clavícula!